Modesto Lomba ofrece más lujo sin salirse de su estilo minimalista

"Una evolución necesaria". Así ha calificado Modesto Lomba sus propuestas para primavera-verano 2004 que hoy ha paseado en Cibeles. Sin perder sus raíces minimalistas, en los trabajos de este diseñador continúa presente un patronaje y una costura excepcional, introduciendo en una misma prenda diferentes técnicas de plisados y texturas que, según ha señalado, "aunque puedan parecer descolocados o descosidos, son fruto de un estudio y un trabajo muy cuidado".

La evolución ha incluido también importantes referencias al color que partiendo del blanco y negro "llegan a esos florales ácidos y a unos estampados que, aunque no son una referencia nuestra, hemos manejado de forma novedosa".

En cuanto a la figura, lo importante para él es redondear las formas y los volúmenes. Chaquetas que se ajustan al talle con tres cinturones distintos, cintas que marcan el cuerpo femenino, blusas desestructuradas y superpuestas. En la deportiva colección masculina destacaron los cortes geométricos de los pantalones.

Miguel Palacio, por su parte, ha trabajado en profundidad lo que llama "cortes orgánicos", que dotan a sus prendas de volumen y de un lujo que se encuentra en su laboriosidad. En cuanto a tendencias, femeninos vestidos, dobles cinturones, largos minis y hasta la rodilla y estrechos pantalones de licra con incrustaciones de satén.

En cambio, Antonio Pernas ha vuelto a reivindicar el espíritu del menos es más "aunque con inspiraciones en los 60 y marcando los 80" en una colección en la que introduce el amarillo y los primarios rojos y azules en muselinas y algodones "el tejido que más me motiva", sin olvidar las pieles troqueladas. Sus propuestas, "con mensajes de Fortuny y toques de Balenciaga" responden a su no creencia en las tendencias. "Soy incapaz de salirme de largos y volúmenes estrictos, característica presente en pantalones cortos y estrechos, de talle bajo", ha afirmado Pernas, que ha presentado un desfile corto "con salidas muy coherentes y ligadas entre si", y en el que se ha podido ver sus chaquetas, "pero traducidas, con volúmenes áureos y espíritu austero", ya que, dice, no le interesa hacer barroquismo.

Lemoniez se inspira en los años 20

Más presente que en Pernas se encuentra Balenciaga en los diseños de Lemoniez, que cuida y mima la costura de sus prendas y la elección de tejidos, principalmente los rígidos "que dotan a las prendas de volúmenes muy bonitos". Junto al referente Balenciaga, sobre todo en esos volúmenes, el vasco mostró una ligera inspiración en los años 20 "la década más moderna y en la que la mujer expresaba su libertad de una forma más natural". Amplios abrigos, algunos damero, con pequeños cuellos y bolsillos montados a mano, se enfrentaron a vestidos cortados en la cadera.

Aghata Ruiz de la Prada presentó más de lo mismo, en una colección en que sus iconos de siempre se vuelven más románticos y en la que utilizó siliconas transparentes, lentejuelas y bolitas de color efecto cristal para dar brillo a un desfile en el presentó también baño y que, como es habitual en esta multidisciplinar diseñadora fue alegre y colorista. También en su línea y sin romper trayectoria Elio Berhanyer partió de sus características geometrías, en chaquetas, abrigos y vestidos, a una noche de lujo, más fluida y romántica, en ricos puntos de seda, gasas, algodones, crepes y sedas bordadas.