Jacob Hanna, biólogo: “Si hacer un modelo de feto humano es controvertido, lo haré sin corazón ni cerebro”
El científico palestino ha logrado crear estructuras vivas similares a embriones humanos de dos semanas en su laboratorio de Israel
El biólogo Jacob Hanna es uno de los mejores científicos del planeta. En su laboratorio del Instituto Weizmann de Ciencias, en la ciudad israelí de Rejovot, su equipo coge células de la piel de personas y las reprograma de tal manera que son capaces de autoorganizarse y formar una estructura muy parecida a un embrión humano. Hace justo un año, Hanna anunció al mundo que había logrado recrear un embrión de 14 días, pero no se detendrá ahí. El investigador, nacido en una familia palestina cristiana en Rameh (Israel) hace 44 años, quiere cultivar una estructura viva lo más similar posible a un feto humano, ya con bracitos y piernas, de la que, según vaticina, se podrían obtener células para trasplantes personalizados. Si una persona tiene leucemia, se podría generar un feto con sus propias células y conseguir repuestos.
Hanna relató sus avances el 10 de mayo en una conferencia en Madrid, en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Tres días después, respondió a las preguntas de EL PAÍS en uno de los templos de la medicina mundial, el aula en la que Santiago Ramón y Cajal, padre de la neurociencia, impartió clase durante tres décadas, en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid. Hanna está devastado por el “genocidio” cometido por el ejército israelí en Gaza tras la matanza perpetrada por terroristas de Hamás el 7 de octubre, pero todavía tiene fuerzas para bromear. “Siendo un palestino en Israel, y además gay, mi manera de sobrevivir es el humor negro”, explica.
Pregunta. El año pasado usted cultivó una estructura viva, parecida a un embrión humano de 14 días, en el laboratorio: sin necesitar espermatozoides, ni óvulos, ni útero. ¿Dónde está el límite?
Respuesta. En ratones, podemos llegar al día 13 de desarrollo, que es 1,3 centímetros, según los resultados que publicaremos este año. El periodo de gestación de una ratona son 20 días. Si tomamos la analogía del tamaño, en humanos sería el equivalente al día 70 o 75, porque el crecimiento humano es mucho más lento. Esto es genial, porque el día 60 todos los órganos ya están formados. Tenemos un sistema con incubadoras especiales, en las que el embrión real o el modelo de embrión se alimenta por difusión, porque los nutrientes están en el medio. Es un sistema artificial y, cuando crece demasiado, los tejidos más profundos no reciben nutrientes, por eso solo podemos llegar a un límite máximo.
P. Usted no trabaja con embriones reales, pero puede ser espeluznante si consigue un modelo de embrión humano de 70 días con brazos, piernas, dedos....
R. Yo no usaría la palabra espeluznante. Una de las mayores discusiones es si un modelo de embrión, o embrión artificial, se debería considerar un embrión o no. Creo que, de momento, no son idénticos, hay grandes diferencias entre ellos, pero en la ética tienes que tener en cuenta los escenarios extremos. Asumamos que algún día serán idénticos. ¿Es una persona o no? ¿Es vida? También las células madre son una forma de vida. En muchos países, como en España, está permitido trabajar con blastocistos [la etapa a los cinco o seis días tras la fecundación] y esto también es un embrión. Hay miedo a la palabra embrión. Creo que lo más importante es si hay cognición, si hay sentimiento de dolor. Estamos lejos de eso, eso no ocurre hasta la mitad del embarazo. Sea o no espeluznante, la cuestión no es reducirlo a si es ético o no. Creo que la forma de verlo es: ¿Cuáles son los pros y los contras?
P. ¿Cuáles son?
R. Hay que pagar un precio ético, por supuesto. Es una investigación incómoda, pero es nuestro deber explicar a la gente por qué estamos haciendo esto. Ignoramos muchísimas cosas del desarrollo humano. Incluso desconocemos dónde van las células. Cuando se lo explicas a alguien, lo primero es aclarar que no se puede hacer un embarazo humano completo [en el laboratorio] y no lo estamos intentando. Esto no es una alternativa al embarazo. Soy un gran fan de la película Matrix, pero eso no es lo que estamos haciendo. Se trata de entender. No sabemos qué genes son importantes para formar tu hígado. Yo quiero que la sociedad tome decisiones tras tener toda la información, no con preocupaciones injustificadas. Cuando hablamos con la gente, una de sus inquietudes es qué pasaría si alguien coge uno de estos modelos de embrión y lo implanta en un útero. ¿Cómo vas a forzar a una mujer para implantarle un embrión?
P. Quizá se puede encontrar una mujer voluntaria.
R. Es un escenario extremo, pero, aunque la encuentres, no puedes hacerlo, porque un embrión natural solo se puede implantar en el útero hasta la fase de blastocisto. Un día después del blastocisto, ya no se puede implantar, es demasiado tarde. Y nosotros solo trabajamos en fases posteriores. Incluso si alguien quisiera violar la ley, no podría. Creo que hay demasiado miedo a la investigación con embriones. Es como si fuera la única investigación que produce preocupaciones éticas, pero no se me ocurre ningún campo científico libre de ellas. La inteligencia artificial es un riesgo. En la investigación en virología es muy fácil crear un virus peligroso, que es mucho más peligroso que si hacemos 10 frankensteins. Hay que ser realistas. No prohíbes la física nuclear por las bombas atómicas, pese a que son mucho más peligrosas.
P. La química estadounidense Jennifer Doudna [madre de la técnica CRISPR para modificar el ADN] dijo que tenía pesadillas en las que Adolf Hitler llegaba con una careta de cerdo y le pedía más información sobre su tecnología. ¿Usted tiene pesadillas con un escenario aterrador?
R. Mi única pesadilla es cuando imagino que asesinan a mi hija en Gaza.
P. Usted tiene pesadillas con más fundamento.
R. Uno de mis estudiantes, Shadi Tarazi, es de Gaza y han matado a la mitad de su familia. Fue el primer firmante del primer embrión artificial de ratón. Esto no es habitual, porque Israel no permite que la gente de Gaza salga de esa jaula. Tuve que recurrir a un amigo judío conectado con el Mosad israelí para obtener los permisos. Hay que parar el miedo a los palestinos. Yo soy palestino y eso no significa que quiera destruir Israel ni que quiera destruir a los judíos, aunque sea muy crítico y diga que Israel está cometiendo un genocidio. Me siento como un científico palestino dentro de Israel. Mi conexión real con el país llegará cuando acepte la paz. En mi opinión, la solución es un solo Estado.
P. ¿Conviviendo juntos?
R. Sí, como en Bélgica [un país formado por dos regiones: Flandes, de habla neerlandesa, y Valonia, de habla francesa]. El primer amor de mi vida fue un judío israelí. La mayor parte de mis amigos son judíos israelíes. Sin embargo, las autoridades israelíes no solo no promueven la integración, sino que se dedican a la segregación activa. La primera vez que interactué con personas judías fue en la universidad.
Queremos imitar el embrión porque es como una impresora 3D: fabrica órganos
P. Hablemos de lo positivo de su investigación, del mejor escenario, no del peor. Usted imagina un futuro en el que coge una célula de la piel de una persona, puede reprogramarla retrocediendo en el tiempo, hacer un seudoembrión de esa persona y cultivarlo hasta 50, 60 o 75 días.
R. Hasta el mínimo número de días necesario para responder a la pregunta que nos estemos haciendo.
P. O para curar una enfermedad del donante de las células.
R. Cierto. Queremos imitar el embrión porque es como una impresora 3D: fabrica órganos. Hemos descubierto el fenómeno de que las células madre se autoorganizan, y hemos descubierto las condiciones que permiten que el proceso se inicie. Si te aseguras de que no se adhieran, no se asfixien y no se mueran de hambre, comienza este efecto dominó. Lo hacen ellas solas. Puede que nunca seamos capaces de recapitular esta complejidad, pero hemos tenido suerte y hemos descubierto que esto ocurre y cómo desencadenarlo. Quizá algunas de las células resultantes puedan ser útiles para trasplantes.
P. ¿Qué células?
R. Por ejemplo, las células de la sangre, que normalmente están en la médula ósea, pero en el embrión también están en el hígado. Hay estudios en ratones y en abortos que muestran que las células madre de la sangre en el hígado son las mejores células para trasplantes sanguíneos. Si soy un paciente de leucemia, es muy difícil encontrar un donante. Con esta tecnología obtienes las células de la piel del paciente, las reprogramas para que sean células madre pluripotentes inducidas y puedes cultivarlas el mínimo número de días, que es 35 o 40, para obtener células del hígado. Si quieres óvulos, es más bien 60 o 70 días. Puedes coger esas células y salvar la vida de esa persona. La pregunta no es si esto es ético o no es ético, la cuestión es vivir o no vivir. Imaginemos que tenemos a una persona con leucemia a punto de morir y no encuentra un donante. ¿Tiene derecho a dar sus propias células para hacer un modelo de embrión? Asumamos incluso que el modelo de embrión es idéntico a un embrión real —aunque ahora mismo no lo sea— y que salva su vida. Pensemos ahora en una mujer que ha recibido quimioterapia por un cáncer, ya está curada, pero ya no tiene óvulos. ¿Tiene derecho a dar sus células de la piel, reprogramarlas, llegar al día 60, obtener un ovario temprano, cultivarlo 30 días más y tener óvulos?
P. ¿Ahora mismo puede cultivar un modelo de embrión humano hasta el día 70?
R. No. Nuestro objetivo es hacer que los modelos de embrión se parezcan más al embrión humano natural y estamos intentando cultivarlos durante más días, pero, al mismo tiempo, estamos diciendo: ¿Qué hace que algo sea una persona? Eliminemos esa característica para asegurarnos de que nunca será una persona. Usamos células madre con desarrollo restringido. Ahora, cuando comienzo con las células madre, puedo quitar un gen y que no haya lóbulos frontales del cerebro. Esa cosa jamás podrá tener cognición ni sentir dolor. Para llegar al día 40, al 50 o al 60 no es necesario hacer esto, pero si la sociedad se siente más cómoda así, queremos ofrecer opciones científicas para sortear los problemas éticos. Para hacer ovarios o células sanguíneas en el hígado, no necesitas los lóbulos frontales del cerebro, ni siquiera el corazón. Basta con un racimo de órganos. Entonces hay gente, como el periodista Antonio Regalado, que dice que hacemos gente sin cabeza. No podemos dejarnos llevar por miedos extravagantes estilo Frankenstein. No tiene sentido, somos una sociedad moderna.
¿Qué hace que algo sea una persona? Eliminemos esa característica para asegurarnos de que nunca será una persona
P. Habla de Antonio Regalado, periodista de la revista estadounidense MIT Technology Review. En 2022 escribió un artículo sobre una empresa que usted ha fundado, Renewal Bio, y el titular fue: “Esta empresa emergente quiere hacer una copia de ti en un embrión para tener órganos de repuesto”.
R. No me gustó nada ese enfoque. Se lo dije, me decepcionó mucho. Esta cosa de 40 días no eres tú, y menos si carece de lóbulos cerebrales frontales.
P. La revista llamó a esas estructuras “Mini Yos”.
R. Me pareció fatal. Para nosotros es muy importante que los donantes sepan exactamente qué vamos a hacer con sus células. Algunas nos las han donado otros profesores del Weizmann y otras son mías. Entonces dijeron: “Jacob Hanna está haciendo Mini Yos”. He obtenido células madre pluripotentes inducidas de mí mismo, a partir de células de mi piel, pero son horribles.
P. ¿Cuántos modelos de embrión de usted mismo tiene?
R. Muy pocos han llegado al día 14. Mis células crecen muy lentamente, así que mis estudiantes usan otras que sí crecen a buena velocidad. Las mías no son lo suficientemente buenas, pero lo intenté. [Risas]
P. ¿Qué siente al ver esas estructuras con sus células creciendo? ¿Le surgen preguntas filosóficas o religiosas?
R. Son células, un racimo de órganos. Soy una persona muy existencialista, me encanta el humor negro y no filosofo demasiado. Son solo células. Si intentásemos llegar al día 150, quizá me haría preguntas, pero si usas estas células madre de desarrollo restringido, no son un ser humano, no son una persona.
P. ¿Es posible, desde un punto de vista teórico, cultivar un modelo de feto humano de seis meses en el laboratorio?
R. No, no creo.
P. Pero, teóricamente, a lo largo del próximo medio siglo…
R. Si en ratones funciona hasta el día 13, se puede extrapolar y decir que, teóricamente, se puede llegar al día 70.
P. El día 70 ya es un feto.
R. Es un feto, pero no de seis meses. Seis meses todavía es ciencia ficción. Para llegar a eso creo que sería necesario un gran salto tecnológico, que no está ni siquiera en el horizonte.
P. Pero es teóricamente posible obtener un modelo de feto humano de 70 días.
R. Sí.
P. Ya no es un embrión, es un feto, y esa palabra es más controvertida.
R. Lo es.
P. La gente puede pensar: ¿Pero qué hace este tío en Israel con modelos de fetos humanos?
R. Sí, ¿qué hace este tío gay palestino que trabaja en Israel? Todas las controversias en un mismo individuo. Pero para eso tenemos las regulaciones. Yo quiero llegar al mínimo de días necesario. Para obtener células sanguíneas del hígado no necesito llegar a la fase de feto. Quizá para los ovarios sí sea necesario. Si un feto es controvertido y quiero llegar al día 70, no haré ni el corazón ni el cerebro frontal. Y entonces no es un feto, es un racimo de órganos. ¿Puede ser eso una persona? No, nunca podría vivir por su cuenta. Nunca hay que olvidar los beneficios potenciales. No miremos solo a los potenciales inconvenientes.
P. Usted nació en Rameh, un pueblo árabe palestino en Israel, en una familia cristiana palestina. Conoce bien el cristianismo, el judaísmo y el islam. ¿Cómo ven sus experimentos desde cada una de las religiones?
R. En el judaísmo y el islam, hasta el día 40 no hay ninguna controversia: no es vida hasta que se forma el latido del corazón o incluso después. La razón histórica es que la madre embarazada es más importante que el bebé. Algunos rabinos hablan del día 160, ya que antes no lo consideran una persona porque no tiene cognición ni siente dolor, es solo un cuerpo con órganos. Respecto al cristianismo, yo además soy protestante, no tenemos ni iglesia. Mi madre es ortodoxa griega y mi padre es protestante, pero no somos una familia religiosa. Tampoco soy antirreligión, lo respeto. Un vecino de la infancia está ahora al frente de la iglesia ortodoxa griega y, cada vez que publico un estudio, me llama y me felicita. La segunda vez que lo hizo, le pregunté: “Su Santidad, ¿seguro que lo está entendiendo?”. Y lo había entendido por completo. Me dijo: “No veo ningún peligro, porque Dios creó las células madre, Dios creó el blastocisto, Dios creó la capacidad para hacer células madre y tú las usas para salvar vidas”.
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