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Arte en el campo

Un proyecto presenta digitalmente a los artistas que han vivido en aldeas españolas

¿Qué vínculos hay entre la ciudad y el campo? ¿Cómo se pueden mantener vivas las tradiciones del medio rural en un mundo que es cada vez más homogeneizado, más basado en la producción a gran escala, y sobre todo más urbanizado? ¿Qué papel puede tener el arte contemporáneo para entender la vida campesina del siglo XXI?

Estos son algunas de las preguntas para las que el proyecto artístico Campo Adentro busca respuestas. Durante los últimos cinco meses 18 artistas han vivido en 12 pequeños pueblos de España y hoy sus proyectos han sido presentados digitalmente en el centro cultural Medialab, en Madrid, antes de la inauguración de las exposiciones locales.

Campo Adentro es una creación del artista Fernando García Dory y cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Cultura y el Museo Reina Sofía. El objeto, según García, es "analizar desde el arte contemporáneo las actuales percepciones de lo rural". Al mismo tiempo pretenden "elaborar una lectura del campo desde la cultura moderna y replantear la noción de utilidad en el arte y el rol del artista en un contexto determinado", asegura el organizador. García nació en Madrid pero se crió en los Picos de Europa, en Asturias, y siempre le ha fascinado "ese especie de distancia entre campo y ciudad". Considera que existe "una brecha" y su esperanza es que su proyecto puede ayudar a "salvarla".

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Todas las piezas cuentan con un blog y soportes digitales para experimentar en directo las exploraciones artísticas de cada proyecto. Hoy la presentación ha contado con varias conexiones por videoconferencia con los pueblos en cuestión para escuchar de primera mano las experiencias de los creadores. En diciembre los proyectos formarán parte de una exposición de tres días en la Casa Encendida en Madrid.

En Vallehermoso, en la isla canaria de La Gomera el artista Antonio Ballester descubrió un pueblo que, protegido por ser su sitio remoto, aún se fabrican, y se usan, telas y cerámicas como hace siglos. En este encuentro entre artista y artesano Ballester reflexiona "sobre el lugar que ocupa el medio rural en la sociedad actual".

La importancia del dinero es un tema recurrente en muchas de las piezas. ¿Se puede ganar suficiente para mantener las antiguas tradiciones estas formas de vida hoy día? En España la producción agrícola a gran escala es ya un modelo muy frecuente y ese tema ha sido analizado en Sea ABC un triángulo rectángulo en B, por Térence Pique basado en El Ejido, Almería. Allí ha reflexionado sobre el invernadero como método de cultivo y sus impactos en el medio ambiente y la gente del campo.

El movimiento de personas ha sido casi unidireccional desde el campo a la ciudad a lo largo de la historia, y el desplazamiento a las urbes ha sido masivo desde la segunda parte del siglo XX. Pero algunos han ido en contra de esta tendencia, como los miembros de la cooperativa Los Apisquillos, unos jóvenes que se fueron a Puebla de la Sierra, al norte de Madrid, hace 11 años. Allí compraron 200 ovejas para buscar una forma de vida más natural. Su historia es el sujeto de la obra, Resistencia, por Lucía Loren y Juanma Valentín.

La forma de vida en el campo se puede considerar urbana, como ha explicado el artista alemán Rodrigo Frenk conectado a Madrid por videoconferencia desde Farrera, un pueblo de alta montaña de Lleida. Ha explicado en directo que eso quiere decir que aunque uno vive en un paisaje rural la vida cotidianamente tiene muchos aspectos urbanos: coger el coche, tener Internet y disfrutar de las comodidades de una casa moderna. Aun así, la separación entre el pueblo y la ciudad puede ser físicamente grande. Esto fue mostrado por el viaje de 250 kilómetros, parcialmente a pie, que hicieron Frenk y su compatriota y también artista Julian Weber para llevar fotos de Farrera a Barcelona.

Los organizadores de Campo Adentro esperan que su iniciativa sea parte de una movilización europea, pueda ayudar a elegir bien entre dos visiones del campo. Uno bueno y uno malo. El malo sería una continuación de las tendencias actuales, dejándolo dividido en dos tipos de zona: unas de agricultura intensiva y otras abandonadas. El modelo bueno, según García, tiene que ver con un reencuentro entre campo y ciudad en el que el medio rural está considerado una parte esencial de la cultura.

Foto promocional del proyecto artístico 'Campo Adentro'.
Foto promocional del proyecto artístico 'Campo Adentro'.

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