Pepa Plana: "Durante un tiempo todos fuimos ricos y era tan bonito... pero nos engañaron"
La payasa, que trabajará con el Cirque du Soleil, ha charlado con los lectores de EL PAÍS
Pepa Plana va a ejecutar el "más difícil todavía". La payasa catalana (Valls, Tarragona, 1965) ha aceptado la invitación del Cirque du Soleil y participará en el nuevo espectáculo que se estrenará en la primavera de 2012 en Montreal y con el que, durante un año y medio, recorrerá Canadá, Estados Unidos y Asia. Plana llega a la redacción de EL PAÍS en Barcelona con una falda estampada de diarios y con un collar del que cuelga un Chupa-Chups rojo. Después de posar para el fotógrafo, se quita su preciada nariz roja, la misma que después de unas cuatro o cinco actuaciones regalará a alguno de sus amigos más especiales, y la guarda en un joyero. Ya sin nariz, se pone un poquito más seria para responder a las preguntas de los lectores de EL PAÍS.
Una payasa se diferencia de un payaso en "la facilidad que tenemos las mujeres por conectar con la parte más frágil de nuestras emociones. Se nos ha permitido llorar más". De hecho, una de las razones por las que tomó la decisión de emprender el proyecto junto con el Cirque du Soleil es que el espectáculo "girará en torno al universo femenino", añade la artista.
"El payaso fracasa, es patético, y se muestra así delante del público con toda su fragilidad y a veces mala leche, pero en el fondo lo que hace es poner un espejo delante del público. Nos vemos en este espejo y nos reconocemos". Ella es una payasa "indignada" y se reconoce en el movimiento del 15-M. Sobre la manifestación de ayer piensa que "fue impresionante la fuerza que podemos tener las personas cuando nos juntamos. Algo va a cambiar. Tiene que cambiar", afirma.
Respecto a la crisis "...le entristece profundamente lo tontos que hemos sido. Durante un tiempo todos fuimos ricos y era tan bonito... pero nos engañaron. Los payasos sabemos muy bien lo que es estar en crisis".
Hay crisis pero la payasa ahora tiene éxito. Nunca se ha presentado a ninguno de los castings del Cirque du Soleil pero la llamaron porque seguían su trabajo y conocían sus representaciones. El oficio de Pepa Plana es pura ingenuidad: "El payaso es un optimista nato, vive en el país del SÍ, todo es posible y no se desanima nunca. Constantemente se encuentra con problemas y busca soluciones y cada solución es un nuevo problema (...) El mayor éxito es su fracaso". Pero también puede que muestre el camino más firme si se quieren cambiar las cosas, "hay todo un movimiento de desobediencia que utiliza herramientas del payaso para enfrentarse a la policía y desarmarlos regalándoles flores, por ejemplo".
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