El Palau Sant Jordi acoge la representación de "Aída" con una pobre entrada
La producción de la ópera de Verdi no se representaba desde su estreno en Egipto en 1994
El Palau Sant Jordi de Barcelona ha acogido este jueves la producción de la ópera "Aida", de Verdi, que se estrenó en Luxor (Egipto) en 1994 y que desde entonces no se había representado en ningún lugar del mundo. Los músicos de la Filarmonici de Verona, bajo la batuta del veterano Enrico de Mori, han comenzado hacia las nueve de la noche las casi cuatro horas de espectáculo, con los acordes instrumentales de la ópera que Verdi compuso en 1868 para la inauguración del Canal de Suez.
El escenario de más de seiscientos metros cuadrados de superficie y hasta diez metros de altura pretende mimetizar el ambiente desértico del Valle de las Reinas en el Egipto faraónico. Cinco kilómetros de tela han sido utilizados para elaborar los vestidos de cantantes y figurantes, que nos trasladan también al antiguo Egipto y que han sido diseñados por Piero Ripa. Armas, joyas egipcias, abanicos, mobiliario, pergaminos e instrumentos musicales completan la ambientación faraónica del espectáculo.
Espectáculo grandioso
Los 400.000 vatios necesarios para la iluminación y el sonido amplificado subrayan la grandiosidad de la producción. La célebre "Marcha Triunfal" del segundo acto, hoy ya convertida en un icono de la historia de la música clásica, ha sido la más aplaudida por el público. En ella coinciden en el escenario unas 200 personas.
Cantantes de proyección internacional como las sopranos Eszter Sümegui e Inés Salazar (Aida), los tenores Ignacio Encinas y Alberto Cupido (Radamés) y las mezzosopranos Bruna Baglioni y Ludmila Schemtschuk (Amneris) participan en el doble reparto de la obra.
"Aida" cuenta la trágica historia de amor entre un general egipcio, Radamés, y una esclava etíope, Aida, hija del rey de Etiopía, Amonasro. Cuando las tropas etíopes invaden Egipto, el faraón envía una expedición con Radamés a la cabeza, quién pasados unos meses, vuelve victorioso y con un prisionero especial, el rey Amonasro.
Pobre entrada
Las gradas del Palau Sant Jordi mostraban una pobre entrada, con la platea como única zona llena. Entre el público había liceístas y algunos de los miles de asistentes al Congreso Mundial de Móviles, que se ha clausurado este jueves en Barcelona.
Hasta el domingo, el Sant Jordi acogerá las representaciones de esta producción de "Aída". Después, el espectáculo se representará en Madrid, Bilbao, Zaragoza y Málaga, y también está previsto que realice una gira por varias ciudades latinoamericanas.
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