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La larga noche de Plácido Domingo

El tenor conquista al público en su regreso a Peralada 19 años después

Martes, 2 de agosto, 4.00 de la madrugada. Plácido Domingo sigue, a sus 70 años, pletórico de energía. Sus amigos, familiares, directores de teatros de ópera y festivales, agentes artísticos y periodistas hace rato que han perdido fuelle. La atención del tenor, sin embargo, no decae, incluso ha citado al sobreintendente de La Arena de Verona a esta hora de la madrugada para hablar de sus próximos compromisos en el anfiteatro romano sede del famoso festival de ópera. Que en verano, las noches en Peralada (Girona) son largas es sabido, pero con Plácido Domingo las noches del festival ampurdanés no tienen fin.

Todo empezó el día antes, a las 22.00 horas, en el auditorio de los jardines de castillo de Peralada, lleno a rebosar de un público que había llegado a pagar hasta 250 euros por una butaca de plástico de platea ansioso por escuchar y ver al mito, ausente del festival 19 años. Sobre el escenario, la magnífica Orquestra de la Comunitat Valenciana, vigorosa, elegante, dúctil, conducida con precisión y detalle por Jesús López Cobos. En el programa, un surtido de arias, romanzas y dúos de ópera y zarzuela, piezas de lucimiento para disfrute del espectador en una cálida noche de verano con Plácido Domingo, recibido, a su salida al escenario, con una intensa ovación.

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Todo ganado. Todo por ganar. Poco le importó al tenor tener al público en el bolsillo antes de empezar a cantar su primera aria del programa, O, Souverain, de El Cid. Lejos de relajarse, Domingo se entregó con entusiasmo e intensidad exhibiendo su legendaria voz, proyectada con fuerza, y su incomparable fraseo en el aria de Massenet y en E Lucevan le stelle, de Tosca. Luego convenció como barítono con su gran sentido de la musicalidad en Nemico della patria, de Andrea Chénier. Menos convincente, pero no menos intenso, resultó su dúo Tutte le feste... Sì, vendetta! metido en la piel de Rigoletto, página mayor del Verdi para barítono, que cantó con la joven soprano argentina Virginia Tola, de metálicos y estridentes agudos, con el que se cerró, a las 23.10, la primera parte.

"Me siento cómodo alternando estas arias de tenor con las de barítono", aseguraba el tenor pasada la 1.30 de la madrugada en un camerino. "Me gustaría que la voz se hiciera más grave, que tuviera un registro bajo más poderoso, pero nunca he pretendido ser más que un tenor que canta partes de barítono".

Ama el género lírico español y a él Domingo dedicó la segunda parte del concierto con romanzas de zarzuela y un dúo. Segunda parte, pero no final, porque ni el público ni el tenor estaban dispuestos a irse. Así, tras un prolongado aplauso con el público puesto en pie, Domingo y Tola se arrancaron con el dúo de Rafael y Soleá de El gato montés, de Manuel Pañella, primero de una larga tanda de bises, seis, con mucha canción española: Antonio Vargas Heredia, Ojos verdes, Muñequita linda y Granada. Casi tres horas después de haber empezado, el tenor cerró el concierto bailando con la soprano el vals de La viuda alegre con el público tarareando la melodía.

Pero la larga noche de Plácido Domingo siguió tras el escenario, donde atendió durante algo más de una hora a amigos, familiares y periodistas a los que explicó que su pasión por hacer las cosas sigue intacta, que no tiene fecha de retiro ?"el día que me levante y no pueda más dejaré de cantar"? y que sigue reinventándose y ya le ha echado el ojo al oratorio Samson, de Händel, y al personaje del Dux de Venecia (para barítono) de I due Foscari, de Verdi.

Pasadas las 2.00 de la madrugada, Carmen Mateu le entregó la medalla conmemorativa del 25º aniversario del Festival de Peralada. Luego se fue a cenar y unos parientes le entregaron los certificados de nacimiento y defunción de familiares, entre ellos uno de sus abuelas, para documentar la catalanidad de Plácido Domingo, tenor nacido en Madrid, al que la mayoría de los aficionados extranjeros etiquetan como mexicano y que vive en Estados Unidos.

Plácido Domingo, durante su actuación anteanoche en el Festival de Peralada.
Plácido Domingo, durante su actuación anteanoche en el Festival de Peralada.MIQUEL GONZÁLEZ (SOOTING)

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