El hasta luego de elBulli
El restaurant de Ferran Adrià cierra esta noche sus puertas y se transforma en fundación
"Era lógico que esto fuera un día triste, pero es al revés. Estamos contentos. Hoy celebramos que esto continúa". El chef Ferran Adrià ha dado "la primera rueda de prensa de elBulli" para comunicar el cierre del restaurante y el nacimiento de la Fundación elBulli, un proyecto abierto a la investigación y la creatividad culinaria. La constante energía en ebullición que irá cociéndose hasta 2014. Se guisarán ideas y se comerá, pero de otra manera. Esta tarde es la fecha de la última cena de elBulli como restaurante, pero mañana (31 de julio) es el comienzo de un renacimiento. Tras más de dos décadas de revolución Adrià, de miles de platos e ideas, se cierra una puerta y se abre una ventana: "Mi hermano Albert decía hay que matar al monstruo y yo le decía no, hay que domarlo".
Así que mientras los bañistas disfrutaban de las aguas de Cala Montjoi, Adrià comunicaba su cambio de rumbo rodeado de los cocineros nacionales e internacionales que han hecho posible el fenómeno Bulli. Sus jefes de cocina: Marc Cuspinera, Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch. Su hermano Albert y 15 chefs que desde el pequeño rincón mediterráneo a las cocinas y mesas del mundo -sus manos "saben interpretar interpretar el código Bulli"-, los alumnos del maestro Ferran que a su vez enseñan a otros en sus fogones. Identidades locales reinterpretadas con las técnicas "marcianas", según el propio Adrià pero que han sido vanguardia y ya son historia.
Entre "la familia Bulli", Joan Roca, Andoni Luis Aduriz, Carles Abellán, Albert Raurich, José Andrés, Christian Escribá (que preparó un blanco perrito bulli con un collar de flores dulces), Massimo Bottura, Grant Achatz y René Redzepi. Éste, ahora reconocido como el mejor del mundo, coincidió con el italiano y el estadonidense : "aprendimos el espíritu de la libertad de mente, de que todo es posible", insistieron. Y no hay que especular con liderazgos. "Ferran es único. Los que hemos aprendido de él somos un equipo", dicen Roca y Aduriz. De aprendizaje y trabajo, mucho trabajo, se trata el asunto culinario. Adrià aprendió de otras generaciones "que fueron generosas al entender y apoyar nuestros atrevimientos", afirmó al recordar el apoyo de maestros como Juan Mari Arzak. Ahora la historia continúa.
Esta tarde, una fiesta frente al mar con 12 "campanadas" será la nochevieja del restaurante y dará paso al año nuevo de la fundación."El espiritu de elBulli sigue, repartido por el mundo", dice Adrià. No es un adiós, es un hasta luego.
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