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Reportaje:

Amos Oz 'entra' en Palestina

Una familia árabe, víctima del terrorismo, financia la traducción del escritor israelí

Escasean quienes fomentan los vínculos y la coexistencia entre palestinos y judíos israelíes. Pero la familia árabe-cristiana Joury, residente en Jerusalén, es de las que no arrojan la toalla en el empeño. Los Joury acaban de financiar la traducción del hebreo al árabe de la novela Una historia de amor y oscuridad, del escritor israelí Amos Oz, galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras el año pasado, que pronto comenzará a distribuirse en librerías de las ciudades árabes-israelíes y en otros países de Oriente Próximo.

No sería un hecho excepcional que acaudalados árabes dediquen su dinero a empresas de este tipo porque miles de palestinos con ciudadanía israelí acuden a universidades y se involucran en la vida académica y cultural de Israel. Pero la familia Joury tenía muchos motivos para caer en el desaliento. George, hijo del prominente abogado Elías Joury, murió a los 20 años, en 2004, cuando un terrorista palestino le disparó mientras hacía ejercicio en Jerusalén creyéndole judío. No era la primera víctima del terrorismo en su familia. El abuelo de George, Daud, falleció en un atentado con explosivos en la céntrica plaza Sión de la Ciudad Santa, en 1975.

Una historia de amor y oscuridad —una narración de las vivencias de los Oz en la década de los cuarenta, una época muy conflictiva y decisiva para el devenir del Estado sionista— es la tercera novela del escritor que se traduce al árabe. Mi Michael y Soumchi ya lo fueron en los años noventa.

El profesor retirado Jamal Gnaim ha sido el encargado de esta traducción. Licenciado en Filología Árabe y Hebrea por la Universidad Hebrea de Jerusalén, Gnaim es buen conocedor de la historia de Israel. Aunque admite que el lenguaje empleado por Oz "no es sencillo", Gnaim, nacido en 1943, no es ajeno a la historia que narra. "El asunto", declaró ayer al diario israelí Haaretz, "no me resulta extraño. Vivo en Israel, conozco el idioma, la cultura sionista y, por tanto, no me ha sorprendido. He intentado ser fiel al original. Eso es sagrado para mí".

Al margen del recelo mutuo que sienten los palestinos e israelíes judíos, la distribución de obras literarias en esta tierra topa en ocasiones con obstáculos insalvables. La última entrega de Harry Potter, traducida al árabe, no puede venderse en Israel ni en los territorios ocupados palestinos. La razón: ha sido editado en Líbano y el Gobierno israelí no permite su entrada en el país.

Amos Oz.
Amos Oz.CLAUDIO ÁLVAREZ

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