Levantando pasiones

Con gran expectación y arropado por sus amigos llegados de España, Nacho Duato se estrenó ayer noche como director de la Mijailovski Ballet Company de San Peterburgo, conquistando al público ruso que llenaba al completo el bello y acogedor teatro, hasta hace poco dedicado a la danza clásica. Tras la representación, calurosos aplausos y bravos con parte del público puesto en pie.

El programa esta formado por tres coreografias. Una de ellas, Nunc Dimittis, era estreno mundial. Nacho Duato ha creado e ideado este magnífico ballet pensando en la extraordinaria primera bailarina del Mijailovski Ballet: Ekaterina Barchenko. El programa se completa con dos piezas muy conocidas del repertorio Duato: Without Words (1998), que Nacho creó para el American Ballet Theater con música de Franz Suchubert, y Duende (1991), un trabajo con música de Claude Debussy que estrenó el Nederlands Dans Theater. Duato ha elegido estos dos trabajos para que los componentes de la compañía rusa se sumerjan paulatinamente en su estilo contemporáneo. Resultó muy interesante ver cómo ambas disciplinas, clásico y contemporaneo, se acoplaban en simbiosis perfecta para derivar en un nuevo lenguaje, en el que la rapidez y la línea quebrada dan paso a un gesto mas estilizado y espectacular. El rasgo quebrado se suaviza y todo el baile toma un cariz mas sereno y solemne sin perder ni un ápice de su expresividad y corte contemporáeo.

Lo mejor de la noche fue sin duda el estreno de Nunc dimittis, que Duato ha creado a la medida de los bailarines de la companía, ciñiéndose a sus cualidades. El resultado es una obra hipnótica, de una provocadora belleza que encoge el alma del espectador hasta derretirla. Con la música homónima del compositor estonio Arvo Part y un fragmento de percusión que recrea el repicar de campanas, obra del compositor español David Azagra, Duato ha creado un ballet magnífico, de una latente religiosidad. La belleza de la iglesia ortodoxa de San Salvador de la sangre derramada, cercana al teatro, parece que haya inspirado al artista este ballet sacro. Pese a que la música es un cántico del Evangelio de Lucas sobre el piadoso judío Simeon, Duato ha querido realizar un ballet de corte abstracto en el que la fuerza de su imágenes despierten el misticismo del espectador.

Al principio de Nunc dimittis, en una escena desnuda y oscura, se desprende por un tragaluz una gran tela roja que forma una curva de catenaria que abraza el impactante developpe de Ekaterina Barchenko, una bailarina de arrolladora personalidad. Las voces del coro enfatizan la solemnidad de este momento. Luego aparecen seis parejas, ellas ataviadas con un traje de terciopelo grana. Su baile es distinguido y elegante, en la línea de Por vos muero, una de las mejores correografías de Nacho Duato. El trabajo coral es enérgico y vital, mientras que los pas a deux desmenuzan el rico vocabulario del coreógrafo en imágenes de una belleza sublime. Las campanas suenan mientras Ekaterina se eleva prendida en la tela en un sacrificio religioso teñido de sangre. Inolvidable.