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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una deuda pendiente

Basada en la novela homónima de Georges Orwell, 1984 nos ha mostrado el primer y único intento de Lorin Maazel como compositor de ópera. Se estrenó en el Covent Garden en 2005 y llega a Valencia como una deuda pendiente: estaba programada para la temporada 2007-08, pero tuvo que suspenderse por las inundaciones que sufrió el edificio de Calatrava. Maazel se despide con ella de esta ciudad y marcha para dirigir la Filarmónica de Múnich.

Valencia, durante estos años, le ha pagado nóminas exorbitantes, pero le debe algo a otro nivel. El director americano ha seleccionado y formado a la mejor orquesta que ha tenido España hasta la fecha. Nos deja una agrupación que se sitúa en el ámbito de la excelencia. Otros han cobrado todavía más, y a sus espaldas solo quedan quiebras, inundaciones, trabajadores en paro y negocios turbios. Por eso no está mal despedir a Maazel con una obra que tiene para él una especial significación.

1984

Compuesta y dirigida por Lorin Maazel. Orquesta y Coro de la Comunidad Valenciana. Solistas vocales: M.A. McGee, Nancy Gustafson, Richard Margison, Silvia Vázquez, Andrew Drost, Graeme Danby, Lynton Black y Mary Lloyd-Davies, entre otros. Escola Coral Veus Juntes, Escolania de la Mare de Déu dels Desemparats, Pequeños Cantores de Valencia. Dirección escénica: Robert Lapage. Palau de les Arts. Valencia, 23 de febrero de 2011.

Más información
Maazel afirma que su ópera '1984' advierte del caos que se avecina

1984 es una anti-utopía militante ya en su origen literario, y militante resulta también la versión operística. Su denuncia de las dictaduras y de la cada vez más opresiva vigilancia del ciudadano provoca una lógica simpatía, pero debe reconocerse el esquematismo que late en el libreto. La partitura aparece como una mezcla de expresionismo crudo, música fílmica, refinados tintes ravelianos, ecos de Puccini, Britten y hasta unas pizquitas de jazz, salmodias religiosas, himnos y sones de cabaré. La coherencia no es, desde luego, su punto más fuerte. Plantea exigencias notables a los cantantes. Destacaron Michael Anthony McGee (más por la expresión que por el instrumento) Nancy Gustafson, y Silvia Vázquez (sobre todo en el papel de Borracha). En los coros hubo desenvoltura y palpable cooperación. La dirección de escena sirvió con eficacia al libreto. Y Maazel comprendió y dirigió magníficamente la obra por él mismo creada.

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