China emerge en la lucha climática y promete por primera vez recortar sus emisiones
“Lo limpio es competitivo”, defiende António Guterres, que pone como ejemplo el avance de las renovables en la India y China tras los ataques de Trump a la agenda ambiental y el freno a las políticas verdes de Europa

China se ha comprometido este miércoles ante las Naciones Unidas a recortar sus emisiones de efecto invernadero entre un 7% y un 10% en 2035 y a dar un nuevo impulso a las energías renovables en lo que supone un espaldarazo al Acuerdo de París en contraposición a los ataques a la ciencia y a la ONU lanzados solo un día antes por Donald Trump. Es la primera vez que China, el primer emisor mundial, se compromete a una reducción concreta de sus gases de efecto invernadero en el marco de las negociaciones climáticas; sin embargo, no es lo suficientemente drástica como para que el calentamiento se quede dentro de los límites de seguridad que marca el tratado climático firmado hace una década en la capital francesa.
El encargado de realizar este anuncio, en el marco de una minicumbre climática en la sede de la ONU en Nueva York, ha sido el presidente chino Xi Jinping, aunque a través de un vídeo. En su anterior plan climático, que abarcaba hasta 2030, China se había comprometido simplemente a alcanzar el pico de sus emisiones antes de que acabara esta década. Ahora, lo que fija en su nuevo plan es ese recorte de entre el 7% y un 10% para 2035 a partir del momento en el que alcance ese techo, algo que los expertos calculan que podría ocurrir entre este año y 2028. Xi Jinping también se ha comprometido a aumentar la participación de la energía no fósil en su sistema en al menos un 30% y a impulsar aún más las tecnologías solar y eólica.
El ataque directo del Gobierno de EE UU a la lucha contra el cambio climático y a las renovables, unido el freno que ha puesto a las políticas verdes una Unión Europea también acosada desde dentro por los populismos ultras, deja un vacío en la guerra frente al calentamiento global. Y muchos analistas se hacen la misma pregunta: ¿Ha llegado el momento de los países emergentes en esta lucha? China, el principal emisor de gases de efecto invernadero del planeta (es responsable de alrededor del 30%), ha sido precisamente el invitado estrella en la minicumbre organizada en Nueva York por António Guterres, secretario general de la ONU, y Lula da Silva, presidente de Brasil, el país que acogerá en noviembre la conferencia anual sobre cambio climático.
El anuncio de China ha dejado una sensación agridulce entre los activistas y expertos en la lucha climática, porque está muy por debajo del recorte de como mínimo el 30% que muchos analistas le reclamaban. “Lo que se presenta hoy todavía se queda corto. Este objetivo para 2035 ofrece pocas garantías para mantener nuestro planeta seguro, pero lo que es esperanzador es que es probable que la descarbonización real de la economía de China supere su objetivo sobre el papel”, ha resumido Yao Zhe, experto de Greenpeace. “Con esta NDC actualizada, China tiene la oportunidad de demostrar si puede convertir su liderazgo renovable en un verdadero liderazgo climático”, ha añadido por su parte Ramón Mendez Galain, presidente de la organización REN21.
Guterres, como hace desde que Trump regresó a la Casa Blanca y emprendió por segunda vez una carrera contra el Acuerdo de París, ha defendido este miércoles la lucha contra el cambio climático no solo como una obligación moral o por un simple motivo de autoprotección frente a un problema que afecta a todos los rincones del planeta, sino también como una “oportunidad” económica. “La ciencia obliga a la acción climática, también lo hace la economía”, ha sostenido Guterres en su discurso este miércoles. “La energía limpia está impulsando el empleo, el crecimiento y el desarrollo sostenible”, ha añadido en contraposición a las falsedades que difundió un día antes Trump contra las renovables y los países que están apostando fuerte por ellas.
El portugués ha recordado que las renovables ayudan a las economías nacionales a alejarse de “los mercados volátiles de los combustibles fósiles” y ofrecen “seguridad y soberanía energética”. Y, a pesar de las enormes ayudas públicas que siguen recibiendo los combustibles fósiles y “que distorsionan los mercados”, “la energía limpia recibió el doble de inversión que los combustibles fósiles el año pasado”. “Lo limpio es competitivo y la acción climática es imperativa”, ha sostenido el secretario general de la ONU.
Guterres solo ha citado en su discurso a dos países, que además de estar entre las denominadas economías emergentes figuran en la lista de los principales emisores de efecto invernadero en este momento. “China cumplió su objetivo eólico y solar para 2030 seis años antes de lo previsto”, ha dicho el máximo responsable de la ONU. “India alcanzó el 50% de la capacidad de electricidad generada con fuentes de combustibles no fósiles cinco años antes”, ha añadido. “Estamos en los albores de una nueva era energética”, ha proclamado.
En la cita de este miércoles participan alrededor de 120 países, aunque menos de la mitad representados al máximo nivel. Estaba ideada para que las alrededor de dos centenas de naciones que están bajo el Acuerdo de París presentaran sus nuevos planes climáticos, que deben establecer objetivos de aquí a 2035. Esos documentos —conocidos como NDC, las siglas en inglés contribuciones determinadas a nivel nacional— deberían haber estado listos en febrero de este año. Pero este miércoles solo medio centenar de países los habían presentado oficialmente.
Entre todos los planes que no han llegado a tiempo, el que ha creado un mayor vacío ha sido la de la Unión Europea, que durante meses ha ido postergando el acuerdo sobre su nuevo objetivo de recorte de emisiones para 2035. El avance de la ultraderecha, que además de llegar a los Gobiernos de algunos de los Veintisiete está haciendo virar a los conservadores clásicos hacia posturas menos ambiciosas en lo medioambiental, está en gran medida detrás de este fiasco. En el último minuto, la semana pasada, los ministros europeos con responsabilidades en clima acordaron una “declaración de intenciones” en la que prometen solo que la UE recortará sus gases de efecto invernadero entre un 66,3 y un 72,5% para 2035 tomando como referencia las emisiones de 1990, aunque sin concreción alguna.
La UE actúa como un bloque en estas negociaciones internacionales, por lo que los Veintisiete deben acordar una meta común y presentar un único documento ante la ONU. La declaración de intenciones de la semana pasada, sin valor vinculante alguno, ha permitido salvar la cara a la UE, que siempre se ha enorgullecido de haber sido líder de la lucha climática internacional en las últimas décadas.
Finalmente, gracias a esa declaración, la UE ha podido intervenir (tras China) en la minicumbre de este miércoles. La encargada de tomar la palabra en nombre de los Veintisiete ha sido Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, quien ha insistido en que la UE tendrá listo su plan antes de la cumbre del clima de noviembre en Brasil. Y ha recordado que los Veintisiete están “trabajando en un objetivo para 2040 que propone una reducción de las emisiones del 90%”. “El mundo puede contar con el liderazgo continuo de la Unión Europea en materia climática”, ha afirmado.
Europa promete 300.000 millones
En la misma línea, la presidenta de la Comisión ha prometido que la UE movilizará “hasta 300.000 millones de euros para apoyar la transición limpia en todo el mundo”. “Y haremos realidad nuestro acuerdo colectivo de triplicar las energías renovables para 2030″, ha defendido. Por su parte, el presidente de España, Pedro Sánchez, ha lamentado que mientras “la emergencia climática avanza”, “la ambición para afrontarla está retrocediendo”. “Tenemos que redirigir el rumbo y es el espacio para hacerlo”, ha añadido Sánchez.
Más allá de Europa y China, entre los grandes emisores mundiales ya ha presentado sus planes el Reino Unido, Australia, Canadá, Japón y Brasil. La India, que es ya el tercer país que más emite en el mundo, tiene previsto hacerlo antes de la cumbre en Brasil, al igual que la UE. EE UU fue de los primeros países en presentar su NDC, pero lo hizo la Administración Biden a finales de 2024 justo antes de que Trump tomara posesión de su cargo y borrase a su país de esta lucha.
Ahora, le tocará el turno a los técnicos de la ONU, que deberán analizar los nuevos planes de recorte de emisiones para ver si alinean al mundo con el objetivo marcado en el Acuerdo de París. Este pacto, que cumple este 2025 diez años, tiene como principal meta que el aumento de la temperatura media no supere los 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, los 1,5.
Para ello, los casi 200 países firmantes del acuerdo deben presentar periódicamente planes de recorte de sus emisiones de efecto invernadero, las causantes del cambio climático y cuyo origen, principalmente, son los combustibles fósiles. La de ahora es la tercera ronda de NDC.
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