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Estados Unidos limita la presencia de sustancias químicas tóxicas persistentes en el agua potable

La agencia medioambiental aprueba la primera regulación para eliminar los perfluoroalquilos (PFAS), conocidos como sustancias químicas para siempre

Logan Feeney pours a PFAS water sample
Análisis de muestras de agua en un laboratorio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos en Cincinnati.Joshua A. Bickel (AP)
Miguel Jiménez

La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) ha anunciado este miércoles la imposición de límites para la presencia en el agua potable de varios tipos comunes de perfluoroalquilos (PFAS), un grupo de agentes químicos que no se degradan y pueden acumularse con el paso del tiempo, con efectos perjudiciales para la salud humana. Son conocidas como las “sustancias químicas para siempre”.

“La exposición a los PFAS se ha relacionado con cánceres mortales, efectos en el hígado y el corazón, y daños inmunitarios y de desarrollo en lactantes y niños”, asegura la EPA. La agencia afirma que la norma reducirá la exposición a PFAS de aproximadamente 100 millones de personas, evitará miles de muertes y reducirá decenas de miles de enfermedades graves.

Dos tipos de esas sustancias, el PFOA y el PFOS, se limitarán a 4 partes por billón, el nivel más bajo que las pruebas pueden detectar con fiabilidad. Otros tipos están limitados a 10 partes por billón.

El administrador de la EPA, Michael Regan, ha anunciado la norma junto con la presidenta del Consejo de Calidad Medioambiental de la Casa Blanca, Brenda Mallory, en un acto en Fayetteville (Carolina del Norte). En 2017, los residentes de la zona se enteraron de que el río Cape Fear, la fuente de agua potable para un millón de personas en la región, había sido fuertemente contaminado con PFAS procedentes de una planta de fabricación cercana.

La EPA calcula que entre un 6% y un 10% de los 66.000 sistemas públicos de agua potable sujetos a esta norma podrían tener que tomar medidas para reducir los PFAS a fin de cumplir estas nuevas normas. Todos los sistemas públicos de abastecimiento de agua disponen de tres años para completar su control inicial de estas sustancias químicas. Deben informar al público del nivel de perfluoroalquilos medido en su agua potable. Cuando se detecten niveles de perfluoroalquilos que superen los regulados, los sistemas deberán aplicar soluciones para reducir los PFAS en el agua potable en un plazo de cinco años.

Las empresas de servicios públicos afirman que la EPA subestima el coste de la norma y sobrestima sus beneficios. Argumentan que las tarifas del agua subirán y que las empresas de servicios públicos en apuros tendrán más dificultades. La EPA calcula que la aplicación de la norma costará unos 1.500 millones de dólares al año, pero al hacerlo se evitarán casi 10.000 muertes durante décadas y se reducirán considerablemente las enfermedades graves.

Los perfluoroalquilos (PFAS) son una categoría de sustancias químicas utilizadas desde la década de 1940 para repeler el aceite y el agua y resistir el calor, lo que los hace útiles en productos cotidianos como los utensilios de cocina antiadherentes, la ropa impermeable o resistente a las manchas y la espuma contra incendios.

La ciencia tiene claro que la exposición a determinados perfluoroalquilos durante un largo periodo de tiempo puede provocar cáncer y otras enfermedades. Además, la exposición a PFAS durante etapas críticas de la vida, como el embarazo o la primera infancia, también puede tener efectos adversos para la salud.

En todo el país, la contaminación por perfluoroalquilos está afectando a la salud y el bienestar de millones de personas. Las personas pueden estar expuestas a través del agua potable o los alimentos contaminados con PFAS, al entrar en contacto con productos que contienen PFAS, o a través de la exposición en el lugar de trabajo en determinadas industrias, explica la EPA.

Varias compañías que desarrollaron y produjeron perfluoroalquilos han pactado indemnizaciones por la contaminación generada por sus productos. Chemours, DuPont y Corteva anunciaron acuerdos a mediados del año pasado por 1.185 millones de dólares. Tras dichas compañías, 3M llegó también a un pacto extrajudicial para pagar hasta 12.500 millones de dólares por la contaminación del agua con sus perfluoroalquilos. El acuerdo preveía que 3M realice pagos anuales desde 2024 hasta 2036. Con el acuerdo, 3M evitó un juicio estaba a punto de empezar en Charleston (Carolina del Sur).

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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