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Descubierta una forma fulminante de la viruela del mono en personas con VIH avanzado

La infección, rebautizada mpox, mata al 15% de las personas con las defensas muy bajas, sobre todo hombres gais o bisexuales en el brote actual

Una enfermera administra la vacuna contra la mpox a un hombre en la ciudad estadounidense de Orlando. Foto: ORLANDO SENTINEL (GETTY) | Vídeo: EFE
Manuel Ansede

Un equipo internacional de científicos ha descubierto una forma “fulminante” de la viruela del mono, que se ceba con los hombres con VIH avanzado y bajas defensas, alcanzando una mortalidad del 15%. Mientras que el patrón habitual suele incluir unas pocas vesículas leves que desaparecen en unas pocas semanas, la forma agresiva provoca úlceras cutáneas que no paran de crecer e incluso se extienden por los pulmones, los ojos y los intestinos, según explica uno de los principales responsables del estudio, el médico Oriol Mitjà, del Hospital Germans Trias i Pujol, en Barcelona. “Algunos de estos chicos pedían sedación porque decían que no aguantaban más el dolor. Las lesiones son equivalentes a las de un gran quemado”, alerta el investigador.

Desde que comenzó el actual brote en mayo de 2022, se han registrado en el mundo unos 85.000 casos de viruela del mono, la inmensa mayoría en hombres gais o bisexuales (el 98%, en un estudio de medio millar de casos en una quincena de países). La principal vía de transmisión es el contacto físico estrecho durante relaciones sexuales. Los grupos de población con mayor riesgo, explica Mitjà, son los hombres que viven con el VIH y los que toman diariamente fármacos antirretrovirales precisamente para evitar infecciones por el VIH durante el sexo sin preservativo, la llamada profilaxis preexposición (PrEP). “La hipótesis de los sociólogos es que estas dos poblaciones tienen unas prácticas sexuales de mayor riesgo, con un mayor número de parejas, con menor protección y con más utilización de drogas durante el sexo”, expone Mitjà.

La Organización Mundial de la Salud decidió en noviembre rebautizar la enfermedad como mpox, para evitar “comentarios racistas y estigmatizantes”, pero propuso mantener un año el término clásico para evitar confusiones. La dolencia se denomina viruela del mono desde hace más de medio siglo, tras su descubrimiento en macacos asiáticos en un laboratorio científico de Dinamarca. El primer caso humano conocido fue el de un niño de la República Democrática del Congo en 1970.

Casi la mitad de las 85.000 personas con mpox detectadas el último año vivían además con VIH, el virus causante del sida. Si no se trata con fármacos antirretrovirales, el VIH destruye los linfocitos CD4, un tipo de glóbulos blancos que protege a las personas frente a las infecciones. Los casos fulminantes de viruela del mono descritos ahora se concentran en hombres con VIH muy avanzado, por debajo del umbral de 200 linfocitos por cada milímetro cúbico de sangre. Con las defensas tan bajas por el VIH, el segundo virus es imparable. “No lo llamamos fulminante por la rapidez, sino porque no se para. Sigue, sigue y sigue. Por muchas intervenciones que hagas, el virus sigue progresando”, advierte Mitjà.

El estudio, publicado este martes en la revista médica The Lancet, analiza 382 casos de viruela del mono en personas con VIH avanzado, todas ellas hombres, excepto 10 mujeres transgénero y 4 mujeres cisgénero. Las fotografías incluidas en la investigación, desgarradoras, muestran a hombres con un promedio de 35 años, con el cuerpo lleno de lesiones con necrosis, sobre todo en la boca, los genitales y el ano. No se trata de una nueva variante del virus, sino de que el mismo patógeno provoca una enfermedad diferente en estas personas. El trabajo incluye 27 de los 60 fallecimientos conocidos en el brote del último año. Los 27 tenían las defensas muy bajas.

“Muchos de estos chicos no estaban tratados con antirretrovirales contra el VIH. Muchos son de Latinoamérica, donde no hay acceso universal a estos fármacos. Y otros ni siquiera estaban diagnosticados”, lamenta Mitjà. El 73% de los pacientes incluidos en su estudio recibieron tratamiento en países americanos: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, México, Perú y Estados Unidos. El resto fueron atendidos en una decena de países europeos, incluida España, además de otros seis pacientes en Nigeria. El 9% no sabía que tenía VIH. De los que lo sabían, uno de cada tres no tomaba terapia antirretroviral para evitar el sida.

No hay antivirales para el mpox en ningún país de Latinoamérica
Oriol Mitjà, médico

Los autores del estudio urgen a la Organización Mundial de la Salud a incluir esta forma fulminante de mpox en la lista de enfermedades definitorias del sida, un listado de 14 infecciones que se comportan de manera diferente y peligrosa en personas con VIH avanzado. La médica británica Chloe Orkin, coautora principal de la investigación, insta a sus colegas a estar muy atentos: “Toda persona con mpox se debería hacer un test de VIH. Y todas las personas con VIH y mpox deberían hacerse una prueba para medir sus defensas”.

Más de un centenar de los 382 afectados analizados tuvieron que ser hospitalizados. En el caso de los fallecidos, el ingreso previo apenas duró 47 días en promedio. Orkin, de la Universidad Queen Mary de Londres, destaca que la forma agresiva de la viruela del mono mata al 30% de las personas con VIH con las defensas excepcionalmente bajas, por debajo de 100 linfocitos CD4 por cada milímetro cúbico de sangre. La médica hace un llamamiento a priorizar a las personas con VIH a la hora de recibir vacunas y tratamientos antivirales contra la viruela del mono. “Es imperativo que las vacunas y los antivirales sean accesibles en todo el mundo y para ello es necesaria una mayor cooperación mundial”, proclama.

La médica Meg Doherty, directora de los programas de VIH, Hepatitis e Infecciones de Transmisión Sexual de la Organización Mundial de la Salud, confirma a EL PAÍS que su institución va a estudiar si incluye esta forma fulminante de la viruela del mono en los criterios para diagnosticar un VIH avanzado. “Esta reciente serie de casos es un argumento muy convincente de que las personas que viven con VIH, y con un recuento de CD4 inferior a 200 células por milímetro cúbico, tienen un alto riesgo de enfermedad grave y muerte por mpox, y de que la infección diseminada se comporta como otras infecciones oportunistas”, explica Doherty. La experta pide garantizar el acceso a tratamientos, vacunas y test de diagnóstico a las personas que más los necesitan.

El médico Oriol Mitjà dirige la sección de infecciones de transmisión sexual y enfermedades olvidadas de la piel del Hospital Germans Trias y la Fundación Lucha contra las Infecciones. En su centro barcelonés han visto 250 casos de mpox, pero solo tres de ellos en personas con VIH avanzado y las defensas bajas. Uno de los casos tuvo complicaciones muy graves. Mitjà lamenta que los fármacos no estén disponibles de manera global: “Hay muchos países donde todavía no hay acceso gratuito o fácil a los antirretrovirales contra el VIH, como Estados Unidos y México. Respecto a los antivirales para el mpox, solo hay en países del primer mundo. No hay antivirales para el mpox en ningún país de Latinoamérica”.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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