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Pasqual abre ventanas al 15-M

"La programación nos ha salido muy política", afirma al presentar la temporada 2011-12 del Teatre Lliure. -El director 'rescata' a Boadella

Lluís Pasqual presentó ayer en el Teatre Lliure de Montjuïc su primera programación como director del colectivo en su nueva etapa. Y lo hizo a brazo: él solo frente al vestíbulo lleno de periodistas, de la gente de la casa y de una amplísima representación de los artistas que desfilarán a lo largo de la temporada. Micro inalámbrico suspendido ante la boca a lo Madonna, recortado ante una enorme pantalla con el anagrama del Lliure, Pasqual pasó revista a los espectáculos y expuso su filosofía.

Entre lo más relevante: consideró que es la de la temporada 2011-12 una programación "muy política" en la que "muchos textos hablan de temas del 15-M, todos esos temas de la calle están reflejados aquí dentro, expresados poéticamente", están, dijo, en Coriolà, de Àlex Rigola, en la monumental (siete horas, 22 utilleros) trilogía La costa de la utopía, de Tom Stoppard, que pone en escena la Compañía del Teatro Académico Ruso de la Juventud de Moscú (del 5 al 8 de octubre, Montjuïc); en Quit, de Handke, dirigida por el propio Pasqual; en Els jugadors, de Pau Miró; en L'onada, sobre el ascenso de los totalitarismos en el siglo XX...

La programación, en la que están, entre otros muchos, Rosa Maria Sardà, Mario Gas, Joan Font, Eduard Fernández, Carles Santos, un Koltés por Chéreau, una Tempestat dirigida por Declan Donnellan con actores rusos y una Hedda Gabler con Laia Marull, arrancará en el teatro de Gràcia el 27 de septiembre con "una bendición" cantada de Maria del Mar Bonet.

Entre lo más emotivo, Cartes Lliures, diferentes correspondencias leídas por actores emblemáticos del Lliure, y una velada de "cartas del exilio" a cargo de Núria Espert y Josep Maria Flotats.

Y como noticia bomba, la del retorno a Cataluña del autoexiliado Boadella con su Amadeu, sobre Amadeo Vives (cerrando temporada en Montjuïc, del 12 al 22 de junio de 2012). "Le pedí que viniera y dijo que sí, a veces solo hay que pedirlo".

Empezó Pasqual recordando la frase que sintetiza su vuelta al Lliure: "no vuelvo, vengo". Es decir, aceptando todo el cambio que ha supuesto Rigola, sin nostalgias. Aunque marcó dos diferencias: nunca dirá, afirmó, "sala Fabià Puigserver, porque para mí ese nombre jamás será una sala", y no piensa cumplir ?"porque no la he hecho yo"? la promesa de, a cambio de la reapertura del Lliure de Gràcia, no usar como sala de exhibición el Espai Lliure: lo empleará para teatro infantil, una nueva línea que quiere abrir en el teatro.

Subrayó lo ejemplar, heraclitiano, fluido, de la transición, con Rigola sentado delante y en la programación. Recalcó que pese a la época difícil, el Lliure aumenta su actividad y su oferta: 136.000 entradas. El milagro de los panes y los peces ha sido posible, dijo, gracias a las complicidades y afinidades: prácticamente todo en la programación son coproducciones a varias bandas ("cinco espectáculos con el Sunyer"). Eso saca del paso pero tiene un peligro a medio plazo, advirtió Pasqual, y es "uniformizar".

Con respecto al ciclo de Radicals Lliures, anunció su reconversión en un festival en diferentes espacios que resucitará el nombre del Neo y se organizará con el Mercat de les Flors, el Institut del Teatre, la Seca de Bonnin y... el Conca. ¿Qué le parecería a Pasqual que desactivaran el organismo? "Una pérdida de libertad".

Como no podía ser de otra manera, Pasqual entró a hablar de recortes y del programático adelgazamiento de estructuras de la administración cultural. "No podemos adelgazar el Lliure", dijo, y opinó que la cultura tiene un efecto balsámico y no deberían reducirse los presupuestos que se le destinan. Preguntado por Ferran Mascarell y su viejo desencuentro, insistió en su línea desde que accedió a la dirección del Lliure: "Somos otros, de verdad".

Actores y actrices del teatro Lliure posan con su director, Lluis Pasqual (c), durante la presentación esta mañana de los espectáculos que integrarán la próxima temporada teatral 2011-2012.
Actores y actrices del teatro Lliure posan con su director, Lluis Pasqual (c), durante la presentación esta mañana de los espectáculos que integrarán la próxima temporada teatral 2011-2012.Alejandro García (EFE)

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