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56 º FESTIVAL DE BERLÍN

El drama bosnio 'Grbavica' gana el Oso de oro

La película dirigida por Jasmila Zbanic narra el horror de las mujeres violadas en la guerra de los Balcanes

El jurado tenía una carta escondida y la descubrió por sorpresa dando el Oso de Oro a la directora bosnia Jasmila Zbanic por su modesta ópera prima Grbavica, que había apasionado al Festival desde el primer momento. Es una película tan pequeña como hermosa y tiene la ambición de recordarle al mundo los horrores de la guerra de los Balcanes y específicamente la difícil situación en que siguen viviendo las mujeres que fueron violadas. Lo logra a través de una historia contada con energía, interpretada por dos magníficas actrices, y sin rozar el folletín en el que podría haber caído con facilidad. Al recoger el premio, la directora dijo emocionada: "Estoy soñando y sé que despertaré en Saravejo".

Las votaciones públicas de la crítica habían dado como mejor película la de Robert Altman A prairie home companion, que finalmente se ha ido con las manos vacías, mientras que el vox pópuli había apuntado como ganadora a la magnífica The road to Guantánamo, de Winterbottom y Whitecross, que se ha alzado con un merecido premio a la mejor dirección. Winterbottom invitó a subir al escenario a los tres protagonistas de la película, aquellos adolescentes que viajaron hasta Pakistán para celebrar la boda de uno de ellos, que cometieron la imprudencia de acercarse a Afganistán precisamente cuando Estados Unidos comenzaba a bombardear el país y que acabaron soportando el calvario de Guantánamo.

Ha sido sensible el jurado a algunos temas de nuestro presente, entre los que es de obligado cumplimiento el de la represión a las mujeres, especialmente en el mundo islámico. Offside, del iraní Jafar Panahi, que cuenta en clave de comedia cómo las mujeres de su país no pueden ir ni al fútbol, ha sido galardonada ex aequo con el premio especial del jurado, junto a On soap, de la danesa Pernille Fisher Christensen, que cuenta el encuentro vecinal de dos seres solitarios: la chica abandonada por el novio y el muchacho que quiere ser mujer.

Durante la entrega de premios, la directora no podía dar crédito a lo que le ocurría. Era ésta la primera vez que el palmarés se daba a conocer en directo en una gala emitida por televisión, y aunque a muchos ganadores se les veía ya sabedores del palmarés, a esta mujer de 35 años la sorprendieron de verdad. Le habrían contado cualquier mentira para que asistiera al acto.

Los premios tuvieron un fuerte componente alemán, con los merecidos premios al actor Moritz Bleibtreu por Las partículas elementales y a la actriz Sandra Hüller por su personaje de chica poseída por el demonio en Réquiem, ambas de próximo estreno en España. También subió al escenario el productor y actor Jürgen Vogel porque su película The free will (El libre albedrío), en la que él interpreta a un atormentado violador compulsivo, recibió un premio por su contribución artística. Nada que objetar a estos galardones, pero siempre da pena que otro gran actor se haya ido de vacío. Es el caso del argentino Julio Chávez, el guardaespaldas de El custodio, aunque la película haya sido destacada con el premio Alfred Bauer, decidido por la dirección del festival, junto con el jurado oficial, por ser una película técnicamente innovadora.

Otros premios no oficiales se dieron a conocer con antelación, entre ellos los de dos películas españolas. Estrellas de la Línea, el magnífico documental de Chema Rodríguez sobre unas prostitutas de Guatemala que deciden organizar un equipo de fútbol para protestar por los malos tratos que reciben, fue destacado por la votación de los espectadores con su segundo premio. La proyección oficial, a última hora, cuando el festival ya se había dado por acabado, se siguió con interés y algunas oportunas risas y, al final, un gran aplauso. Es la crónica de las penosas vidas de unas mujeres, hecha con un humor que ellas comparten, y también con su dolor, como el de esa vieja arrugada al que un novio le arrancó un ojo; otro le regaló uno de cristal que ella perdió durante una borrachera, y que ahora agradece a Dios lo bien que la ha tratado mientras confía en que este año las inundaciones no vuelvan a destruir su casa.

El segundo premio español fue para el cortometraje El cerco, de Ricardo Íscar y Nacho Martín, brillante y breve reportaje sobre la pesca del atún en la bahía de Cádiz, presentado en la sección Panorama. El premio UIP que ha obtenido conlleva su nominación a los próximos premios europeos.

Ha sido un final amable para una edición que no ha destacado precisamente por la calidad de su programa oficial. Como es habitual, las quinielas no tienen por qué coincidir con el jurado y cada cual hubiera repartido los premios a otras películas o de otra manera. Pero no hay escándalo. Grbavica y The road to Guantánamo son las principales del palmarés y con eso es fácil estar de acuerdo.

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