Ricardo Núñez: “Es un error histórico que el Socialismo Democrático no lograra un acuerdo en torno a una sola candidata”
El emblemático socialista habla de las campañas a la Presidencia de Paulina Vodanovic y Carolina Tohá, y, sobre la destitución de Isabel Allende, dice: “En las esferas más altas del Gobierno hay una mirada demasiado liviana”

Ricardo Núñez (Sewell, Chile, 85 años) ha sido protagonista de la política chilena en los últimos 50 años. Exsenador entre 1990 y 2010, y exembajador de Chile en México durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010, 2014-2018), fue además tres veces presidente del Partido Socialista (PS), y en distintos periodos: el primero entre 1991 y 1992, en el inicio de la transición, y el último entre 2005 y 2006. Precisamente, por su histórica trayectoria en el PS, es que señala que hay una “injusticia” en la destitución de la senadora Isabel Allende, a quien el Tribunal Constitucional (TC) despojó de su escaño después de 31 años en el Congreso, en el marco de la frustrada venta de la casa de su padre, Salvador Allende, que la Administración de Boric quería comprar para que fuese un museo, y en un proceso plagado de errores desde el principio. Sin embargo, por su cargo público, Allende no podía celebrar contratos con el Estado.
“Tengo un gran aprecio por Isabel Allende no solo por lo que ha significado para el Partido Socialista, sino también para el país. Ha sido una gran parlamentaria. Por lo tanto, me ha dolido bastante que haya sido destituida”, dice el sociólogo desde Puerto Montt, en el sur chileno, en esta entrevista por video llamada con EL PAÍS.
Militante del PS desde que tenía 14 años, aunque Núñez está alejado de la política contingente, observa con atención, y con la perspectiva que le da la distancia, el panorama de las izquierdas de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, en especial el del Socialismo Democrático, que ha presentado a las dos primeras precandidatas: Carolina Tohá del PPD y Paulina Vodanovic, senadora y presidenta del PS, quien fue proclamada este sábado. Ambas se medirán en junio junto a otros abanderados del sector.
Pregunta. ¿Qué significa para el PS la destitución de Isabel Allende?
Respuesta. Una de las cosas más duras que le ha sucedido al Partido Socialista (PS) es ver que una de sus figuras, de sus lideresas más importantes, haya sido destuitida tan injustamente. Hay muchas aristas, porque detrás de esta resolución, el empuje y el entusiasmo lo puso el Partido Republicano y la derecha en general. Y no porque tuvieran interés en que se respetaran cuestiones de carácter constitucional, sino porque se trataba de la hija de Salvador Allende y la casa de Salvador Allende. Pero también tuvo la arista de demostrar que hubo ineptitud e incapacidad de prever situaciones políticas cuando no se tiene claro desde el punto de vista jurídico lo que se está analizando. Pero, lo más complejo, es que la resolución, aún cuando puede estar ajustada a la Constitución, no significa que sea justa.
P. El TC tuvo un fallo técnico.
R. Acá se vulneró un principio esencial de la democracia, que es el respeto a la soberanía popular. Los miles de chilenos que votaron por Isabel Allende, han visto de alguna manera vulnerados sus derechos, por el hecho de que su representante, por una situación en la que ella no tuvo ninguna participación directa, se ha visto afectada. La experiencia va a demostrar que aquí hubo un error garrafal de parte del Tribunal Constitucional (TC), y hubo una intencionalidad política.
P. Habló de “ineptitud”, y en la oposición también se ha dicho que esto tuvo un costo por la inexperiencia del Gobierno de Boric. ¿Qué piensa?
R. Hubo inexperiencia e ineptitud, y una falta de rigurosidad para analizar los alcances de un determinado decreto. No cabe duda de que en este episodio se han visto involucrados altos funcionarios y afectadas dos ministras.
P. El Frente Amplio admira a Allende, ¿cree que influyó su juventud en este caso?
R. Yo formé parte de una juventud que asumió la responsabilidad de la Unidad Popular y nunca se nos cruzó ninguna cosa que pudiese afectar la honra y la moral de nuestra conducta; fuimos afectados, fundamentalmente, por razones políticas. De modo tal que ser joven no es sinónimo de ineptitud ni de falta de experiencia. Creo que hay en las esferas más altas del Gobierno una mirada demasiado liviana para enfrentar situaciones de esta naturaleza.
P. Isabel Allende dijo que “se generó un daño irreparable” a su familia, y que se ha puesto “en tela de juicio nuestra honra y la tradición republicana” ¿Coincide?
R. No cabe duda de que la familia Allende se ha visto seriamente afectada, y por lo tanto, también el Partido Socialista y todos los que velamos por la memoria de Salvador Allende. Pero, lo que no se va afectar nunca, es la memoria de Allende, porque su figura traspasa situaciones de esta naturaleza. Las nuevas generaciones de jóvenes progresistas van a seguir teniendo en él un ejemplo para entender el devenir de la República.
P. La familia Allende aceptó vender la casa, ¿no tiene también responsabilidad?
R. Por cierto, e Isabel ha reconocido una suerte de inadvertencia en el momento en que se implementaba una medida que parecía, a todas luces, positiva. Porque velar por la memoria de dos expresidentes [Patricio Aylwin y Salvador Allende], hace bien para la sanidad de la República, la democracia y la historia.
Vodanovic y Tohá
P. Carolina Tohá, del PPD, fue la primera en oficializar su candidatura presidencial, ¿no era obvio que el PS la apoyara?
R. Tal como en su momento el PS apoyó a Ricardo Lagos, o el PPD lo hizo con Michelle Bachelet, hoy se daba la posibilidad de que el Partido Socialista respaldara a Carolina Tohá. Ella no es ajena al socialismo chileno. No solamente por razones familiares conocidas, sino porque su conducta, desde el tiempo de la lucha contra la dictadura, se ajusta perfectamente a los valores, principios y orientaciones políticas del Partido Socialista. Por lo tanto, era una buena alternativa.
P. ¿Qué implica que el PS proclamara este sábado a Paulina Vodanovic como candidata presidencial?
R. Me parece absolutamente legítimo. Pero es una lástima que después de tantos años no tengamos una sola candidatura de mismo sector político. Lo tuvimos con Ricardo Lagos y con Michelle Bachelet. Y en ambos casos fuimos capaces de no solamente reflejar un movimiento popular importante, sino que también de ser un factor significativo del progreso y del desarrollo democrático de Chile. Teniendo las posibilidades de convertirse en una fuerza hegemómica y sustantiva para encausar el movimiento popular chileno, que está bastante a maltraer, es un error histórico que el Socialismo Democrático no haya logrado ponerse de acuerdo en llevar una sola candidata.
P. ¿Qué diferencia hay entre Carolina Tohá y Paulina Vodanovic?
R. Una historia diferente de acercamiento a la política. Pero son matices que pueden perfectamente ser procesadas al interior de las fuerzas políticas que ellas respresentan.
P. Hay socialistas que dicen en privado que las fuerzas populares en Chile hoy están en el piso. ¿Qué cree usted?
R. Tengo la impresión de que la izquierda está perdiendo una enorme posibilidad de ser un factor transformador y democrático en nuestro país.
P. ¿Por qué?
R. Porque siento que la unidad en torno al Gobierno ha sido bastante ficticia. No hay criterios comunes. Uno de los problemas que tuvo la Unidad Popular es que en el Gobierno no siempre coincidimos al interior para enfrentar determinados procesos y problemas de carácter coyuntural que vivía el presidente Allende. Hoy puede ser que no sea de manera tan manifiesta, pero no cabe duda que detrás de muchas de las resoluciones y de los estilos de gobernar, hay puntos de vista distintos. Hay culturas diferentes que no necesariamente están reflejando exactamente el interior del conjunto de la nación. Yo creo que la izquierda está perdiendo la posibilidad de ser, y de recrear en Chile, un sentido de nación nuevamente.
P. ¿Cómo ha visto el Gobierno de Boric y a esta nueva izquierda?
R. Lo veo errático y con buenas intenciones; lo veo con capacidad de enfrentar los problemas del futuro que tiene Chile, pero no necesariamente desde una fuerza política hegemónica suficiente como para generar las bases de una nueva sociedad, que es a lo que se comprometieron cuando llegaron, de ser el factor determinante para recrear una fuerza progresista que sentara las bases de una nueva sociedad más humana y más justa. Eso no ha ocurrido. Lamentablemente, y a pesar del enorme esfuerzo que podamos haber hecho los socialistas, quienes nos integramos al Gobierno en un momento determinado.
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