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Qué falló en las alertas de la dana: “La gente no estaba bien informada. Sacó los coches y los camiones como un día normal”

Un proyecto que no ha continuado con el actual Gobierno de la Comunidad Valenciana analizó miles de mensajes al 112 en una gota fría de 2019 para mejorar los avisos a la ciudadanía frente a inundaciones

Dana
Efectos de la dana en la V-30 a la altura de Sedaví, en Valencia.Claudio Alvarez
Clemente Álvarez

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) informó por primera vez de la gestación de una dana el 20 de octubre en la predicción general para España, y en las siguientes jornadas lanzó diversas advertencias que el lunes 28 de octubre a las 22.48 ya se habían convertido en un aviso rojo para distintos puntos del levante. El día del desastre, el martes 29, a las 9.41 de la mañana, la Aemet elevó el código rojo para toda la provincia de Valencia, el nivel de advertencia meteorológica más alto que existe. ¿Qué falló para que esta brutal gota fría pillara por sorpresa a muchos ciudadanos muchas horas después?

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, atacó a organismos públicos como la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar para librar de responsabilidades al presidente valenciano, Carlos Mazón. “Le aseguro que un presidente autonómico gestiona en función de la información que recibe, y la información que se recibe dependen de organismos con competencia exclusiva del Gobierno central, véase la Aemet o la Confederación Hidrográfica. Nadie puede tomar decisiones en función de una información que puede ser exacta, inexacta, mejorable. Las decisiones se toman en función de la información que te facilitan en cada momento”.

Para Jorge Olcina, catedrático de la Universidad de Alicante que imparte clases de Ordenación del Territorio, Climatología y Riesgos Naturales, “en este caso la alerta [roja] de la Aemet estuvo bien dada, llegó en la tarde-noche del lunes. Y la gente debería ser consciente de que con una alerta roja no se puede salir de casa, lo que nadie contemplaba es que la gente saliera, la gente sacó los coches y los camiones como si fuera un día normal. Ahí estuvo un poco la clave del número de víctimas”, asegura este experto.

El sistema de avisos de fenómenos meteorológicos adversos en España funciona de acuerdo al plan Meteoalerta. Es la Aemet la que va dando avisos de colores verdes, amarillo, naranjas o rojos, en función del grado de amenaza. Se trata de un método de colores armonizado con el resto de países europeos que va generando información regular accesible a todo el mundo. Ahí termina el trabajo de los meteorólogos, pues luego corresponde a los servicios de emergencias ―dependientes de las comunidades autónomas― mandar las alertas a los ciudadanos cuando la situación de riesgo así lo requiera.

“En la parte de la gestión de la emergencia, la de protección civil, la gente no estaba realmente bien informada, se enteró por los medios, por las radios o por las redes”, incide Olcina, que recalca que la alerta a los móviles llegó el martes por la tarde. Así se refiere al mensaje de SMS recibido en teléfonos de la ciudad de Valencia a las 20.03, usando el sistema Es-Alert, en el que Protección Civil pedía a los ciudadanos que evitaran cualquier tipo de desplazamiento en la provincia, cuando barrancos y ríos ya estaban desbordados en varios municipios del área metropolitana. En otros puntos de Valencia, el mensaje llegó todavía más tarde, cuando la situación ya era desesperada para muchos ciudadanos.

“En un aviso rojo, hay que pedir a la población que se quede en casa. En ciertas zonas de Murcia prohibieron el movimiento de coches y suspendieron las clases el día anterior”, recalca en un entrevista el meteorólogo Francisco Martín León. Lo mismo en lo que incide Olcina, “cuando ya se sabe que es un código rojo, enseguida hay que mandar la alerta precautoria, aconsejando no salir de casa”. Según el catedrático de la Universidad de Alicante, “hoy en día con el nivel de riesgo que tenemos, porque el cambio climático está intensificando todos estos fenómenos, esa parte de aviso a la población es fundamental”. Sin embargo, considera que “está fallando, y no solo ahora en Valencia; Aemet da el aviso oportuno, pero luego no llega como debería a la población”.

La socióloga Guadalupe Ortiz también considera que el aviso rojo de la Aemet no fue suficientemente tenido en cuenta. Sin embargo, incide en que no quiere echar la culpa a nadie, pues defiende que lo que está fallando es el sistema en general. “Con el cambio climático, hay que ponerse a trabajar urgentemente en la gestión de riesgos”, incide.

Tras la dana de septiembre de 2019 que afectó de forma severa a la comarca alicantina de La Vega Baja del Segura (Alicante), Ortiz fue una de las investigadoras del Observatorio Socioeconómico de Inundaciones y Sequías de la Universidad de Alicante que se puso a estudiar los mensajes de alerta para ver cómo mejorarlos, dentro del proyecto VegaRenhace impulsado por el anterior gobierno de la Comunidad Valenciana (y que no continuó con la llegada del popular Carlos Mazón de la mano de Vox). Como explica la socióloga, vieron que durante aquella dana la centralita del 112 se había colapsado con llamadas de gente que no pedía ayuda sino información. “La gente no sabía cómo informarse”, señala Ortiz, que considera que esta es una cuestión clave para afrontar este tipo de emergencias.

Los sociólogos de este observatorio analizaron miles de llamadas al 112 durante aquella emergencia y a partir de la información obtenida crearon una biblioteca de mensajes de alerta que pudieran usarse para llegar mejor a la población en caso de inundaciones como las ocurridas esta semana. “Nosotros dimos a la administración ese catálogo de mensajes, pero no sé si se han llegado a utilizar alguna vez”, recalca. Esta biblioteca de mensajes tiene en cuenta todas las fases de una emergencia de forma que la ciudadanía disponga de información útil que mejore su seguridad. Incluye avisos para los desplazamientos en coche: “Evite cualquier tipo de desplazamiento por carretera a menos que sea estrictamente necesario. Tenga en cuenta que la mayoría de muertes en episodios de lluvia se producen al volante”. Pero también para preparar la casa, la seguridad de las personas, el cuidado de animales, cómo reaccionar ante inundaciones… o incluso evitar los bulos. “Disponga en casa de alimentos y agua para al menos tres días. Procure almacenar alimentos en conserva o envasados que no requieran refrigeración ni cocinado. Almacene entre 2 y 3 litros de agua por persona y día”. “No haga caso de los bulos y no difunda rumores sobre la situación de emergencia entre sus familiares y allegados. Haga únicamente caso a la información ofrecida por fuentes oficiales. Infórmese a través de medios de comunicación de confianza y de cuentas oficiales de redes sociales como la de [X]”.

Como explica Ortiz, “no basta con alertar del fenómeno meteorológico sin más, hay que dar mensajes claros a la población indicando lo que tiene que hacer en un lenguaje que lo entienda”. Según detalla la socióloga, este proyecto coincidió con la llegada a España del sistema Es-Alert para mandar mensajes de forma masiva a los móviles de la población, por ello consideraban que estos podían ser muy útiles para mandar recomendaciones a los teléfonos, pero también podían difundirse en redes o en canales que la ciudadanía sepa que son fiables. Los cerca de 90 mensajes de la biblioteca elaborada pueden ayudar a los ciudadanos tanto en los momentos anteriores a la emergencia como después: “Antes de conectar el interruptor general de la corriente eléctrica y abrir las llaves de paso del agua y el gas, asegúrese de que se encuentran en buen estado”, dice uno de ellos.

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Sobre la firma

Clemente Álvarez
Es el coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de EL PAÍS y está especializado en información ambiental, cambio climático y energía. Ha trabajado para distintos medios en España y EE UU, como Univision, Soitu.es, la Huella en La2 de TVE... Fue también uno de los fundadores de la revista Ballena Blanca.
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