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Afiches, discos, cucharas: el diseño revolucionario de la Unidad Popular de Allende

Una exposición y un libro revelan el lado más desconocido del Gobierno del socialista, entre 1970 y 1973: el protagonismo del diseño gráfico e industrial

Exposición 'Cómo diseñar una revolución' en el Centro Cultural Palacio La Moneda, en Santiago
Un grupo de personas recorre la exposición 'Cómo diseñar una revolución' en el Centro Cultural Palacio La Moneda.Sofía Yanjarí
Antonia Laborde

Bajo la Plaza de la Ciudadanía, frente a la fachada sur del Palacio presidencial de La Moneda, en Santiago de Chile, quienes aprecian la historia y el arte pueden encontrar un tesoro. La exhibición Cómo diseñar una revolución. La vía chilena al diseño, montada en el subsuelo del centro de la capital, en el Centro Cultural La Moneda, esconde verdaderas joyas del papel que jugó el diseño en la Unidad Popular de Salvador Allende (1970-1973). Por primera vez se presenta una síntesis de los afiches, editoriales, mobiliario, colecciones discográficas y hasta las cucharas que se fabricaron para la campaña Medio litro de leche diario para los niños. Los curadores Eden Medina, Hugo Palmarola y Pedro Ignacio Alonso presentan este martes un libro homónimo, publicado por la editorial suiza Lars Müller Publishers, como una extensión de la exhibición. Es un completo registro con análisis de los proyectos de diseño gráfico e industrial de la era Allende.

La investigadora estadounidense Eden Medina, profesora asociada de ciencia, tecnología y sociedad del Massachusetts Institute of Technology (MIT) comenzó a investigar 20 años atrás el proyecto Cybersyn, una revolucionaria apuesta tecnológica que buscaba controlar la información económica proveniente de todos los rincones de Chile durante la Unidad Popular. La autora de Revolucionarios cibernéticos. Tecnología y política en el Chile de Salvador Allende (LOM Ediciones) conoció en ese periodo al diseñador Hugo Palmarola, de la Universidad Católica, quien también estaba investigando Cybersyn, como parte de los proyectos realizados por el Comité de Investigaciones Tecnológicas. Pensando en los 50 años de la conmemoración del golpe de Estado de Augusto Pinochet, en septiembre pasado, decidieron armar una exposición original, novedosa, donde el protagonista fuese la explosión de creatividad que marcó el mandato de Allende. “Sabíamos que había otra interpretación de la historia, de la Unidad Popular, y que era el diseño”, sostiene Palmarola en un recorrido por la muestra.

Hugo Palmarola y Eden Medina, curadores de la exposición.
Hugo Palmarola y Eden Medina, curadores de la exposición.Sofía Yanjarí

La exposición –un trabajo conjunto de la Universidad Católica, el MIT y Centro Cultural la Moneda– reúne más de 350 piezas, la mayoría originales, de proyectos políticos desarrollados entre 1970 y 1973, muchos de ellos vinculados a la nutrición o la música, escapando de lo que se conoce de las campañas. Los temas vertebrales son el cuidado de la población y de la infancia, en contraste con la alta tecnología de Cybersyn, cuya sala de operaciones está meticulosamente replicada a las afueras de la muestra, donde los visitantes pueden experimentar cómo pretendían controlar la economía de manera colectiva a lo largo del país.

La imagen principal de la exposición, que también es la portada del libro, es una mujer abrazando a adultos y niños sin rostro, basado en un afiche de los diseñadores Waldo González y Mario Quiroz. La escogieron porque transmite la idea de un proyecto colectivo más que la de un caudillo dirigiendo un proceso político. “Una de las críticas que se la hecho a la Unidad Popular es el foco que pusieron en los hombres de campo, de los sindicatos. Puede que la mujeres no aparezca tanto en fotos y afiches, pero la exposición da cuenta de que eran actores en términos de creadoras del programa y cómo se imaginaba la revolución”, apunta Medina.

La réplica del Cybersyn, expuesta en el Centro Cultural Palacio La Moneda.
La réplica del Cybersyn, expuesta en el Centro Cultural Palacio La Moneda.Sofía Yanjarí

El contexto de cómo los proyectos impactaban y convivían con la sociedad de entonces juega un rol clave en la muestra con imágenes de fotógrafos, principalmente extranjeros, como el estadounidense Ted Polumbaum, la alemana Leonore Mau o el portugués Armindo Cardoso. El esfuerzo por democratizar el arte se ve reflejado en cómo los afiches y murales empapelaban las ciudades, con el afán de que toda la sociedad pudiese tener acceso a las obras de diseño gráfico. Por primera vez está expuesta la colección original completa de la Discoteca del Cantar Popular (DICAP), un sello discográfico surgido entre 1967 y 1973, de las Juventudes Comunistas de Chile. Figuran los discos de Inti Illimani y Quilapayún, por ejemplo, con las tapas diseñadas por los hermanos Vicente y Antonio Larrea, enormemente reconocidos por su trabajo en afiches, más que por su faceta vinculada a la música.

Hay verdaderas joyas. Como el único ejemplar que queda de los 18 diseños de afiches para apoyar las jornadas antifascistas de prevención de un golpe de Estado y de guerra civil. Se hicieron 9.000 copias de las piezas elaboradas por diseñadores del taller gráfico de la Universidad Técnica del Estado. Destruyeron todas, salvo la expuesta, cuentan los curadores. “Cada objeto en esta exhibición tiene una historia de supervivencia de 50 años. Su propia dificultad de poder estar aquí. Es muy significativo”, señala Medina.

El grueso es original, pero en el caso de afiches extintos, como algunos de la campaña de la nacionalización del cobre, los curadores trabajaron junto al dibujante Hernán Vidal, conocido como Hervi, para reconstruirlos. Uno de los esfuerzos más destacados por replicar los objetos de la época es el muro donde se exhiben los muebles diseñados específicamente para la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), creada en 1970: sillas y mesas de colores construidas en base a figuras geométricas, con medidas ergonómicas, estáticamente admirables. Los mismos que diseñaron la ultra vanguardista sala Cybersyn utilizaron los retazos de los muebles para fabricar desde juguetes de madera hasta cunas.

La sala de la exposición en la que se encuentran los muebles diseñados para la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).
La sala de la exposición en la que se encuentran los muebles diseñados para la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).Sofía Yanjarí

“Así como existía el ideal de hombre nuevo en el bloque socialista, nosotros planteamos en esta curaduría que la infraestructura también es para el niño nuevo”, sostiene Palmarola. Un ejemplo de eso es la cuchara de dosificación de leche para los infantes. La exhibición se aprecia en las enormes murallas. Pero la cuchara está expuesta en el centro de la sala, como corazón de la propuesta. “Acá se mezcla el proyecto de nutrición técnico o científico con el proyecto político”, añade el diseñador de la Universidad Católica. El objeto, como no podía ser de otra forma, se complementa con los afiches y fotografías que acompañaron la campaña.

Las historias más significativas de la experiencia de diseño que se vivió en la Unidad Popular se cuentan en el libro Cómo diseñar una revolución. La vía chilena al diseño –traducido al español y el inglés– que se lanza este martes en Santiago, el jueves en Chillán, el sábado en Concepción y el 25 de enero Valparaíso.

Un afiche que promueve la sana alimentación infantil, diseñado e impreso durante la Unidad Popular.
Un afiche que promueve la sana alimentación infantil, diseñado e impreso durante la Unidad Popular.Sofía Yanjarí

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Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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