Francisco Martín León, meteorólogo: “En un aviso rojo, hay que pedir a la población que se quede en casa”
El experto explica que “con el cambio climático, el Mediterráneo actúa como un bidón de gasolina” y con una dana “el resultado puede ser explosivo”
La peor dana del siglo ha causado ya 95 muertos y decenas de desaparecidos en la Comunidad Valenciana y Albacete. Este tipo de fenómenos los conoce muy bien Francisco Martín León (Sevilla, 1955), uno de los meteorólogos más veteranos de España, que trabajó 38 años en Aemet y ahora publica artículos divulgativos en Meteored. Atiende a EL PAÍS por teléfono.
Pregunta. ¿Por qué esta dana ha sido tan potente?
Respuesta. Esta Depresión Aislada a Nivel Alto (dana) tenía unas características en cuanto a bajas presiones, temperaturas muy bajas a 5.000 metros de altura, un chorro polar que rodea la dana, y se iba a localizar en una posición relativamente peligrosa, que es el suroeste y sur peninsular. En esa zona suele generar una baja secundaria en el Mediterráneo, es decir, que la dana interacciona con la orografía y genera una baja secundaria de origen geográfico al norte de Argelia, lo que intensifica el viento húmedo de Levante, llevando humedad a las costas españolas. Por estas circunstancias se crea un entorno favorable para el desarrollo de tormentas profundas, organizadas y muy húmedas, lo que técnicamente se llama convección profunda. Y esto ocurre los días 28 y 29 en Málaga, Almería, Granada, Albacete, Valencia... Los ingredientes para formar estas tormentas profundas son ideales, como preveían los modelos.
P. Si los modelos lo preveían, ¿por qué no estábamos preparados?
R. Los modelos son las mejores herramientas que tenemos para predecir el tiempo: te ponen en alerta, te permiten prever lluvia, viento… Que un modelo dé predicción a tres o cuatro días prevea acumulados de 150, 200 y hasta 300 litros en 24 horas es para estar muy atentos. Son modelos operativos que tratan de aproximarse a la realidad. Muchas veces, cuando hay tormentas, la realidad supera con creces lo previsto. Estamos en una situación generada por una dana muy activa que ponía en conjunto a todos los elementos para producir tormentas severas, y con un mar cálido. El Mediterráneo suministra gasolina de primera, humedad, cuando una dana se lo pide.
P. ¿Cómo influye el cambio climático?
R. El cambio climático influye en que cada vez las temperaturas atmosféricas son más altas, con lo que la atmósfera puede contener más vapor de agua, lo que significa poder suministrar vapor de agua cuando se produce lluvia. Además, el cambio climático está incrementando la temperatura del agua, de los océanos y de los mares, como es el caso del Mediterráneo, y además almacena parte de la energía que le sobra al sistema climático. Con el cambio climático, el Mediterráneo actúa como un bidón de gasolina (que suministra vapor de agua), y cuando llega una ola de frío, una borrasca o una dana, el resultado puede ser explosivo. El cambio climático favorece estos fenómenos, con más temperatura, mayor humedad en la atmósfera y mayor energía almacenada en las aguas del Mediterráneo. Pasa igual en el Caribe con los huracanes.
P. ¿El calentamiento aumenta el número de danas?
R. Hay una gran incertidumbre. Hoy en día no sabemos si con el cambio de los patrones de la circulación atmosférica va a haber más o menos danas, ni si van a ser suficientemente activas. Tú tienes un bidón de gasolina frente a tu casa, pero mientras no arrojes una cerilla, no pasa nada. Antiguamente, había más danas, y ahora hay menos, porque parece ser que la circulación polar se ha desplazado hacia el norte y ha habido pocas que se han descolgado en nuestra latitud. Ahora, si se producen danas activas bien definidas, tendrán más combustible. Si hay una dana muy activa como la que ha ocurrido estos días, con esa gasolina de primera en la zona del Mediterráneo y con la mayor capacidad de la atmósfera de tener vapor de agua, las precipitaciones serán más intensas. Y esto ha ocurrido recientemente con la tormenta Boris en Centroeuropa, con otras tantas que han afectado a Italia y a Francia en el mes de septiembre y a principios de octubre, que han dejado precipitaciones récord.
P. ¿Qué significa que una dana sea de alto impacto?
R. Significa que dinámicamente está sostenida por vientos muy intensos alrededor de ella, de 100 o 150 kilómetros por hora; que sus presiones son bajas, a unos 5.000 metros de altura; que la temperatura es muy fría del orden de 20 a 24 grados bajo cero, como ha tenido esta. Hay otras zonas menos activas, con vientos más débiles, con temperaturas en su seno menos frías, que pasan desapercibidas porque no tienen reflejo en niveles bajos, es decir, en la superficie.
P. ¿Podemos decir que es la mayor dana del siglo?
R. Sin duda, la más grande en el siglo XXI, la más intensa y más dañina, sobre todo en cuanto a fallecidos. En 1982 hubo una dana en Tous, otra en 1962 en Cataluña, que dejó entre 600 y 1.000 muertos. Pero cada dana tiene su singularidad, y los sistemas de alerta temprana que funcionan ahora no son los mismos que hace décadas. Aquí por lo menos ha habido un sistema de alerta temprana con avisos a la población.
P. ¿Qué le diría a quienes dicen que siempre ha habido danas?
R. Siempre ha habido danas, pero las danas de hoy se van a encontrar un entorno más favorable para desarrollar tormentas fuertes. El cambio climático antropogénico favorece que la temperatura cada vez sea más cálida y que el mar almacene muchísima energía y calor.
P. ¿En qué se diferencia una dana de un huracán?
R. Una dana tiene su génesis dinámica en niveles altos: es como si tú cogieras un vaso de agua de cristal y comenzaras a mover una cucharilla, se generaría un remolino en la parte alta del agua y poco a poco iría descendiendo hacia abajo. Es una borrasca que se forma en niveles altos, de 5.000 a 9.000 metros, y que se desgaja de la circulación polar y se va reflejando en niveles bajos. En cambio, el huracán es un ciclón que se forma en capas bajas, sobre aguas muy cálidas, le roba calor al océano y genera tormentas alrededor de un centro que gira en el sentido contrario de las agujas del reloj. El huracán crece a costa de la energía de los océanos cálidos. El huracán va de abajo arriba, al revés que la dana.
P. Con el cambio climático, ¿veremos huracanes en el Mediterráneo?
R. Para que se den huracanes se tienen que dar varios factores, agua cálida, bajas presiones ciclónicas y que el viento sea débil en la vertical, para que se pueda formar y organizar el huracán. En el Mediterráneo tenemos temperaturas de más de 26 grados, así que potencialmente se podrían formar pequeños huracanes. Y se han formado. Se llaman medicanes, similares a los huracanes. Lo que pasa es que la variación del viento con la altura suele ser intensa, y eso actúa como una navaja que evita que se formen grandes huracanes.
P. De vuelta a la dana, ¿cree que Aemet subestimó la alerta?
R. Que Aemet dé un aviso rojo es un hecho muy llamativo. Para llegar a ese nivel, se ha de valorar que puede afectar a la vida de los seres humanos. Y se dio ese aviso rojo. Cuando se da, tenemos que tener la precaución de que esta situación meteorológica puede afectar a las personas, independientemente de que caigan 100 o 400 litros. El aviso rojo es una llamada de atención poderosísima.
P. ¿Prestaron atención a la alerta las autoridades y la población?
R. En un aviso rojo, hay que pedir a la población que se quede en casa. En ciertas zonas de Murcia prohibieron el movimiento de coches y suspendieron las clases el día anterior. Las autoridades tienen que dar mensajes acordes a la situación meteorológica. En ese último eslabón se debería haber hecho algo más. Se prevé una situación extrema y la movilidad de las personas debe estar reducida. Y luego está la responsabilidad individual. Yo llamé a mis familiares de Valencia diciéndoles que tuvieran mucho cuidado porque la situación era muy adversa.
P. ¿Cómo podemos mejorar en el futuro?
R. Habrá que estudiar en profundidad cómo se ha actuado desde el punto de vista meteorológico, social y político, para entender por qué más de 60 personas han perdido la vida, por qué el mensaje no ha llegado claramente a la población, que es la que ha sufrido las consecuencias. En 1982, tras la dana de Tous, se lanzaron los sistemas de alerta temprana. Esta dana debería servirnos para actualizar los sistemas de alerta temprana desde el Gobierno a las distintas administraciones y la Aemet, para ver en qué se ha fallado y cómo se puede mejorar.
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