La moda se pone reivindicativa

Álex Vidal, el director ejecutivo de la Valencia Fashion Week (VFW), aprovechó ayer la presentación del calendario de la próxima pasarela para lanzar una petición a la Generalitat Valenciana: "Que nos dejen ser creativos". En un movimiento defensivo propio del ajedrez y con una oratoria entre moderadamente reivindicativa y belicosamente comprensiva, el diseñador recalcó que la crisis también ha llegado a VFW.

La Generalitat ha ido disminuyendo ya su aportación este año, y la va a ir reduciendo en las próximas ediciones, apuntó. Y añadió que no quieren perder el activo de la calidad y que suplirán los problemas con esfuerzo.

Y esa es la clave. Una cita bianual que cuenta con más de un 40% de su presupuesto de patrocinio institucional, de hecho, el Impiva, tal como señaló el nuevo director general, Rafael Miró, ha invertido más de 5 millones de euros desde el 2006. Una de las características principales de la Valencia Fashion Week, por no decir su columna vertebral, es la intención (muy encomiable, por otra parte) de convertirse en la segunda pasarela de España.

Y es que, aunque en el mundo de la moda sea mejor sumar que dividir, comienzan a presentarse las múltiples pasarelas locales que aspiran a convertirse en alternativa real a una devaluada Cibeles que no logra mantener su cetro. La más tempranera ha sido la pasarela autóctona que ha anunciado hoy su programación para la próxima edición, que tendrá lugar del 7 al 10 de septiembre en el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, presentando desfiles de 30 diseñadores a lo largo de cuatro jornadas y en 18 horarios de desfile.

La VFW repite emplazamiento. Una mejora notable. Y con un calendario que alterna nombres locales y nacionales, bazas seguras y, al mismo tiempo riesgos de baja intensidad. Ion Fiz, Juan Vidal, Encarnis Tomero, Jaime Piquer, Álex Vidal, Dragomir Krasimirov, Paolo Coppolella y Juan Andrés Mompó. Entre las novedades, un acuerdo con la pasarela Gran Canaria-Moda Clida, desfiles de baño en las fuentes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la celebración de los Premios Figaro, una aplicación para el iPad, y un guiño a una clásica petición de Francis Montesinos de vincular moda y arte en una serie de exposiciones.