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Tribuna
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Médicos y jueces negacionistas

Mantened la cabeza fría y pegaos a la mejor ciencia disponible

Javier Sampedro
El magistrado Luis Ángel Garrido (de pie), en 2019.
El magistrado Luis Ángel Garrido (de pie), en 2019.

Hay gente que en situaciones de crisis se entrega a una especie de nihilismo ocurrente con unas raíces empíricas muy endebles o directamente inexistentes. Esto es justo lo contrario de lo que debe hacer un ciudadano sensato e informado, que es mantener la cabeza fría y la confianza en la mejor ciencia disponible. Fuera de ahí solo hay chistes sin gracia y llantos estériles, la estepa del pensamiento. ¿No habíamos quedado en que los humanos somos los únicos animales racionales? Pues ganémonos esa venerable y generosa denominación, no vaya a ser que los clásicos nos hubieran sobrevalorado.

Por si no hubiera producido bastante escándalo la vacunación de los alcaldes, concejales y sus familias, de los militares de alto rango y hasta de algún gerente de hospital, que ya le vale, nos vemos abrumados ahora por obispos que se disfrazan de capellanes para saltarse la cola, y encima ofrecen la penitencia de no ponerse la segunda dosis. Si mal estuvo que se pusieran la primera, peor aún sería que rechazaran la segunda, desperdiciando así un producto valioso sin más objeto que hacer las paces con su Dios. Vana pretensión, pues su Dios no les perdonará nunca por ese comportamiento egoísta y dañino para su propio rebaño. Rechazar la segunda dosis no es una penitencia, sino una segunda estupidez. La conferencia episcopal no ha dicho ni pío, por cierto. Tal vez haya más vacunados de los que pensamos, o tal vez la jerarquía prefiera hacer un voto de silencio antes de confesar un error.

¿No habíamos quedado en que los humanos somos los únicos animales racionales? Pues ganémonos esa venerable y generosa denominación, no vaya a ser que los clásicos nos hubieran sobrevalorado

Hay dos historias más chocantes aún. Una es la del médico Carlos González de la Cuesta, jefe de Alergología del Complejo Hospitalario de Ourense, que ha exhibido su cargo para propagar desinformación negacionista. No ya es que no crea en las vacunas, sino que encima dice que son “un experimento genético”. No sé que tendrá el doctor González contra los experimentos genéticos, pero es obvio que no sabe ni de lo que está hablando. Cabría esperar de un médico que siguiera mínimamente la literatura científica, o al menos que leyera un periódico de vez en cuando. ¿En qué facultad le enseñaron medicina? ¿Quién lo ascendió a ese cargo tan importante? ¿Es ese el hombre que determina la atención a los pacientes de su servicio hospitalario? Dan ganas de mudarse de ciudad.

La segunda historia es la del magistrado Luis Ángel Garrido, del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que ha tumbado las restricciones del Gobierno local a la hostelería, suscitando un efecto carambola que ya se está empezando a extender por todo el país. Los epidemiólogos deploran la resolución judicial, porque los indicadores pandémicos están bajando, pero siguen por las nubes, y encima se está propagando por España una variante británica más contagiosa y probablemente más letal que la usual hasta ahora. Pero al juez le da igual todo eso, porque él cree que los epidemiólogos son unos medicuchos fuleros que han hecho un cursillo.Ese es el hombre que está exponiendo a la población a una cascada de contagios y muertes. ¿Por qué?

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