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Adolfo Marsillach, inmortalizado en un museo

El Nacional de Teatro recibe el legado compuesto de fotos, maquetas, dibujos, manuscritos, cartas, programas... que expondrá en una sala dedicada al actor, director y autor

Los recuerdos profesionales, escenografías, carteles, maquetas, fotos, premios, dibujos, carteles indumentarias teatrales, programas teatrales, condecoraciones, correspondencia y un importante archivo documental, perteneciente todo ello al desaparecido actor, director, autor y novelista Adolfo Marsillach han pasado a pertenecer al Estado y, más concretamente, al Museo Nacional del Teatro, donde todo su legado permanecerá en una sala dedicada a este hombre fundamental del teatro español del siglo XX.

Esta donación, hecha por la actriz y directora teatral Mercedes Lezcano, viuda de Marsillach, se hizo ayer pública en un acto en el que intervino la ministra de cultura Ángeles González-Sinde, el director del Inaem, Félix Palomero, Andrés Peláez, director del museo y Blanca Marsillach.

"Desde la creación del Museo en 1919, hasta el 2004, esta institución nunca tuvo asignación económica para adquisición de obras, por lo que ha vivido desde siempre de las donaciones del teatro", dice Peláez quien al llegar a su cargo en 1989 siguió la misma política de sus antecesores y ha ido recibiendo donaciones de profesionales como Nuria Espert, José Tamayo, Francisco Nieva, José Luis López Vázquez o la de la viuda de Agustín González.

Aunque a partir de 2004 consiguen que la junta de calificación adquiriera obra, lo fundamental para este museo siguen siendo los legados que se donan: "Es por ello que podemos calificarlo de un museo de todos y el 99% de los casi un millón de objetos que tenemos son provenientes de donaciones, como la de Adolfo, que además es clave porque son más de 10.000 piezas, sin olvidar la correspondencia de un hombre cuya presencia en la cultura española del siglo XX va más allá del teatro como lo avalan su correspondencia con personalidades como Alfonso Guerra, Felipe González, José Bono y autores como Antonio Gala, Buero Vallejo, Peter Weiss, Jean Paul Sastre, a lo que hay que añadir la correspondencia de su abuelo, crítico de teatro, con Galdós, donde hemos encontrado un documento en el que el autor de Electra le recomienda a su amigo a una joven actriz muy prometedora que se llama Margarita Xirgu". También están las cartas de gentes del teatro que le felicitaban y alababan a ser nombrado director del Inaem o de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, poniéndose a su disposición, firmadas por personas que luego le mandaron otras cartas muy distintas incluso amenazándole de muerte.

"El ha tenido el acierto de guardarlo todo, eso es lo que ha sido de gran valor, como las fotografías extraordinarias que tenemos de él, o los manuscritos y guiones de televisión o de su única película Flor de santidad, y libros de dirección muy interesantes, sobre todos los que hizo para el teatro clásico con sus cortes, y donde se reflejan las muchas vacilaciones a la hora de dirigir y como tras un largo proceso volvía a la primera idea", señala Peláez quien tiene previsto que el Museo muestre este legado el año que viene en una exposición que coincidirá con el Festival de Teatro Clásico de almagro y que posteriormente viajará a Barcelona, Madrid y otras ciudades.

Entre las piezas más destacables está el único traje de Elio Bernhanyer que hizo para hombre, en la escena, concretamente para El arquitecto y el emperador de Asiria, de Fernando Arrabal, junto con una ropa interior que hoy bien podría adjudicársele a una "madame dominadora". También es importante la colección de bocetos y una magnífica colección de dibujos dedicados a él, entre los que están Alberti, Alberto Corazón, José Luis Verdes y de la cuñada de Marsillach, la pintora Ana Lezcano.

"Él siempre había creído que se podían hacer más cosas desde la Administración por el teatro", señaló en el acto González-Sinde, "ibntentó sacar una ley de teatro... y fue inútil. Quiso conseguir el consenso de todos los sectores y no hubo manera de ponerlos de acuerdo. Todo eso sucedía en 1990, curiosamente, los profesionales de las artes escénicas que tantas piedras le pusieron en el camino, siguen intentado conseguir la dichosa ley de teatro. La falta de visión que Adolfo les achacaba es evidente. Comento esto porque sé cuánto le dolió la falta de comprensión y apoyo del sector."

ARCHIVO
Vídeo: ARCHIVO ADOLFO MARSILLACH
El Nacional de Teatro recibe el legado compuesto de fotos, maquetas, dibujos, manuscritos, cartas, programas... que expondrá en una sala dedicada al actor, director y autor. EL PAÍS te ofrece un adelanto en vídeo.Vídeo: ARCHIVO ADOLFO MARSILLACH
El Nacional de Teatro recibe el legado compuesto de fotos, maquetas, dibujos, manuscritos, cartas, programas... que expondrá en una sala dedicada al actor, director y autor. El PAÍS te ofrece una selección.Vídeo: ARCHIVO ADOLFO MARSILLACH
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