El Sónar prepara su salto internacional tras su aprobado de 2008

La decimoquinta edición del festival electrónico llegó a su fin bien entrado el domingo. Para el recuerdo, un aniversario con fuegos de artificio que no llegó a celebrarse del todo como venía siendo habitual. Tanto el nocturno como el diurno se deshincharon ligeramente según pasaron los días, al contrario que en ediciones anteriores, donde la nota predominante ha sido siempre una cuesta arriba permanente. Y para colmo, las fiestas alternativas, en especial el llamado 'AntiSónar', tampoco tuvieron ocasión de lucir como otros años.

Aún así hay apuntes, y no precisamente cortos, de cosas que rescatar. Los sonidos que han hecho vibrar desde el CCCB y el Macba al Palau de la Música o la Fira Gran Vía en estos largos tres días han sido variados, y pese a las críticas y halagos recibidos por el tan nombrado concepto del 'bastardismo', parece que la impresión general de los medios ha sido buena.

Entre los shows más exitosos destacan casi por unanimidad los de Goldfrapp, Camille, y Roisin Murphy, lo que demuestra lo acertado del 'factor femenino' del Sónar. Las sesiones y actuaciones de Justice, Bonde de Rôle y Buraka Som Sistema, la sorpresa de 2manydjs enmascarados bajo el nombre de Kawasaki o la inefable y siempre cautivadora Miss Kittin tampoco se quedaron atrás en esta edición.

Con una cifra de asistencia muy parecida a la de 2006 y 2007, unos 82.000 asistentes, el Sónar de la mezcla y la vuelta a los ochenta ? Yazoo, las Ray Ban Wayfarer...- ha dejado un buen sabor de boca entre el público. La cada vez mayor presencia de periodistas y aficionados extranjeros es también un buen síntoma de la salud del festival más respetado de la electrónica y las nuevas músicas. Y es que la universalidad de la nave dirigida por Enric Palau y Ricard Robles es un punto importante en la perdurabilidad y el éxito del macroevento.

Lo que está claro es que queda Sónar para rato, y pese a que este año no se ha incrementado la calidad de lo exhibido sigue teniendo un nivel muy superior al resto de festivales de su género. De hecho, el éxito de las ediciones del siglo XXI ha hecho que la organización prepare para 2009 su expansión internacional. Tokio y Sao Paulo son las confirmadas, aunque se habla de que la marca podría exportarse también a Estados Unidos. Si es así, bon voyage, Sónar.