La Urbana aplica mano dura contra las motos mal aparcadas
El Ayuntamiento de Barcelona comienza a multar a los vehículos tras una fase de advertencia
El Ayuntamiento de Barcelona empezó a aplicar ayer mano dura contra las motocicletas mal aparcadas y la Guardia Urbana comenzó a multar a las que estaban estacionadas en aceras estrechas, espacios peatonales y zonas no autorizadas con el fin de cumplir la normativa vigente. La concejal de Movilidad, Rosa Alarcón, advirtió de que en la ciudad debe producirse un “cambio de cultura” entre los motoristas. “Los conductores se tienen que acostumbrar, como los de los coches. No podemos ir de puerta en puerta. Tenemos que ir de un parking a otro”, aseguró. La regidora recordó que hubo una “fase de información” y señaló que en los últimos años se han pintado muchos espacios en las calzadas, hasta alcanzar las 72.000 plazas.
En este primer día de infracciones se aumentaron los esfuerzos en una decena de zonas como Gràcia. El consistorio cifra en 2.000 los vehículos mal estacionados en este distrito. Algunos conductores, en la Plaza del Nord afirmaron desconocer que se reforzarían los controles. David Morros, de 49 años, comentó que tuvo que cambiar su moto por la normativa de bajas emisiones. Ahora, está de acuerdo con que se multe siempre y cuando “se habiliten espacios suficientes” para aparcar. A unos pasos, dos agentes de la Guardia Urbana inspeccionaron la plaza. No revelaron si impusieron más sanciones.
Las motos en Barcelona pueden aparcar en zonas permitidas y, en paralelo, en aceras de entre tres y seis metros de anchura. Si miden más se pueden colocar en semibateria, según la normativa actual. Las multas pueden alcanzar los 100 euros. En la calle de Francesc Cambó, Jordi Freixes, de 53 años, detalló que no recibió ninguno de los anuncios pero aseveró que conoce dónde puede dejar su vehículo. “La ocupación del espacio público no puede ser privativa”, apuntó. No es el primer intento de sacar las motos de las aceras.
El Ayuntamiento retomó en febrero la campaña Ciudad de peatones para fomentar que las motos aparquen en calles señalizadas, con la amplitud necesaria o en parkings subterráneos. En diciembre, colocaron unas banderolas en los puños de los manillares de las motos con un mensaje de “fin a la tolerancia”. Desde el consistorio explicaron que no han fijado una fecha para dar a conocer los resultados. Otros de los puntos donde se han reforzado los controles son la plaza Joan Peiró (Sants-Montjuïc), Borí i Fontestà-Can Ràbia (Sarrià-Sant Gervasi) o Fabra i Puig-Teide (Nou Barris).
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