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Las hembras de delfín tienen un clítoris “grande y funcional” que les permite sentir placer

El hallazgo muestra el gran desconocimiento que todavía existe en la sexualidad de las hembras en la naturaleza, en comparación con la de los machos

Delfines nariz de botella saltando antes de aparearse.Foto: DARA ORBACH | Vídeo: GETTY IMAGES
Javier Salas

A estas alturas del siglo XXI, cabría esperar que la anatomía de los mamíferos estuviera descrita al detalle, sobre todo de unos animales tan estudiados y admirados como los delfines. Pero lo cierto es que todavía hoy están llenándose lagunas de la anatomía. De las hembras, concretamente. Hasta ahora no se había analizado propiamente cómo es el sexo de las hembras de delfín. Y por eso, hoy se publica este hallazgo: los delfines tienen un clítoris funcional, en cierto modo parecido al humano, por lo que pueden sentir placer con el sexo.

“Las observaciones anatómicas sugieren que el clítoris de los delfines mulares tiene espacios eréctiles bien desarrollados, es altamente sensible a la estimulación táctil y probablemente funcional”, concluye el estudio, elaborado por las biólogas marinas Patricia Brennan y Dara Orbach. El clítoris es grande y está ubicado en la entrada de la abertura vaginal, según describen las investigadoras, por lo que la estimulación es inevitable durante la penetración. “Los delfines hembra probablemente experimenten placer cuando se estimula el clítoris durante las relaciones sexuales, el comportamiento homosexual y la masturbación”, señala el trabajo científico, publicado en Current Biology.

“Sabemos muy poco de la sexualidad de las hembras en la naturaleza, comparado con los machos. Había más investigadores hombres y las preguntan que se hacían eran diferentes”
Patricia Brennan, autora del estudio

El equipo científico que presenta estos resultados pudo hacerlo tras estudiar minuciosamente la anatomía sexual de una docena de hembras de delfín mular, también llamada de nariz de botella, tras analizar previamente medio centenar de datos distintos de cada vagina. Estos ejemplares diseccionados, cadáveres preservados por el Servicio Nacional de Pesca Marina, presentan ejemplares de todas las edades, lo que permite cerciorarse de que es un desarrollo común a todas las hembras.

Observaron la anatomía del clítoris en su conjunto y luego realizaron otros experimentos para identificar cada tipo de tejido presente en la estructura. En todas las edades, el clítoris cuenta con tejido que le permiten la erección, vasos sanguíneos, músculos y múltiples agrupaciones nerviosas. “Nuestro examen anatómico del clítoris del delfín mular revela un órgano complejo con muchas similitudes con el clítoris de otros sistemas modelo que se sabe que tienen una respuesta de placer, incluidos los humanos”, indican.

La principal diferencia con el clítoris humano es que en los delfines hembra no tiene cuerpos nerviosos abrazando la vagina, como sucede en las mujeres, según explica la bióloga marina Patricia Brennan, una de las autoras del estudio. “La verdad es que son muy parecidos en la forma del tejido eréctil, la presencia de un tejido que mantiene la forma del tejido eréctil cuando está lleno de sangre, la inervación con muchos terminales libres nerviosos que llegan justo debajo de la piel y la presencia de estructuras sensoriales que están asociadas con el placer”, desarrolla esta investigadora, del Mount Holyoke College de Massachusetts (EE UU).

Delfines que disfrutan del sexo homosexual

Brennan y la coautora Dara Orbach, investigadora del departamento Ciencias de la Vida de la Universidad de Texas A&M, han desarrollado una lista de estructuras y detalles que ayudan a estudiar la evolución del placer en otros animales, no solo primates, donde ya “se sabe que las hembras sienten placer y lo manifiestan durante interacciones sexuales”. Comprender las raíces del placer sexual, explican, “puede dilucidar el papel del orgasmo femenino”.

Una pareja de delfines mulares a punto de aparearse.
Una pareja de delfines mulares a punto de aparearse.Dara Orbach

En cierto modo, la imagen de los delfines es víctima de su propio éxito. Están encasillados en ese estereotipo aniñado de animal vitalista y juguetón, malabarista genial, que protagoniza los sueños infantiles. Pero debajo del agua es un animal con una sexualidad muy rica, dedicada al placer y al disfrute social, en el que las relaciones homosexuales entre machos y hembras se dan tanto o más que las heterosexuales. “La estimulación directa del clítoris parece ser importante durante las interacciones sexuales de hembra a hembra, que se frotan el clítoris utilizando hocicos, aletas o trematodos”, describe el estudio. En ese sentido, serían como los bonobos del mundo submarino: se goza del sexo con los demás miembros del grupo para establecer y mantener vínculos sociales.

Se sabe que las relaciones sexuales son placenteras para las hembras en algunas especies que copulan en cualquier época, no solo en periodos de celo o destinados a procrear, como los humanos y los bonobos. Y los delfines también copulan durante todo el año. Pero como explica Brennan, no solo las hembras de estas especies cuentan con clítoris. “Otras que se estudian en el laboratorio como las ratas, los ratones y los conejillos de indias también tienen clítoris que parecen tener todos los atributos funcionales. Es posible que en las especies que son más sociales el clítoris se desarrolle más, pero no tenemos datos suficientes para comparar”, resume.

Lagunas en la sexualidad de las hembras

Hasta ahora, había descripciones generales del clítoris de los delfines, pero no estudios detallados, explica Brennan, que anunció hace unos meses estos hallazgos en un congreso. “En general sabemos muy poco de la sexualidad de las hembras en la naturaleza, comparado con los machos”, lamenta. En parte se debe a que los científicos se preocupaban por su reputación si estudiaban temas directamente relacionados con el sexo, cree la investigadora. “Pero también se debe a que típicamente había más investigadores hombres y las preguntas que se hacían eran diferentes. Ahora, con más representación de mujeres en la ciencia, pueden empezar a cambiar las preguntas, para entender mejor la biología”, resume.

Durante mucho tiempo, cuando se estudiaba la anatomía sexual de estos mamíferos, se limitaban a describir el pene de los machos y dar por supuesto que la vagina es un simple guante que se adapta a su forma. Brennan y Orbach fueron pioneras en la descripción de las vaginas animales, lo que supuso innumerables sorpresas. Y también algunos retos: estas dos científicas inventaron un instrumento a partir de un minibarril de cerveza para inyectar agua salada a presión en el pene de los cetáceos, para simular su erección.

Estudios como el suyo nos ayuda a entender la función y motivación del comportamiento sexual de las hembras. “Si hay placer en el sexo en toda la naturaleza, las hembras deben desarrollar más interés por tener más sexo, lo que sería favorecido evolutivamente”, apunta Brennan. También serviría para seleccionar el esperma de los machos que las pueden estimular de modo más efectivo o establecer vínculos sociales con otras hembras que favorecen la cría de los hijos en el grupo, como sucede entre las bonobas. “Desde el punto de vista médico, entender las características funcionales del clítoris en diferentes animales puede ayudar a solucionar problemas relacionados con dolor durante el sexo, y con la inhabilidad de sentir placer que se presenta en algunas mujeres”, añade la investigadora.

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Sobre la firma

Javier Salas
Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar. Cofundador de MATERIA, sección de ciencia de EL PAÍS, ejerce como periodista desde 2006. Antes, trabajó en Informativos Telecinco y el diario Público. En 2021 recibió el Premio Ortega y Gasset.

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