El jurado del Premio Casa América de Narrativa declara desierto el galardón

El V Premio Casa América de Narrativa ha quedado desierto por decisión unánime del jurado, que ha considerado que ninguna de las 472 obras a concurso alcanzaba el nivel de calidad narrativa que este premio se ha marcado desde su inicio, en 1999. No es la primera vez que este galardón literario se queda sin dueño, ya que hace dos años el jurado llegó a la misma conclusión que hoy.

La directora de la Casa de América de Madrid, Asunción Ansorena, ha defendido la opción elegida por el jurado, del que ha destacado su "honestidad". Todos sus miembros - Héctor Abad Faciolince, Eduardo Becerra, Adolfo García Ortega, Anne Marie Metailie, Ana María Moix y los secretarios con voz pero sin voto, José Huerta y Anna María Rodríguez Arias- han coincidido en subrayar la "medianía" de las obras presentadas, entre las que no han podido encontrar a un finalista que tuviera el perfil de calidad adecuado al que persigue este premio.

"Ha sido una casualidad que no llegaran al perfil requerido, porque el año pasado hubo disputas en el jurado por la gran calidad de los originales", ha explicado la directora del centro, para quien "estas cosas ocurren y es bueno afrontarlas, porque no estamos dispuestos a que el premio pierda categoría".

El Premio Casa de América de Narrativa, que nació en 1999, surgió con el objetivo de descubrir nuevas voces de la literatura española y latinoamericana. En su primera edición, este galardón recayó en Basura de Héctor Abad Faciolince, mientras que La familia fortuna, de Tulio Estella, fue la vencedora de 2000.

En 2001, el premio fue declarado desierto para, en la pasada edición, 2002, recaer en la española Cristina Cerrada por la obra Noctámbulos, quedando como finalista Esther García Llovet con Coda.

En esta edición, Casa de América y Ediciones Lengua de Trapo -encargada de publicar la obra ganadora- han recibido 472 originales, de los cuales 302 son españoles, 44 proceden de Argentina, 23 de Estados Unidos y 10 de Chile.

Obras que "se quedaban a medio camino"

Adolfo García Ortega, editor y portavoz del Jurado, ha señalado que a pesar de que la mayoría de las obras eran "correctas", no podían ser consideradas como "literatura de gran calidad". "Hemos recogido cosechas buenas y este año hemos tenido cosecha de tormentas", ha lamentado . En este sentido, Javier Azpeitia, editor de Lengua de Trapo, ha resaltado que la tres obras finalistas tenían "ambición", pero "se quedaban a medio camino".

La dotación de este galardón, que no se acumulará para la próxima edición, es de 6.000 euros como anticipo de los derechos de autor, y la obra ganadora se publicará dentro de la Colección Biblioteca Nueva de Lengua de Trapo.

Por último, Ana María Moix, escritora y miembro del Jurado, ha expresado su tristeza por declarar un premio desierto y ha animado a otros jurados a declarar desiertos algunos galardones para mejorar el "descrédito generalizado de los premios literarios".