Una librería para Freetown
La escritora anglo africana Aminatta Forna explora en 'La memoria del amor' las secuelas de una guerra en dos historias que se entrelazan
La única librería en Sierra Leona se llama Diáspora y la administra un viejo conocido de la novelista y reportera de la BBC Aminatta Forna (Glasgow, 1964). Un proyecto notable en un país con índices de analfabetismo que giran en torno al 85%. La escritora anglo africana se encuentra en Madrid para hablar sobre La memoria del amor (Alfaguara): 567 páginas de ficción donde el eco de una guerra civil se campea sobre dos historias de amor. "Mis libros se consiguen en Freetown en una tienda nueva (Diáspora). Pero existe el problema de que un texto como este -muestra la tapa de su nueva novela, ilustrada con el rostro de una hermosa mulata que bien podría ser el de la autora- cuesta 30 euros, que es el equivalente al sueldo de un maestro".
Más que un relato sobre los horrores de la guerra civil acaecida en el país africano en 1991, el libro bucea en la forma como las personas se sobreponen a las cicatrices que deja un conflicto. Y lo hace desde un minucioso estudio psicológico. "Las dos historias que se cuentan en el libro suceden antes y después de la guerra. Quise hablar sobre las consecuencias que tiene tomar ciertas decisiones. Sobre los impulsos y los deseos, sobre el amor, y cómo todo esto afecta las vidas de unos personajes masculinos".
¿Cómo fue el proceso creativo de darle voz a tres hombres?: "Más que una cuestión de género", señala la escritora, "se trata de observar ciertos patrones de comportamiento. El género lo que hace es condicionar cómo se expresan. Para El Jardín de las mujeres, mi anterior novela, tuve más dificultades: eran cuatro mujeres de una generación distinta a la mía, que vivían en un contexto rural y que hablaban un idioma distinto al mío". Con los personajes de esta novela, como es el caso del psicólogo Elias Lockheart, se he sentido más identificada: son tres profesionales de clase media que han crecido en un contexto urbano.
Mohamed Forna, padre de la novelista, fue probablemente uno de los hombres más capaces de su generación. Médico nacido en Sierra Leona y formado en Escocia, ministro de Finanzas y político progresista en la Sierra Leona de finales de los 60, fue ejecutado en 1975 por el Gobierno del tirano Siaka Stevens. Se le acusó de traición. En el libro The devil that danced on the water (El diablo que bailó sobre el agua) la escritora desgranó las irregularidades del turbulento juicio contra su padre. Aminatta Forna asegura, sin embargo, que no escribe para sanar viejas rencillas. "Te podría suceder lo contrario. Este tipo de búsquedas requieren acercarte mucho y examinar algunos puntos sensibles para la memoria".
¿Qué papel ha querido dar a Sierra Leona en su obra? "Muy importante. Creo que la literatura trata de coger un asunto o un lugar puntual y volverlo universal. En este libro, por ejemplo, el lector comienza a explorar un mundo que no es familiar para los europeos, ni para ninguna persona en Sierra Leona que no este entre las clases privilegiadas o en los círculos académicos. Estoy convencida de que a través de la literatura se puede acercar al lector a un primer encuentro con situaciones que suceden en otros mundos y hasta ahora le son desconocidos".
Forna vive desde hace años en Londres pero reconoce que cada vez que puede se escapa a Sierra Leona, donde la luz alumbra clara y lozana, a diferencia del grisáceo y plomizo cielo de Londres: "Resulta curioso que sea a África la que se conozca como el continente oscuro (dark en inglés)", concluye en tono de broma.
Babelia
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