El músical 'Spiderman' pende de un hilo
El espectáculo de Broadway sobre el superhéroe se estrella en la venta de entradas
Todo el mundo habla de lo mismo en Broadway: unos con la risa floja, otros con la mosca detrás de la oreja y algunos con el cuajo que da haberlo visto todo y estar curado de espantos. En este último grupo parecen estar el líder de U2, Bono, la directora Julie Taymor y el productor Michael Cohl (un magnate que ha sido capaz de levantar proyectos imposibles) que a pesar de comprobar como su gran invento en forma de musical, Spiderman Turn off the dark, que tenía que ponerles a todos a nadar en oro, no acaba de despegar , siguen con su actitud de "esperad y veréis".
Si los cincuenta millones de euros invertidos y la cantidad de publicidad (aunque fuera negativa) que había despertado el proyecto auspiciaban el taquillazo soñado, a la hora de la verdad ha resultado que su gozo en un pozo. Y es que las entradas del mega-musical se venden a trancas y barrancas (parece que aún no se ha llegado al 50% de ocupación) y el asunto parece estar rodeado de indiferencia, palabra que en Broadway equivale a "bancarrota" por muy brillantes que sean las luces de neón.
La última en saltar a la palestra para tratar de evitar que Spiderman se dé el gran morrazo ha sido Julie Taymor. La estadounidense adquirió fama y fortuna en Broadway cuando convirtió El rey León en una máquina de hacer dinero y aceptó llevar al héroe de la Marvel a las tablas de un teatro para demostrar que no hay bicho que se le resista, contando además con un letrista de excepción como el irlandés Bono.
La directora declaraba a The independent: "tendremos un montón de extras volando para aterrizar luego en los palcos y los pasillos e increíbles efectos especiales" sugiriendo así que la cosa va a ser más emocionante de lo que parece a primera vista. Sin embargo para el público neoyorquino lo del trepamuros cantando y bailando no parece ser imán suficiente y los agoreros (por una vez henchidos de razón) advierten del peligro de haber dado luz verde a un proyecto que, allá por sus inicios, en 2007, se presupuestaba en 15 millones de euros y que finalmente se ha disparado hasta el infinito y más allá por culpa -especialmente- de la complejidad de sus efectos especiales.
La cuestión es que el día 12 de diciembre se alza el telón para la obra y lo que debía ser un "todo vendido" de dimensiones estratosféricas ha resultado ser un "aún tenemos de todo". No son pocos los que creen que si la situación no cambia el pobre Spiderman cantarín tiene las horas contadas pero de momento, y de cara al patio de butacas, todo es optimismo y ganas de vivir: "tiene la formula perfecta: grandes efectos especiales y Spiderman trepando por las paredes. No veo cómo podría dejar de ser un gran éxito" clamaba al mencionado Independent Sally Green, dueña del mítico teatro londinense Old Vic. Finalmente lo que queda claro es que aún quedan entradas para todas las sesiones de noviembre (algo totalmente insólito) y que sí su presentación acaba siendo un fiasco éste podría convertirse en el mayor fracaso de la historia de Broadway. De momento el reparto, encabezado por el desconocido Reeve Carney, sigue dando el callo en los ensayos esperando que Spiderman no pierda pie y se dé el castañazo de su vida.
Babelia
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