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La Yerbabuena conquista Japón con su nuevo espectáculo

La bailaora granadina ha presentado ‘A cal y canto’, hecho “para sentirlo y no para entenderlo”

La bailaora Eva Garrido, La Yerbabuena, ha estrenado en Tokio su obra A cal y canto , en la que hace un recorrido por los palos del flamenco casi didáctico, que según ha dicho la granadina está hecho “para sentirlo y no para entenderlo”.

El escenario ha sido el Shinjuku Bunka Center, el habitual teatro del desaparecido bailarín y coreógrafo Antonio Gades cuando se presentaba en Tokio, situado a la vuelta de la esquina del tablao El Flamenco, donde la Yerbabuena trabajó durante una temporada hace ya 16 años.

"El espectáculo tiene los colores de mi gusto, hay blanco, rojo, negro, rosado, burdeos, y no hay amarillo pese a que me encanta", ha explicado la bailaora.

El espectáculo, en el que La Yerbabuena y su compañía interpretan siguiriyas, guajiras, bulerías, tangos y la mirabrá que tanto gustaba a Gades, ha tenido algo de ritual taurino y estampa japonesa y los espectadores han podido confirmar que la bailaora granadina tiene el mejor zapateado femenino del flamenco actual.

El teatro ha estado a tope de mujeres, con excepción de unos diez hombres. Pero todo el público, a juzgar por la sincronía perfecta de las ovaciones, era devoto de La Yerbabuena. Lo ha destacado Shoji Kojima, 'El Gitano japonés', que se ha levantado para aplaudir desde su butaca y luego no ha parado de elogiarla. "Sobra todo", ha afirmado el sexagenario bailaor después del espectáculo, quien ha añadido que "Eva sola puede bailar horas enteras".

Quienes aún se preguntan por qué a los japoneses les gusta tanto el flamenco tenían que haber visto la guajira de La Yerbabuena. Al inicio, tres figuras femeninas en penumbra con sendos abanicos abiertos en flor parecían geishas esperando la orden para comenzar la función.

Paco Jarana, marido de Eva, guitarrista y director musical del espectáculo, ha comentado que no ha habido fin de fiesta porque a la artista no le gustan.Pero tampoco ha hecho falta. Los aplausos parecían un imparable aguacero de verano y el cuadro entero ha tenido que salir al frente del escenario seis veces.

Eva, galardonada en 2001 con el Premio Nacional de Danza, flamenca predilecta y colaboradora constante de Pina Bausch, asegura que la inspiración le llega de todas partes. Le gusta la lectura y la siguiente obra que haga con Paco tal vez tenga algo de un libro que lleva esta semana en el bolso y que se titula Las olvidadas.

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