Subasta histórica en Christie's a pesar de la retirada de un 'picasso'
El heredero del antiguo dueño de la obra presenta una nueva demanda para reclamar su propiedad
La retirada a última hora de una obra de Pablo Picasso de la subasta celebrada anoche en Christie's no influyó en el entusiasmo de sus participantes, que con sus sólidas apuestas impulsaron las ventas de la firma a un nivel histórico. Eran obras de arte moderno e impresionista, entre ellas de Gustav Klimt y Paul Gauguin, se vendieron por un total de 491 millones de dólares, una cifra que no sólo supera su máximo estimado de 490 millones de dólares sino que es la más alta en cualquier venta en la historia de la casa de remates.
El total de ventas, impulsado por cuatro pinturas de Klimt y un óleo de Gauguin, duplicó el récord de la firma, alcanzado en 1990, cuando el mercado del arte atravesaba un boom similar al actual. "Nos llevó 16 años llegar aquí. Fue una venta extraordinaria de comienzo a fin, a pesar de la tragedia del Picasso", explicó Christopher Burge, presidente honorario de Christie's Americas y subastador de la noche. La "tragedia del Picasso" fue la retirada, cuando faltaban apenas cuatro horas para la subasta, de Retrato de Ángel Fernández de Soto, valorado por la firma entre 40 y 60 millones de dólares.
Cuadros expoliados por los nazis
Christie's explicó en un comunicado que acordó la retirada con el titular de la obra, la Fundación Andrew Lloyd Weber, debido a una demanda que presentó ante una corte estatal el heredero de un antiguo dueño del cuadro, que reclama su propiedad. Christie's subrayó que adoptó la decisión pese al dictamen emitido el martes por un juez de Nueva York que desestimó una primera demanda cursada por Julius H. Shoeps, heredero del antiguo dueño, Paul Mendelssohn-Bartholdy. Shoeps alega que ese banquero, judío y alemán, tuvo que desprenderse en los años 30 del cuadro por la persecución nazi. "Pese a la sentencia de una corte federal desestimando su reclamación, los abogados del litigante (Shoeps) nos han informado que van a presentar otra demanda", anunció el presidente de la firma en América, Marc Porter, citado en el comunicado.
Tras la subasta, el consejero delegado de Christie's, Edward Dolman, desestimó el impacto en la venta de la retirada del Picasso. "No tuvo un impacto ni positivo ni negativo. El mercado está entendiendo que la cuestión de la restitución de obras es muy complicada y que tiene tanto su lado bueno como su lado malo. La reclamación de este picasso sienta un precedente muy peligroso", apuntó. La obra de Picasso no era la única de la subasta con un pasado vinculado al despojo que hicieran los nazis a coleccionistas judíos.
De hecho, las cuatro obras de Klimt puestas en venta, incluida la que alcanzó el precio más alto, fueron restituidas este año a sus propietarios originales, los herederos de Ferdinand y Adele Bloch-Bauer, después de casi diez años de litigio. La pintura Retrato de Adele Bloch-Bauer II (1912) se vendió en 87,9 millones de dólares, una cifra muy por encima de su valor estimado de 60 millones de dólares y que supera con creces el récord del célebre artista austríaco, de 29 millones de dólares. La pintura muestra a Adele Bloch-Bauer, esposa del mecenas de Klimt, Ferdinand Bloch-Bauer, y la única modelo retratada dos veces por el artista, emergiendo gloriosamente de un colorido jardín.
Record de Klimt
Las otras pinturas de Klimt, tres paisajes de sublime belleza, se vendieron por encima de sus estimados máximos y se ubicaron en la lista de los diez lotes mejor vendidos de la noche. Bosque de Abedules (1903) se vendió en 40 millones dólares, Manzano I (1912), en 33 millones de dólares y Casas en Unterach sobre el Attersee (1916), en 31 millones de dólares. Otros artistas que registraron récord por sus obras fueron Gauguin, por la venta de su obra El hombre de la hacha (1891) en 40 millones de dólares, y el expresionista alemán Ernst Ludwig Kirchner, por Berliner Strassenszene (1913-1914), en 38 millones de dólares.
Otro artista austríaco, Egon Schiele, también marcó un récord por la venta de Einzelne Hauser (1915), en 22 millones de dólares, mientras que dos Picassos se situaron entre los diez mejor vendidos. Planta de Tomate (1944) y Femmes a la fontaine (1901) se vendieron en 13 y 12 millones de dólares. "Picasso tuvo una noche increíble. Las ventas fueron magníficas tanto para su obras tempranas como tardías", apuntó Burge, para añadir: "Nunca había vivido una subasta como ésta, y nunca la olvidaré". De los 84 lotes ofrecidos se vendieron 78, lo que supone el 93%. El 40% de los compradores provenía de Estados Unidos; el 41%, de Europa; el 4,3%, de Asia; el 2,9%, de Latinoamérica; el 1,4%, de Rusia y el 10%, de otras regiones o países.
El Picasso del periodo azul
El Retrato de Angel Fernández de Soto es una de las obras más conocidas y admiradas de la época azul de Pablo Picasso, la más impresionista del pintor español, que se extendió desde el cuarto trimestre de 1901 hasta el segundo de 1904. El genio malagueño (1881-1973) pintó este retrato, también conocido como El bebedor de absenta (ajenjo), en 1903.
El lienzo, de 69,5 por 55,2 centímetros, ofrece la imagen de Angel Fernández de Soto, un amigo y compañero de parranda de Picasso, a quien conoció en 1899 en el café Els Quatre Gats (Los Cuatro Gatos) de Barcelona. De Soto era un hombre bohemio de la Barcelona de principios de siglo, que se ganaba la vida trabajando para una compañía que importaba especias y otros productos coloniales. A pesar de encontrarse prácticamente en la ruina, siempre se paseaba por la ciudad condal con un aspecto muy cuidado, hasta que murió en 1938, víctima de la Guerra Civil española.
Para coleccionistas y críticos de arte, el cuadro tiene un valor particular porque el modelo estuvo estrechamente vinculado con la vida y obra del artista. Esta obra refleja algunas de las características principales del arte del Picasso de la época azul, periodo que comienza como consecuencia del suicidio de un amigo suyo en París. En sus obras de esos años, Picasso casi siempre utiliza tonos azules y representa personajes escuálidos, frecuentemente mendigos, alcohólicos y prostitutas con expresión trágica, y cuerpos y formas ligeramente alargadas que recuerdan el estilo de El Greco. Según los expertos, todos los cuadros de la época azul de Picasso reflejan la miseria, la angustia y el aislamiento de la figura representada.
Babelia
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