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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Chile en un debate ‘electrizado’

El alza de las cuentas de luz ha agitado la agenda, con fuerzas del oficialismo presionando al Gobierno por, a lo menos, ampliar los subsidios. Todo en la misma semana en que la Administración de Boric presentó el alza del sueldo mínimo, una de sus promesas de campaña

Un trabajador en una planta de energía termosolar en Antofagasta, Chile, en 2018.
Un trabajador en una planta de energía termosolar en Antofagasta, Chile, en 2018.Cristobal Olivares (Bloomberg)
Ana María Sanhueza

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Hola queridos lectores,

Esta semana el ambiente en Chile ha estado electrizado, literalmente, pero en particular en el Congreso. Los chilenos nos hemos enfrentado a que nuestras cuentas de luz tendrán un alza desde este mes que, aunque progresiva, al año 2025 alcanzará hasta el 60%. Una curiosidad es que en abril los parlamentarios aprobaron una ley de estabilización de tarifas eléctricas, junto a un subsidio para un millón de personas más vulnerables, a fin amortiguar lo que mes a mes se debe pagar cuando llega la boleta. Pero ahora todo parece como si fuera una sorpresa.

Se trata de una deuda con las empresas generadoras de electricidad que ha ido creciendo día a día. Es una situación que arrancó en medio del estallido social de octubre de 2019, durante el Gobierno del exmandatario de la derecha tradicional Sebastián Piñera (las protestas se iniciaron cuando se subió el precio del transporte público), cuando se decidió congelar las tarifas. La medida se reiteró, por la pandemia, en 2022, ya con la Administración de izquierdas del mandatario Gabriel Boric. Cinco años después, sin embargo, aquello generó una deuda que suma 6.000 millones de dólares.

En EL PAÍS hemos seguido en detalle la evolución de esta discusión en varias piezas informativas. El periodista Sebastián Dote, por ejemplo, nos ha contado de cuánto será el alza región por región. También, nuestro columnista Roberto Sapag ha abordado con mucha lucidez, en Las prisas pasan, el comportamiento de la clase política frente al tema: relata que las “sendas leyes” que evacuó el Congreso “para congelar los valores de la electricidad son hoy un prurito que tiene muy revuelto a ese mundo, alarmado por los efectos electorales de la necesaria corrección de precios ad-portas de las municipales”.

Desde Punta Arenas, en una gira a la Región de Magallanes, Boric dijo el 27 de junio que postergar su pago “sería irresponsable” y que por su experiencia en el Gobierno “una deuda que no se paga sale más cara”. “Sé que no es popular, sé que es difícil, pero insisto en que deuda que no se paga sale más cara después”. Pero la presión del propio oficialismo, el ‘fuego amigo’ como se denomina coloquialmente, liderado en buena parte por el Partido Comunista, ha empujado al Gobierno a presentar un proyecto de ley para triplicar el beneficio.

El debate por las cuentas de la luz se ha dado en un contexto especialmente complejo, como contó Roberto, mientras el Gobierno tiene en agenda impulsar en un Congreso adverso, se sabe, sus dos principales reformas, de pensiones y tributaria, todo en un clima electoral crispado por las próximas elecciones municipales de octubre. Esta semana, en medio del debate por el alza de las tarifas eléctricas, el mismo día que comenzó el alza, Boric concretó una promesa de campaña: el aumento a 500.000 pesos chilenos (530 dólares) del sueldo mínimo mensual en Chile para trabajadores mayores de 18 años y de hasta 65 años que beneficiará a 800.000 personas (hasta el 30 de junio de 2024 era de $460.000 pesos (487 dólares).

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Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.
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