'La dama del armiño' respira el aire (climatizado) de Madrid
Cuidados extremos para el célebre cuadro de Leonardo da Vinci que podrá verse desde mañana miércoles en una exposición en el Palacio Real
La dama del armiño ya respira el aire (climatizado) de Madrid. Detrás de una vitrina "microclimática activa", que se autorregula para estar siempre a 20º de temperatura y el 50% de humedad, el cuadro de Leonardo da Vinci -estrella absoluta de la exposición Polonia, Tesoros y Colecciones Artísticas que se inaugura mañana 1 de junio en el Palacio Real- pasará así sus próximos meses de vida. La vitrina, que mide 2,40 metros de altura, 1,80 de base y 50 centímetros de fondo, garantiza la salud del cuadro, que se calcula será visitado por grupos de 20 personas que no permanecerán más de tres o cuatro minutos ante él. "No es una vitrina de altísimo riesgo, es de conservación", ha explicado Guillermo Andrade, de la empresa SIT, encargada del transporte e instalación de la famosa obra en España.
El marco es del siglo XVI, no es el original, pero es el que suele tener el cuadro en su museo
Andrade ha sido uno de los técnicos (más de una docena) que han procedido al desembalaje, apertura e instalación del cuadro. El marco viajó separado por seguridad, dejando a la pintura desnuda de ornamentos, solo rodeada por una marialuisa (moldura dorada lisa que permite encajar la obra en el marco) y dentro de un estuche de madera o "caja de contrachapado sanitario". Con unos guantes blancos, el conservador jefe de restauración del Museo Nacional de Cracovia abrió el estuche de madera, lo levantó ligeramente durante unos minutos y permitió que un grupo de periodistas lo contemplaran y fotografiaran, rompiendo así con la intimidad del ritual.
"El marco es del siglo XVI, no es el original, pero es el que suele tener en su museo. Ellos prefieren desmontar el cuadro entero cuando viaja para evitar posibles daños", explica Maricarmen García-Frías, conservadora de Patrimonio Nacional. "No es nada común", añade Andrade.
Como un hospital
La sala del museo se confundía con la de un hospital. Dos camillas y media docena de personas en bata blanca circulaban con papeles y radiografías en la mano en los que se encerraban todos los detalles del cuadro, sus marcas y sus heridas. Los conservadores polacos comprobaban que el cuadro había llegado a Madrid exactamente igual que se fue de Cracovia y su minucioso examen era seguido por los especialistas españoles. Una mezcla de tensión y celebración en sus caras y quizá el temor a despojarse por una temporada de su mayor joya nacional, que después de Madrid viajará en las mismas condiciones a Berlín y Londres.
La primera foto de La dama del armiño en España fue breve, pidiendo que no se abusara de ella, de su extrema delicadeza pero, a la vez, compartiendo su eterno misterio. Rodeada de las personas que mejor la conocen (Janusz Czop, conservador jefe de restauración del Museo Nacional de Cracovia; Zofia Gouliev, directora de la pinacoteca; Anna Crochowska, encargada del marco y restauradora del Castillo Real de Wawel, y sus dueños, Adam Czartoryski y su esposa) ella seguía mirando a un lugar indescifrable. A su lado, la conservadora de Patrimonio Nacional Loreto Arranz, su presidente, Nicolás Martínez-Fresno y Pavía, y Borja Baselga, director de la Fundación Banco Santander, principal patrocinador de la exposición, quien apenas alcanzaba a pronunciar un "¡pero qué emocionante!".
Babelia
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