“La política está hecha de decisiones de alto riesgo”: las lecciones que marcan la trayectoria de Carolina Tohá
En agosto de 2022, antes de asumir en Interior, presentó el libro ‘La historia oculta de la década socialista’, donde realizó un análisis profundo de la izquierda chilena del último cuarto de siglo

El 24 de agosto de 2022, poco antes de asumir la cartera de Interior, Carolina Tohá fue una de las presentadoras del libro La historia oculta de la década socialista, de Ascanio Cavallo y esta periodista. Todavía no se celebraba el plebiscito constitucional del 4 de septiembre de aquel año –era una de los rostros de la campaña del Apruebo, que fue derrotado por un 62% contra un 38%–, aunque ya sonaba que podría desembarcar en el Gabinete a cargo de Interior. En su exposición sobre el libro, una investigación sobre los gobiernos de Ricardo Lagos (2000-2006) y el primero de Michelle Bachelet (2006-2010) –la primera década gobernada en Chile por socialistas–, Tohá realizó un análisis profundo de la izquierda del último cuarto de siglo. Una enumeración de lecciones que le ha dado la vida política, a la luz de aquellas dos administraciones.
En este texto las resumimos, horas después de que la dirigente -en la esfera pública desde los años 80, cuando era una líder universitaria contra la dictadura- anunció este martes su carrera a La Moneda. Un desafío titánico dado el bajo respaldo que le dan las encuestas (3% en la última Criteria y 1,9% en Pulso Ciudadano), pero que tiene como telón de fondo la necesidad de “una centroizquierda que aclare su proyecto democrático y progresista, con audacia, novedad y riesgo, que retome un proyecto de reformismo sereno y eficiente”, como aseguró en estas páginas Ernesto Ottone, un analista de la izquierda moderada. Ha conseguido ya el respaldo de su partido, el PPD, pero aún el socialista no toma una decisión. Probablemente, Tohá se medirá en primarias oficialistas en junio próximo, por lo que le queda un camino largo para llegar a la papeleta en las presidenciales de noviembre.
Estas son las enseñanzas que sacó Tohá de una década gobernada por dos socialistas -dos socialistas muy diferentes-, pero que ella ve como un mismo tronco, con muchas más similitudes que distancias. En esa misma línea histórica, dijo, estaba la Administración de Gabriel Boric.
1. “Los baños de realidad” que deben enfrentar los gobiernos
“La gracia de un Gobierno no está en hacer todo lo que tenía programado, sino en mantener la promesa que se encerraba en su programa aplicado a lo que le toque finalmente enfrentar. Ese baño de realidad es una pérdida difícil de aceptar, pero hacerlo a tiempo es clave para el éxito. A veces se quiere hacer un profundo giro programático, y lo que se debe hacer al final es revertir un bajón económico y un deterioro institucional, como le sucedió a Lagos. A veces se quiere hacer una categórica renovación de elencos, pero se termina recurriendo nombres probados y repetidos para sacar adelante tareas que requieren su experiencia, como le pasó a Bachelet. Así y todo, ambos gobiernos mantuvieron su esencia: el de un cambio en la ambición de las políticas públicas con Lagos y el de la transformación del liderazgo político y de su relación con la ciudadanía con Bachelet”.
2. “Más vale enfrentar los problemas a tiempo”
“Los gobiernos no se miden en su probidad por la cantidad de casos de irregularidades o franca corrupción con los que debieron lidiar, sino con el camino que eligieron y la capacidad que tuvieron para enfrentarlos. Hay muchas maneras de hacerlo: desde bombardear Irak hasta crear un chivo expiatorio. Los relatos del libro entran en detalle en varios casos de este tipo y los relatan con lujo de detalles. No son historias lindas de leer, pero hay en ellas varias claves dignas de ser aprendidas: que las instituciones deben operar y que la política tiene una pega que hacer no limitada solo a dejarlas actuar, sino a tomar medidas para el futuro. Que lo más difícil es lograr que la probidad sea una preocupación real y no simple artillería para la batalla. Que más vale enfrentar los problemas a tiempo, por más molestos y desagradables que sean, que dejarlos debajo de la alfombra hasta que salgan solos en su forma más monstruosa”.
3. En la política se hallan aliados “insospechados”
“La política está llena de desencuentros impensados, pero también de amigos insospechados. Lagos pasó por un largo desencuentro con Carlos Ominami, su original jefe de campaña, y logró una inesperada colaboración de Pablo Longueira, el líder de su partido más contrario. Con el primero se reconcilió, pero con el segundo se aprendió a respetar para siempre. Bachelet dejó lejos de sus equipos a uno de los mayores articuladores de su campaña, como fue Ricardo Solari, y terminó teniendo como mano derecha a alguien que fue llevado por Solari al comando, como Andrés Velasco”.
4. Las pequeñas decisiones que “terminan cambiando el mundo”
“La política tiene sus grandes decisiones, esas que se presentan como trascendentales y vienen cargadas de significado desde el primer momento, pero también tiene muchos momentos que funcionan como efecto mariposa, parten como secundarios y terminan cambiando el mundo. Pasan los años y sus coletazos siguen llegándonos.
5. Los altos riesgos que te dejan “al borde del precipicio”
“No hay grandes presidentes sin decisiones de alto riesgo, que te cruzan con los tuyos o te dejan al borde del precipicio. Pienso en Lagos diciendo no a la Guerra de Irak, poniendo en riesgo el acuerdo de libre comercio con EE UU, pero logrando en el mismo acto que George Bush y el mundo entero aprendieran a respetar a Chile en proporciones muy disociadas de su tamaño y ubicación. Pienso en Bachelet apoyando a su ministro de Hacienda cuando resistió las presiones de gasto en la época de vacas gordas y tuvo así cómo respaldar una política agresiva durante la crisis subprime del 2008″.
6. Lagos, Bachelet y...Boric
“Por último, pienso en la historia que se podrá escribir cuando se entienda la continuidad y complementariedad de esos dos gobiernos [el de Lagos y el primer de Bachelet]. No exenta de conflictos y diferencias, pero, desde el punto de vista de la historia de Chile y la vida de su pueblo, entre estos dos gobiernos hay una progresión, un aprendizaje, un avance, una dialéctica, mucho más fuerte que esas diputas, celos y resquemores. Progresión que continúa en Bachelet 2 [2014-2018]. Y me gusta pensar, y tratar, que tenga un nuevo capítulo en el gobierno actual [el de Boric]”.
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