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Armando Iannucci: "Los líderes viven en una burbuja"

El cineasta escocés presenta una de las comedias del año, 'In the loop'

Unas palabras fuera de tiesto, y ya hay una buena liada en Oriente Medio. El cómico escocés Armando Iannucci ha escrito y dirigido una de las comedias del año, In the loop, que muestra la cara frustrante y fracasada de ese mundo de la política que quedaba tan bonito muchas veces en El Ala Oeste de la Casa Blanca. Veterano de la televisión, Iannucci ha escogido para su debut en el cine a un mentecato como protagonista, el ministro británico de Desarrollo Internacional, que en horario de máxima audiencia televisiva apoya un conflicto bélico en el que no cree, aunque su jefe, el primer ministro, y el presidente de Estados Unidos bullen de espíritu bélico. In the loop tiene un ritmo vertiginoso, primero en sus escenarios ingleses y después, cuando la acción se traslada a Washington, en los pasillos de los edificios gubernamentales estadounidenses.

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En persona, Iannucci, que estuvo en el festival de Cine Europeo de Sevilla presentando su película, resulta tan rápido y brillante como su guión. "Yo quería que en cuanto arrancara la acción, el espectador sintiera que ha sido un pistoletazo de salida, que no habrá descanso, porque en política ocurre lo mismo: una cosa lleva a la otra, y ésa a una tercera, y nadie puede parar a reflexionar". Pone un ejemplo: "Obama ha estado un mes y medio pensando qué hacer en Afganistán, y la gente le ha criticado por lento, por débil". En la vida es necesario pensar, ¿no? "Por supuesto, en política, no sé...". Se echa a reír. "Por eso los políticos envejecen tan rápido y acaban estresados", comenta más serio. Iannucci fue a EE UU a visitar la CIA, la ONU, el departamento de Estado, el Pentágono... "Les dije que no quería hacer un documental ni destruir carreras, así que pedí que me contaran las partes más aburridas de su trabajo. Porque es una comedia, aunque con ambiciones realistas. De ahí ese detalle, por ejemplo, de consejeros en la Casa Blanca muy jóvenes en contraste con los muy veteranos del gobierno británico. Uno de 23 años se fue a Bagdad a crear la constitución iraquí. Por Dios, ¡sólo tenía 23 años!". Con elementos así es fácil crear una comedia al estilo screwball, de diálogos como disparos.

El cineasta se coló en la Casa Blanca, paseó por Downing Street, y así llegó a una conclusión: "Los líderes viven en una burbuja. Nadie les lleva la contraria, ni les muestra lo que realmente ocurre. Muchos políticos han visto después la película y públicamente no la apoyan, pero en privado vienen y me dicen: '¿Quién te ha contado eso? Es así al cien por cien'. Un gran halago". El cómico no tiene ni una palabra amable para Tony Blair -"nunca confiaremos en él, por su pasión por ser amigo de los ricos y por hacer la pelota a la Casa Blanca; probablemente hubiera querido más ser presidente de EE UU"-, y le hace más gracia Gordon Brown -"no le entiendo, años preparándose para el cargo, y ahora no tiene voz propia". Por cierto, una leyenda asegura que la primera vez que Blair estuvo en la Casa Blanca fue de un lado a otro con la boca abierta de sorpresa y flipe. "Sí, y pedí a los actores británicos que lo recordaran, que pasearan embobados por las estancias estadounidenses".

Al final todo el embrollo acaba mal. "Es increíble. En política, por lo menos la británica, nadie dimite por muchos errores que cometan. ¿Pasa lo mismo en España?". Mejor no pregunte.

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