Pintando canciones
Muchachito Bombo infierno llena por segunda noche La Riviera de Madrid. Grandes pinceladas de rumba, arte y socarronería
Y es que ver a Muchachito con su banda es todo un espectáculo, no falta de nada. Trompetas, trombón, contrabajo, guitarras, teclista, bombo y hasta una especie de grafitero de brocha fina que a base de pinceladas compone un concierto a tres colores.
Jairo, ese hombre de sombrero y pantalón tibetano, lleva más de dieciocho años tocando en bares y locales de Cataluña entera, sobre todo de su Santa Coloma natal, por eso este segundo disco suena tan auténtico y logrado como el de un grupo consagrado que lleva décadas de trayectoria, pero con la frescura y entrega del primer día. Este barcelonés dejo sus muñecos de juguete de los inicios para atreverse a manejar una banda entera, un conjunto que ya después de este tiempo, que no es mucho, se ven y se sienten como una familia en el escenario. Guiños, bailes y compás marcan sus conciertos de casi más de dos horas.
La banda tanteaba continuamente al público con amagos de marcharse (llegaron a hacer unos cinco) con tal de sentir los gritos y aplausos de los oyentes, que se les daba todavía más, porque lo pedían y sudaban a gritos. El ritmo frenético del escenario tenía que continuar abajo, el viaje en ese bombo hecho coche, con palanca de cambios incluida, era para todos y no podía quedarse ninguno en el camino. Hasta los padres que acompañaban a sus hijas menores no podían dejar de mover el cuerpo al escuchar este rock rumbeao.
Visto lo visto se vio y gusto, se pintaron las paredes de Azul y llenaron la sala de Aire, de un aire fresco del que gusta respirar cuando se ven las cosas únicas, de un conjunto de músicos totalmente entregados. Y su primer disco, Vamos que nos vamos no podía faltar con canciones hechas ya himno como el Ojalá no te hubiera conocido nunca y Si tu si yo y es que, con grupos como éste hasta el desamor se lleva bien.
Además como todo buen show, tenían que llegar las sorpresas, versionando canciones como Quiero ser como tu de El libro de la Selva y Mala vida de Manu Chao. Incluida la actuación estelar de Edu Soto (conocido como El neng) que se sacó de la manga una improvisación movediza dedicada al grupo.
De esta forma, arte rock y rumba se fusionaron en un continuo ir y venir de notas y colores, de saltos, gritos y palmas en las que no fallaba ni el apuntador. El pintor acabó su cuadro y Muchachito Bombo infierno la obra de arte. Al salir de la Riviera las calles habían quedado pintadas de lunares.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.