Fallece Elmer Bernstein, el último músico del Hollywood dorado
El compositor escribió las melodías de 'Los siete magníficos', 'Los diez mandamientos' o 'Matar un ruiseñor'
Elmer Bernstein tenía 82 años pero hasta hace bien poco se enfrentaba a su vejez trabajando con el entusiasmo de un debutante. Fue el más joven de los grandes compositores del Hollywood clásico y uno de los primeros renovadores de la música cinematográfica: sus notas suenan en Los diez mandamientos, Los siete magníficos o Matar un ruiseñor. Pero la enfermedad que le aquejaba desde hace años pudo con él la pasada noche mientras dormía en su casa de Los Ángeles.
Alumno de Aaron Copland, comenzó a trabajar en los años 50, cuando la música sinfónica, al estilo de la de Max Steiner o Miklos Rozsa, era la única concebible para acompañar a las grandes películas. Bernstein acató en no pocas ocasiones los designios de la moda (o de los estudios). Precisamente, fue la muerte repentina de uno de esos grandes nombres de Hollywood, Victor Young, lo que propició su primer trabajo de envergadura: la segunda y más famosa versión que Cecil B. DeMille hizo de Los diez mandamientos. Una partitura ampulosa y espectacular que le hizo ganarse la confianza de la industria y el reconocimiento del público. De hecho, su último trabajo, concluido apenas hace unos meses, consistía en una revisión de esta partitura para un documental de la cadena de televisión TCM.
Pero Bernstein, al igual que Bernard Herrmann, luchó por superar el corsé de la sinfonía. La gran oportunidad para hacerlo fue El hombre del brazo de oro, de Otto Preminger, en la que tuvo la ocasión de coquetear con el jazz. Y profundizó en la idea con Chantaje en Broadway (más conocida por su título original, The Sweet Smell of Success) y La gata negra.
De su inspiración también nació uno de los grandes temas de la historia del cine, la fanfarria de Los siete magníficos que luego sirvió para que una famosa marca de cigarrillos hiciera anuncios de televisión y que ahora vuelve a sonar en las salas de proyección para acompañar uno de los puntos álgidos del documental de Michael Moore Fahrenheit 9/11. En el extremo opuesto, Bernstein compuso el dulce y emocionado concierto para piano de Matar un ruiseñor: le llevó casi dos meses y montones de hojas pautadas en la papelera hasta que discurrió centrarse en la mirada limpia de la niña protagonista sobre los sucesos terribles de la marginación y el racismo que cuenta la película.
En su extensísima filmografía hay otras 250 películas como El hombre de Alcatraz, La gran evasión, Como un torrente o Millie, una chica moderna, que le valió su único Oscar. En los últimos años puso la música de Mi pie izquierdo, Los timadores (The Grifters), La edad de la inocencia y su último largometraje, Lejos del cielo, en el que rendía explícito homenaje a los compositores que le precedieron. Ahora, todo Hollywood le festeja a él.
Babelia
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