El cómico Chris Rock conducirá la ceremonia de los Oscar

Ni Billy Crystal ni Whoopi Goldberg. Una nueva generación tomará este año los mandos de la ceremonia de entrega de los Oscar. El actor Chris Rock ha sido el escogido por el productor de la gala, el veterano Gil Cates, para ejercer de anfitrión. Es la primera vez que un actor negro lleva en solitario las riendas de la ceremonia.

Gil Cates, que repite este año por undécima vez como productor de la entrega de los Oscar, ha escogido a Chris Rock como maestro de ceremonias porque, asegura, siempre le hace reír y siempre tiene algo interesante que decir. Si se comprueba la veracidad de esta afirmación un cómico muy poco conocido fuera de Estados Unidos puede lanzarse al estrellato. La gala se celebrará el próximo 27 de febrero.

Su cara, aún así, puede resultar familiar. Debutó en Superdectective en Hollywood II y pasó a engrosar la plantilla del famoso programa de televisión Saturday Night Life, del que han salido muchos de los grandes cómicos estadounidenses de la actualidad. A sus 39 años ha pasado tanto por comedias (Persiguiendo a Betty, Down to Earth) como por películas de acción (Arma letal 4, Malas compañías) e incluso ha dirigido y protagonizado De incompetente a presidente. Actualmente está trabajando en la película The Longest Yard, junto a Adam Sandler. Llegará a los cines en primavera de 2005 al tiempo que Madagascar, una película de dibujos animados a la que ha prestado su voz

Será la primera aparición de Rock en el escenario de los Oscars, en los que nunca ha participado ni para entregar un premio. Sin embargo, ya ha ejercido de presentador en los premios MTV de 1999 y 2003, en la que Madonna y Britney Spears se besaron en los labios. También colaboró en los Emmy de 1998. Con su incorporación la Academia pretende elevar los índices de audiencia de la retransmisión en Estados Unidos.

Y también supondrá un soplo de aire fresco en la ceremonia. En los últimos años Billy Crystal, Whoopi Goldberg y, más recientemente, Steve Martin se fueron dando relevos con resultados dispares. El que obtenía un mayor consenso era el primero, mientras que Goldberg -una progresista comprometida- era mal vista por el sector más conservador de la industria y la audiencia, y Martin nunca terminó de encontrar su sitio. Y del recuerdo de los aficiones permanece indeleble el recuerdo de David Letterman, uno de los presentadores más famosos del país, que nunca supo cómo llevar los mandos de una ceremonia por y para el mundo del cine.