Pina ha vuelto
Win Wenders recupera la ligereza de la gran bailarina alemana
Pina Bausch ha vuelto. Los bailarines de su compañía la esperaban, algunos soñaban con ella, que les hablaba, otros que volvía. Pues aquí está, ha vuelto para todos. Pina ha vuelto y quien se ha encargado de traerla ha sido el cineasta alemán Wim Wenders. El documental Pina (3D), que se proyecta estos días en la sección Perlas de Zabaltegi, del Festival de Cine de San Sebastián, después de su estreno en la última edición del certamen de Berlín, estaba ayer en el segundo puesto para el premio del público, con 8.363 votos, solo detrás de Et maintenant on va oú, dirigida por Nadie Labaki, con 9.046 votos. Su estreno en salas está previsto para el próximo 30 de septiembre.
Cuando Pina Bausch murió de repente en junio de 2009, pocos días después de que le hubieran diagnosticado un cáncer, el cineasta Wim Wenders (Düsseldorf, 1945) ya estaba trabajando en un documental sobre la bailarina y su compañía. Por acuerdo de todos decidieron continuar y realizar el homenaje a una de las figuras más impactantes de la danza del siglo XX. En lugar de hacer una película con Pina, la convirtieron en un filme para Pina. Con un planteamiento rompedor y bellísimo, Wenders se estrena con este documental en el 3D, algo que no había experimentado hasta ahora. Rodado en teatros, escenarios naturales, jardines, parques, fábricas, carreteras o en piscinas, con los niños chapoteando en el agua, Pina Bausch renace a través del baile de los componentes de la Tanztheater Wuppertal. El realizador de El amigo americano y presidente de la Academia de Cine Europeo aseguró durante su presentación en Berlín que Pina Bausch expresaba lo que el alma le decía al cuerpo.
La personalidad de Pina Bausch está en sus coreografías interpretadas con pasión por cada uno de los bailarines escogidos y rodadas con esplendor y belleza. También en los recuerdos de muchos de ellos. En cada gesto, en cada paso uno se topa con esa obra caracterizada por la ligereza, la lentitud y la magia de sus movimientos. Mujer de pocas palabras, siempre estaba en una esquina o detrás de alguien, como escondida pero siempre vigilante. "No hacen falta las palabras, lo importante es la evocación", explica en el documental una de las bailarinas. "Yo estaba perdido, no me encontraba y solo me dijo una cosa: "Baila por amor", dice el único miembro de la compañía que habla en español. Hablan de su capacidad de trabajo, de su inagotable fuerza, de su intransigencia, de sus radicales exploraciones en el mundo de la danza. "Nos enseñaba a traspasar los obstáculos y vencerlos". "Nos mostraba que teníamos que buscar dentro de nosotros, en nuestros propios deseo, sin saber hacia dónde ir y si la dirección elegida era la correcta ". "Yo soy la única niña nacida en la compañía y no sé, no sé lo que es estar sin Pina Bausch". Estos son solo algunos de los comentarios de los bailarines que aprendieron al lado de esta grande de la danza.
"Bailad, bailad. Si no estamos perdidos". La frase de la propia Bausch resume el espíritu de este trabajo del nuevo Wenders.
Babelia
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