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SANFERMINES 2001

El presidente del Portland lanza el chupinazo y Pamplona se entrega a la fiesta

La ciudad gastará 320 millones en nueve días de fiesta para más de un millón de visitantes

Con un cielo completamente encapotado y a pesar de la lluvia que no ha cesado de caer en toda la mañana, miles de pamploneses y visitantes se han acercado hasta la plaza Consistorial y las calles aledañas para festejar el comienzo de las fiestas de Pamplona.

Con la decisión de que sea el equipo pamplonés de Balonmano el encargado de prender la mecha del cohete que anuncia los primeros Sanfermines del milenio, el Ayuntamiento ha querido reconocer los éxitos logrados esta temporada, como vencedor de la Copa de Europa, la Copa del Rey y la Recopa.

De esta forma, el Consistorio continúa con la línea iniciada el pasado año, en el que, rompiendo la costumbre de las últimas legislaturas, en las que eran los concejales los encargados de lanzar el chupinazo, se decidió ceder el protagonismo el Club Atlético Osasuna, recién ascendido a Primera División.

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Fermín Tajadura, que mañana, día 7 de julio, día de San Fermín, celebra su cumpleaños, ha estado acompañado por sus tres hijos y por su equipo en el balcón del Ayuntamiento.

Un gran manto rojo

Los asistentes ha realizado minutos antes de las 12.00, al mismo tiempo que Tajadura, el ritual de elevar sus pañuelos de fiestas por encima de las cabezas para formar un manto rojo con el que recibir el estallido del chupinazo en un cielo plomizo.

Los timbaleros han anunciado el momento y el cohete ha estallado en el cielo pamplonés, sobre una marea de pañuelos rojos que instantes después han quedado anudados al cuello de las miles de personas que se han acercado, como cada año, a uno de los actos más emotivos de las fiestas pamplonesas.

Tras los tradicionales gritos de "viva San Fermín, gora San Fermín" coreados al unísono por los presentes, se ha registrado un incidente en unos de los balcones del Ayuntamiento cuando un grupo de personas ha intentado ondear una ikurriña, acción que ha sido impedida por policías municipales, uno de los cuales resultó herido leve al romperse en el forcejeo uno de los cristales de la puerta.

Dos pantallas gigantes

Este año, como novedad, el chupinazo se ha podido seguir en directo tanto desde la Plaza del Ayuntamiento como a través de dos pantallas gigantes que el consistorio ha instalado en el Paseo de Sarasate y en la Plaza del Castillo. En este lugar se han dado cita los más jóvenes, amantes de rebozarse con champán, huevos, harina y ketchup, y la gente que ha querido vivir el chupinazo sin los apretones y agobios del Ayuntamiento.

El lanzamiento del cohete ha dado paso a 204 horas ininterumpidas de fiesta, que reunirán en las calles de la capital navarra a más de un millón de personas procedentes de todos los rincones del mundo.

Para después del chupinazo, está prevista la primera salida de la comparsa de Gigantes y Cabezudos, si el tiempo no lo impide, y la corrida de rejones, en la que torearán Leonardo Hernández, Fermín Bohórquez y el navarro Pablo Hermoso de Mendoza.

40 años sin Hemingway

En total son 158 los actos que, repartidos en 12 escenarios distintos de la ciudad, se ofrecen a pamploneses y visitantes en el programa oficial preparado por el Ayuntamiento, que gastará en las internacionales fiestas 320 millones de pesetas.

Durante las 204 horas que separan el chupinazo del Pobre de mí, con el que finalizarán los Sanfermines el próximo 14 de julio, la música en la calle, en forma de verbenas, espectáculos, conciertos de bandas, jotas, jazz, rock o música regional, se mezclarán con los espectáculos infantiles, la comparsa de gigantes y cabezudos, los fuegos artificiales, los encierros y las corridas de toros.

El reclamo de la fiesta ha tranformado a Pamplona desde hace días en un hervidero de visitantes llegados de diferentes países, siguiendo la senda del Premio Nobel Ernest Hemingway, cuando se cumplen 40 años de su muerte y el 75 aniversario de su celebérrima novela The Sun also rises, una recreación artística de Pamplona.

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