Los jóvenes consumen más cultura que los adultos gracias a las nuevas tecnologías

Los programas de radio se pueden convertir en archivos sonoros para escucharlos en cualquier momento del día, en el coche o andando por la calle. Las series de televisión tampoco entienden de horarios en Internet, y las películas de estreno sientan a más espectadores en el sofá que en las butacas de los cines. Internet ha cambiado las rutinas y, de rebote, ha hecho crecer el consumo cultural de los jóvenes catalanes, según el estudio Cultura y Juventud 2006, que ayer presentó la secretaría de Juventud de la Generalitat.

Los chicos y chicas de entre 15 y 29 años consumen más cultura que los adultos. Escuchan más música, van más a menudo al teatro, al cine, a ver conciertos y a las bibliotecas. Leen más y, sobretodo, se conectan a Internet el doble que sus padres. Los adultos sólo superan a los jóvenes en la lectura de periódicos y en el número de horas que se pasan delante de la televisión. Los jóvenes han sustituido la caja tonta por el ordenador.

"Cada vez van menos al cine, porque se descargan las películas por Internet", explicó el secretario de Cultura de la Generalitat, Eduard Voltas, quien alertó de que el consumo de cine en pantalla grande "podría estar en peligro de extinción".

La televisión y la asistencia a las salas son los ámbitos culturales que más acusan la irrupción de las nuevas tecnologías. De hecho, son los únicos en los que ha bajado el consumo de los jóvenes respecto a los datos de 2001. Voltas, que considera "positivos" los datos del estudio a nivel cuantitativo, se mostró "preocupado" por la "calidad" de la cultura que consumen los jóvenes

El informe, basado en los datos de la Encuesta de Consumo y Prácticas Culturales de Cataluña, también revela que la universalización de las nuevas tecnologías en los hogares "ha reducido las diferencias de acceso y consumo de cultura entre los jóvenes", explicó el secretario de Juventud del Departamento de Acción Social y Ciudadanía, Eugeni Villalbí. Ahora, las facilidades en el transporte, la formación y las responsabilidades familiares son los indicadores que definen los perfiles de consumidores culturales. Al margen de la actividad que elijan, el 36% de los 1.855 jóvenes encuestados consume cultura sin salir de casa.