El arte francés cierra por huelga
Los museos y monumentos franceses amenazan con clausurar sus puertas
"Venía a ver las exposiciones y me encuentro con que hay huelga", comenta a las puertas del Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou Rosemary, una turista suiza de fin de semana en París. Como ella, los miles de visitantes que a diario acuden al segundo museo con más afluencia del país se encuentran desde el lunes de la semana pasada con la desagradable sorpresa de encontrarse las puertas cerradas. Algunos se lo toman con humor y aprovechan para hacerse fotos con los carteles de aviso de huelga que cuelgan en la entrada del museo. Mañana estas escenas amenazan con extenderse a otras grandes mecas culturales de la capital francesa y del resto del país.
En vísperas de las navidades, los sindicatos han hecho un llamamiento a los cerca de 25.000 trabajadores de unos 80 museos, teatros, monumentos y escuelas bajo tutela del Ministerio de Cultura a una huelga ilimitada a partir de mañana en protesta por la reducción de efectivos y el estancamiento de las subvenciones, un tándem que consideran una "retirada del Estado" de las centros culturales. "Los establecimientos cumplen con sus objetivos de democratizar la cultura, cada vez acogen a más visitantes, pero los medios públicos no responden", afirma Franck Guillaumet, del sindicato CGT, mayoritario en la rama cultural.
Entre la lista de las instituciones cubiertas por el aviso de huelga se encuentran las visitas obligadas de cualquier turista de paso por París, como el Museo del Louvre, que acoge anualmente a 8,5 millones de visitantes, entre ellos unos 350.000 españoles, el de Orsay, la Catedral de Notre-Dame, el Arco de Triunfo o el Palacio de Versailles. Se libra la Torre Eiffel, gestionada por la alcaldía de París, pero el llamamiento se extiende a nivel nacional e incluye por ejemplo al Monte Saint-Michel en Normandía.
Los trabajadores de cada uno de estos establecimientos decidirán mañana a primera hora en asamblea general si siguen la consigna de huelga, aunque los sindicatos esperan una movilización masiva. En el Louvre, la dirección ya ha anunciado que evaluará la situación en función del seguimiento de huelga pero que hará todo lo posible por abrir sus puertas al público.
En el centro de las reivindicaciones de los sindicatos está la supresión de la regla que prevé el no remplazo del puesto de trabajo de una de cada dos jubilaciones en toda la administración pública para reducir el déficit. La medida, impulsada personalmente por el presidente conservador Nicolas Sarkozy y que forma parte de la Revisión General de las Políticas Públicas, se aplica ya en la administración central y se extenderá a los establecimientos culturales a partir del año que viene. "Algunas salas de los centros no podrán abrir al público y a la larga tendrán que externalizar parte de sus servicios", advierte Kamal Hesni, del sindicato CFDT.
El centro Pompidou, que ha prolongado la huelga por noveno día consecutivo, lidera la protesta por ser uno de los más afectados por esta regla. El 44% de sus trabajadores superan los 50 años, algunos de los cuales sirven en el establecimiento desde su creación en 1977. En 2010 la normativa supondría la supresión de 26 empleos entre los 1.100 agentes del centro y en 2011 de otros 23. Sobre diez años, el museo contaría con unos 200 empleados menos, según los sindicatos.
El ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand, en el puesto desde junio, se enfrenta así a su primer gran pulso con los sindicatos. De momento, los primeros contactos entre los representantes del Pompidou y del Ministerio de Cultura han sido tensos e infructuosos a juicio de los huelguistas. Precisamente mañana por la tarde está prevista una reunión entre el ministro y los sindicatos, acordada antes del llamamiento general a la huelga, para tratar, entre otros temas, del no remplazo de uno de cada dos jubilados. El grado de seguimiento de la protesta será clave para determinar la relación de fuerzas en las negociaciones.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.