"El teatro da más placer, pero si quieres control, mejor hacer cine"
El director británico residente en EE UU elige Madrid para el estreno europeo de Bridge Project, la más ambiciosa aventura de la escena contemporánea
"Los requisitos para un buen guión no son los mismos que para una buena obra de teatro". Lo afirma Sam Mendes, conocido internacionalmente como hombre de cine, pero que sin embargo su carrera está firmemente cimentada en una larga y fructífera trayectoria escénica que, no sólo no tiene intención de abandonar, sino que cada vez la solidifica más, hasta el punto de haberse embarcado en el proyecto escénico de mayor envergadura que se recuerda en el teatro contemporáneo: Bridge Project. Esta gran aventura la comparte con el estadounidense Kevin Spacey, director artístico del Old Vic de Londres y la Brooklyn Academy of Music (BAM) de Nueva York. Los tres como productores, y con otros importantes apoyos económicos, han puesto en pie una compañía formada por primerísimos actores internacionales del cine y del teatro anglosajón donde encontramos nombres como el de Simon Russell, Sinéad Cusack y Rebeca Hall, entre los europeos y Richard Easton, Josh Hamilton y Ethan Hawke entre los americanos. En ambas, tanto el reparto como el equipo artístico, esta repartido al 50% de un lado y otro del Atlántico.
El teatro Español acoge El jardín de los cerezos y Cuento de invierno con una compañía de primeras figuras mundiales en la que están, entre otros, Simon Russell, Sinéad Cusack y Rebeca Hall, Richard Easton, Josh Hamilton y Ethan Hawke
"No se trata de ninguna cruzada desde ningún lado del Atlántico", dice Mendes, "de hecho la iniciativa nace desde el egoísmo; soy inglés, vivo y trabajo en Nueva York, quería sumar a unos y otros, cosa que a veces es imposible por las condiciones que imponen los sindicatos de actores, pero al final hemos logrado nuestro fin que era juntar a grandes actores y hacer una compañía internacional, pero no sólo ingleses y estadounidenses", dice en referencia a la presencia de un irlandés y un canadiense.
Bridge Project estrenó el pasado enero en la BAM de Nueva York las dos obras con que cuenta este proyecto en su primera temporada: El jardín de los cerezos, de Chéjov, con una nueva versión de Tom Stoppard, y Cuento de invierno, de Shakespeare. Dos obras que recuerdan a otro proyecto que Mendes puso en pie en 2003, primero en Londres y luego en Nueva York, haciendo coincidir en la cartelera Tío Vania y Noche de Reyes, obras por las que consiguió prestigiosos galardones en ambas ciudades.
Después inició la gira que llevó ambas obras a Singapur, Nueva Zelanda y que ahora se estrenan en Europa en el Teatro Español de Madrid, donde estarán del 18 al 29 de abril y posterioremente viajar a Alemania, hacer temporada de verano en el Old Vic de Londres y finalizar en septiembre en uno de los teatros más antiguos del mundo, el de Epidaurus. Todos estos teatros, incluido el Español, son también coproductores del proyecto.
Bridge Project representará cada año, entre 2009 y 2011, un programa doble. Para la próxima temporada Mendes ya ha decidido repetir con los mismos autores y pondrá en pie Tres hermanas y Como gustéis, dos obra muy corales. ¿Y en la tercera?. Ahí lo tiene más difícil. Kevin Spacey no ha podido resistir la tentación de participar como actor en el proyecto lo que obliga a Mendes a buscar una obra con un personaje que le encaje.
Ahora también cuenta como importantes figurones, como Ethan Hawke, quien habla del trabajo de Stoppard para la obra de Chéjov: "Espero que la traducción que ha hecho sea fiel", dice riéndose para dejar claro que no habla ruso, "pero lo que tengo claro es que la palabra adaptación no es la más adecuada para hablar de lo que ha hecho Sttopard, ya que ello implica de algún modo que ha habido una alteración y no es así", dice el actor quien para ilustrar lo que quiere decir elige una frase, quizá no muy feliz, de Kundera quien afirmaba que "una mujer, si es bellísima, no puede ser fiel". En cualquier caso Hawke añade: "Él ha logrado plasmar el humor de Chéjov, la alegría, que se pierda nada más y hay que tener en cuenta que su trabajo lo ha hecho para nosotros, pensado en cada uno, y todo encaja muy bien", dice este actor y también escritor que reconoce un cierto complejo de inferioridad de los actores americanos con respecto a los británicos a la hora de hacer Shakespeare: "Lo cierto es que pensamos que estamos en un segundo nivel al lado de ellos", afirma.
Lo que quizá desconozca Sttopard y otros traductores de El jardín de los cerezos en idiomas que no sean español es que en la lengua castellana el título está mal traducido ya que en realidad, tal y como confirma Juan Eduardo Zúñiga, traductor y profundo conocedor de Chéjov, la obra se debería llamar El guindal, pues se trata no de un jardín, sino de un campo que se trabaja, y no de lo que en España se entiende por cerezos, sino guindos, una variedad de esta familia de árboles, ya que en Moscú no hay cerezos.
En cuanto a las diferencias entre actores británicos y estadounidenses la actriz Sinéad Cusack dice que ella no las reconoce: "Los actores como colectivo, por definición, somos internacionales y cada uno da su propio enfoque a la hora de trabajar en teatro, pero no hay un ADN para cada país y no hay diferencias como tales", dice la actriz antes de beber un vaso de agua de una jarra que daba a entender que era del grifo, pero en realidad es que la compañía ha solicitado que no se les pusieran botellas de ninguna clase para no hacer propaganda.
Por su parte Simon Russell, uno de los más grandes actores británicos, al que ya vimos en Madrid y en el mismo teatro hace tres años dentro del montaje de Julio César de Shakespeare, con el Barbican Theatre y la dirección de Deborah Warner, dice que tampoco ve diferencias entre esta compañía y la Royal Shakespeare Company con la que tanto ha trabajado: "Sam y yo nos conocimos allí hace 25 años y por tanto nos hemos criado en un entorno muy similar, como Cusack, además hoy le veo convertido como uno de los más grandes directores de Shakespeare de todos los tiempos, gracias a esa apertura que hace con este autor, y a ese abandonarse sin frenos a esa carga emocional y cuando uno sigue esa estela tan grande nos obliga a los actores a llegar muy alto".
Mendes, vuelve a comparar cine y teatro para concluir que el teatro tiene que ver con el lenguaje, con las ideas, con las imágenes, mientras que el cine tiene que se mucho más literal: "Mi modo de ver el teatro es como si los actores y autores estuvieran en su salsa, mientras que en el cine es el director el que domina la película que si es buena o mala es responsabilidad de él", y añade, "para mí hacer teatro es como ir a que te den un masaje, mientras que ir al cine es como si fueras al dentista y que te metan dientes nuevos que no encajan; el placer ante el producto final es el mismo, pero mientras que en el teatro un día maravilloso de trabajo puede surgir de las dudas y de no saber cómo afrontarlo en cine si te pasa eso ¡apaga y vámonos!", señala el director de American Beauty quien cree que el teatro es más placentero: "Pero se tiene menos control y si lo que se quiere es controlar, pues mejor es dedicarse al cine", concluye.
Sam Mendes
Inició su carrera teatral como asistente de dirección en el Chichester Festival Theatre y fue primer irector artístico del Minerva en 1989. En1992 Mendes fundó el Donmar Warehouse en Londres del que fue director artístico hasta 2002. En el Donmar dirigió Assassins (Premios Olivier y Evening Standard) Translations, Cabaret, Glengarry Glen Ross, The Glass Menagerie (Premio Olivier), Company (Premio Olivier), Habeas Corpus, The Front Page, The Blue Room, To the Green Fields Beyond. Uncle Vanya y oche de Reyes (ambas Premios Olivier y Evening Standard) fueron remontadas en la BAM en 2003. En el est End: The Cherry Orchard (Premio Critic's Circle) The Plough and the Stars, Kean, London Assurance, y Oliver!, en cartel en el London Palladium durante cuatro años. Royal Shakespeare Company (RSC): Troilus and Cressida, The Alchemist, The Tempest, Richard III. National Theatre: The Sea, The Rise and Fall of ittle Voice (Premio Evening Standard), The Birthday Party y Othello (BAM 1998), Sus producciones en roadway incluyen (como productor) The Real Thing y Take me Out (Premios Tony) y Shrek, the Musical. Como director The Blue room, Gypsy, The Vertical Hour, y Cabaret (Premio Tony). Ha dirigido entre otras películas American Beauty (Premios de la Academia-Mejor Director y Mejor Película, Globo de Oro, Premio DGA), Road to Perdition, Jarhead. Revolutionary Road protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet está actualmente en las carteleras. Su próxima película, titulada Away We Go, se estrenará el próximo verano en Estados Unidos. Recibió el Premio del Gremio de Directores y el Premio Olivier por su Destacada Trayectoria en el teatro. En 2000, fue nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.