La Bienal del Fin del Mundo

"Pensar que otro mundo es posible desde otro mundo". Con estas palabras, el canciller argentino, Jorge Taiana, definió la 1ª Bienal Internacional del Fin del Mundo, que se celebrará en la ciudad austral de Ushuaia a partir de de marzo de 2007, durante la presentación del evento desarrollada en Buenos Aires el pasado martes. La muestra presenta la particularidad de que conectará a los dos polos del planeta, ya que desde la ciudad argentina podrán seguirse actividades culturales desarrolladas en paralelo en Canadá y la Laponia finlandesa. Hasta el momento han confirmado su participación en la bienal artistas argentinos, brasileños, canadienses, finlandeses, cubanos y españoles, entre otras nacionalidades.

La muestra, además, implicará a toda la ciudad. Los artistas intervendrán en el paisaje, incluida la costa del Canal de Beagle, y realizarán sus obras dentro del casco urbano, desde el aeropuerto internacional hasta la entrada norte de la ciudad. La orilla del Canal de Beagle se convertirá en una galería abierta donde se exhibirán trabajos de diferentes autores; en muchas de estas obras se contará con la participación del público.

En concreto, los espacios propuestos para el desarrollo de la 1ª Bienal del Fin del Mundo son el antiguo presidio, la Casa de Cultura, la antigua Casa Beban, el Museo del Fin del Mundo, el aeropuerto internacional, el puente peatonal, el Paseo de las Rosas, la Bahía Encerrada, la plaza Malvinas Argentinas, la plaza Cívica, el hotel Las Hayas, almacenes remodelados y la laguna del Diablo.

Frente a la bahía de Ushuaia se izarán 2.000 banderas realizadas por artistas argentinos con diferentes materiales y que tendrán como denominador común su relación con la whipala, la bandera indígena que ha hecho famosa en todo el mundo el presidente boliviano, Evo Morales.

La muestra no estará limitada al arte en sus diversas facetas, sino que también tendrán espacio otros temas que afectan a la vida de los ciudadanos como, por ejemplo, la ecología.

La bienal propone un acercamiento entre el arte, la cultura, la naturaleza y la ciencia a través de una actividad artística realizada en conjunto con la comunidad de Tierra del Fuego. La obra nace a partir de la observación de los trayectos de las aves migratorias, en particular del playero rojizo, una especie que llega hasta las costas fueguinas después de recorrer más de 32.000 kilómetros desde el Ártico canadiense, donde anida.

Desde el lunes al miércoles de la semana que viene, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) será la sede para una serie de foros de reflexión que servirán de antesala y preparación de la muestra.

Los temas que se debatirán son las urgencias ecológicas, el imaginario del fin del mundo, la necesidad de reflexionar sobre otros mundos posibles y las tensiones entre geopolítica, ecología, ética y economía.