"Los españoles me recordarán por ser el guionista de 'Curro Jiménez'"

Ponerse delante de Antonio Taco Larreta (Montevideo, 1922) es mirar a los ojos de uno de los más prestigiosos críticos de cine de Suramérica, de uno de los más reputados directores teatrales, del amigo y guionista de Pilar Miró, del creador de la serie Curro Jiménez o del ganador del premio Planeta con su primera novela, Volavérunt. La obra artística de Taco Larreta abarca todo el siglo XX y en un fascinante salto mortal entra en el siglo XXI con su debut como actor en La ventana, de Carlos Sorín, película que se estrenó el pasado viernes y en la que encarna a un anciano postrado en cama que decide dar una última vuelta por sus posesiones.

"Una noche me llamó el ministro de Vivienda uruguayo y me invitó a cenar con uno de mis mejores amigos, Sancho Gracia, y con un productor del filme, José María Morales. En la cena estuvimos charlando, intimamos y descubrí que era el productor de uno de los filmes que más me gustan, Cosas que nunca te dije, de Isabel Coixet. A mitad del segundo plato Morales me propuso actuar, yo acepté, quince días más tarde Sorín vino a mi casa y cerramos el acuerdo. Quería un actor escritor, cosa muy complicada, y yo respondía a su patrón imaginario".

Larreta ha sido crítico de cine intermitentemente en el diario uruguayo El País hasta que fue echado de mala manera por una trifulca política en una primera etapa, y para poder recibir una jubilación, en su segundo periodo. Su labor teatral le granjeó una inmensa reputación, un primer momento de gloria. Allí, en Montevideo, conoció a un exiliado español, Sancho Gracia, que le ayudó en su traslado a España en 1972 (vivió en Madrid hasta 1985). Dejó el teatro, porque para Gracia escribió todos los capítulos de Curro Jiménez. Otro gran éxito. Durante años, en su casa de la madrileña calle Mayor quedaba con Pilar Miró, y de esa amistad nació Gary Cooper, que estás en los cielos.

"Conocí a la auténtica Pilar, la mujer maravillosa que se escondía bajo una cara de dureza". También redactó La verdad sobre el caso Savolta, Los santos inocentes... y ganó el Premio Planeta en 1980 con Volavérunt -que acabó siendo película-. "Nunca me ha importado si el texto es rígido o mío, sino si disfruto. He trabajado con directores muy interesantes... Bueno, no siempre", remata con una media sonrisa. Su vuelta a Uruguay no le alejó del cine español: su nombre está detrás de Las cosas del querer, El maestro de esgrima o Juana la Loca.

"Sé que los españoles me recordarán por ser el guionista de Curro Jiménez. Es pintoresco. Una noche Sancho golpeó mi puerta en Madrid, para gran susto mío, que venía de una persecución política, y me tiró una pila de libros. Me dijo: 'Escoge el bandolero andaluz que quieras de todos estos y te escribes 13 capítulos para una serie'. Yo ni había escrito nunca un guión ni sabía mucho de Andalucía. Tres meses después me reuní con productores de TVE y un puñado de cineastas. Sancho, astuto, contrató a grandes realizadores de cine para dirigir la serie, y así conocí a Manolo Matji, Francisco Rovira Beleta, Pilar Miró, Mario Camus...". En un momento de parón laboral, tiempo después, "el título de un grabado de Goya, Volavérunt, me inspiró mi primera novela".

Larreta recuerda toda su vida sentado en un sofá de la casa madrileña de su sobrina. Bromea sobre su sordera, que no esconde una mente lúcida a sus 86 años. A los 87 llegará el próximo día 14. Asegura que el rodaje de La ventana, demostración del talento de Sorín, "tuvo algo de aventura, de pillería como la historia que cuenta". "Sorín me quitó el guión de las manos durante la filmación. Él crea un contacto muy íntimo y secreto con los actores, también conmigo, que te lleva a un trabajo profundo y vivaz, porque mucho se construye en el mismo plató. Te susurra cosas, te da consejos sin cesar". A pesar de sus achaques, no se cansa de ver cine. "Seguiría haciendo críticas y crónicas, pero los últimos cambios en El País uruguayo me llevaron a este estado. Además, de la noche a la mañana, se dejó de hablar de Paul Newman o Julia Roberts para dar espacio a Paris Hilton como personaje clave. Es un poco deprimente".