Gervasio Sánchez retrata el drama de los desaparecidos
Una triple exposición en Barcelona, León y Madrid documenta el sufrimiento de las víctimas y de sus familiares
Casi toda la vida profesional de Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959) está ligada a los desaparecidos. Era un estudiante de 24 años cuando a través de Amnistía Internacional de Barcelona cayeron en sus manos los primeros informes de violaciones de derechos humanos en Guatemala y en El Salvador. La lectura de las terribles historias que se recogían en aquellas páginas le hizo tomar la determinación de poner su energía y su cámara al servicio de los desaparecidos y sus familiares.
De su afán por documentar esos dramas, surge la triple exposición que simultáneamente se podrá ver en el MUSAC (29 de enero) , el CCCB (1 de febrero) y La Casa Encendida (2 de febrero). Son 250 fotografías con ocho murales con 80 retratos. Dos grabaciones audiovisuales, realizadas cuando el horror era imposible de fotografiar, completan las exposiciones. Las imágenes están tomadas en países de América Latina, Asia y Europa. El epílogo está dedicado a los desaparecidos en España, misión a la que Gervasio Sánchez se va a dedicar en cuerpo y alma durante los próximos años, hasta que se les pueda devolver su identidad y los familiares puedan concluir su duelo. La exposición se completa con dos volúmenes en los que se recogen todas las fotografías y un DVD (Blume)
Las tres sedes mostrarán idénticas series, pero diferentes fotografías
Las tres sedes mostrarán idénticas series, pero diferentes fotografías. Sólo el MUSAC, cuyo ex director Rafael Doctor es el autor de la propuesta original, añade a su exposición la instalación Crueldad y dolor, de Ricardo Calero y Gervasio Sánchez.
Sandra Balsells, fotoperiodista y profesora de la Universidad Ramon Llull ha comisariado la exposición en torno a diferentes bloques temáticos que, en La casa Encendida están distribuidos en dos salas de la planta sótano. Se arranca con las instalaciones para torturar y, muchas veces, hacer desaparecer a las víctimas (prisiones, cuarteles), se se sigue por los memoriales creados en recuerdo de los desaparecidos, retratos de familiares, imágenes de objetos personales de los desaparecidos (un peine, un zapato, su silla favorita), los procesos de búsqueda, exhumación, identificación o devolución.
Implicación personal
Todas son imágenes tomadas a lo largo de un cuarto de siglo. Y en cada una de ellas, Gervasio Sánchez se ha implicado personalmente porque, asegura, él no pertenece a ese grupo de fotógrafos que entran avasallando sin respeto, para capturar un primer plano del sufrimiento y provocar la lágrima fácil en el espectador. Asegura que en su trabajo no hay fotos robadas. Ha pasado muchas noches, fiestas e incluso navidades con los protagonistas de sus fotografías. De muchos de ellos conserva frescos los recuerdos. Es el caso de Sola Sierra, Viviana Díaz y Carmen Vivanco, a las que conoció en Chile, en la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD). O Mamá Angélica, una mujer quechua que lideraba a los familiares de desaparecidos en Perú.
Todas son historias que conmueven lo más profundo; un ejemplo de lo peor que puede hacer el ser humano en Chile, Colombia, Cambolla, Irak....Hasta que un buen día, una periodista de la Agencia Efe le preguntó sobre los desaparecidos en España y sobre las razones por las que el fotorreportero no se había interesado entonces. "Lo vi claro", ha explicado Gervasio Sánchez esta mañana". Era 2008 y me sumergí de lleno en nuestro problema. ¿por qué los guatemaltecos, los colombianos o los iraquies son más valientes que nosotros?El derecho internacional obliga a que investiguemos. Frente a un número incalculable de desaparecidos, en España solo se han abierto 200 fosas comunes y se han localizado 5.300 cuerpos. Si el Estado niega seguir con este trabajo, está neganco la democracia. Hay gente, mucha, que ha dedicado toda su vida a encontrar a sus muertos. Hasta que no encuentras a tus seres queridos, el luto no sigue su proceso natural y no se puede acabar. La vida se rompe.".
Por todo ello, los desaparecidos en España van a ser la ocupación fundamental de Gervasio Sánchez durante los próximos tres años. Como mínimo.
Babelia
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