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Mayte Martín recuerda en su recital en el Festival de las Minas los cantes con los que ganó el concurso la misma noche que actúa Manolo Sanlúcar
"Después de haber ganado en La Unión con estos cantes, creo que sólo los habré hecho dos o tres veces". Con estas palabras introducía la cantaora catalana Mayte Martín la minera, cartagenera y taranta que le dieron el triunfo en el concurso de cante del Festival Internacional de Cante de Las Minas de 1987. Desde entonces, la cantaora ha crecido mucho, y anoche lo demostró en un recital sobrio, íntimo, como gusta hacer a esta artista, arropada por un público silencioso y atento.
Desafiando a la mala suerte, Martín eligió comenzar con unas peteneras, cante que para algunos supersticiosos trae mala suerte para quien lo interpreta. Esta cantaora ha demostrado ampliamente que a ella la petenera le va bien. Su voz adolorida y afinada sabe estremecer con este cante especialmente triste. "Estoy feliz de estar aquí", dijo tras este primer cante grande. "He vivido muchas cosas bonitas aquí, incluso antes de ganar la lámpara minera". Se refería Mayte Martín a su estancia en la localidad aprendiendo los cantes de Antonio Fernández, el que fue guitarrista oficial del concurso de cante durante 30 años, patriarca de una saga de flamencos unionenses y gran conocedor de los cantes mineros.
La cantaora estuvo acompañada a la guitarra, como suele ser habitual, por Juan Ramón Caro, que tiene la misma manera de tocar que Mayte tiene de cantar: preciso, afinado, reposado y con sentimiento. La cantaora estuvo anoche inspirada. Hizo una serie de cantes por malagueñas y unos fandangos que comenzó a media voz, recreándose en los tonos más bajos, modulando. Después, un garrotín y la guajira Mi mulata, de Juanito Valderrama, un cantaor que, como recordó Mayte Martín, está estrechamente ligado a los cantes mineros y de levante.
Con sus bulerías, una larga tanda en la que intercaló varios cuplés, Martín dio paso al segundo recital de la noche, el de un clásico de la guitarra, Manolo Sanlúcar. "Aquí estoy, con predisposición de enamorado", dijo el guitarrista antes de comenzar.
Enrique Morente y Carlos Saura fueron dos espectadores de excepción de estos dos grandes del flamenco. Precisamente para Morente, que un rato antes había recibido la máxima distinción del festival (el Castillete de Oro), tuvo Sanlúcar una mención especial: "Tú eres el pionero en esa búsqueda del flamenco", dijo. "A ti se te debe todo".
El guitarrista hizo un rápido repaso a su carrera discográfica. Acompañado por la voz de Carmen Molina, Sanlúcar interpretó composiciones de Tauomagia, Locura de brisa y trino (su disco dedicado a la poesía de Lorca) y Baldomero Ressendi, la voz del color durante una hora escasa, que quiso rematar con La danza de los pavos, una bulería que sirvió de cierre a una noche más de calidad en el antiguo mercado de La Unión.
Babelia
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