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La grada de animación divide al Athletic: silencia San Mamés y amedrenta a quienes sí quieren animar al equipo

Los aficionados más radicales hacen huelga en protesta por las multas de la Ertzaintza al creer cómplice al club y los jugadores se alinean con la directiva. “Los que no dejan animar, que se queden en su casa”, dice Unai Simón

La grada de San Mamés celebra un gol del Athletic al Madrid.
La grada de San Mamés celebra un gol del Athletic al Madrid. Vincent West (REUTERS)
Jon Rivas

Hay marejada en la grada de animación del Athletic. De un tiempo a esta parte, la función principal del grupo de más de 4.000 seguidores rojiblancos ha desaparecido. No animan y San Mamés parece, a ratos, un cementerio. Después de conseguir su objetivo de ubicarse en el fondo norte del campo, tras haber desalojado de allí, mediante negociaciones del club y cambios de localidad, a los socios que inicialmente ocupaban ese espacio —algunos de ellos desde hace décadas—, que en el antiguo campo también se ubicaban allí, ahora las voces no suenan. La grada de animación, estrenada por la anterior junta directiva que presidía Aitor Elizegi, cuenta con asientos denominados safe standing, abatibles y con una barandilla superior que permite ver los partidos de pie y evitar las avalanchas.

El agravio que denuncian los cabecillas de Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) es el presunto acoso que sufren por parte de la Ertzaintza y del que convierten en colaborador necesario al club. Después de que se erigieran como principales actores de esa grada —“el ICHH debe ser la punta de lanza y la fuerza motora de la animación en San Mamés”, declaraban cuando estaba a punto de inaugurarse—, ahora hacen dejación de funciones y se niegan a dirigir la animación con los bombos y el micrófono que se facilitan desde el club.

Sin embargo, la cuestión que está en el punto de mira no es esa falta de liderazgo, sino la intimidación que sienten la mayoría de los seguidores, muchos de ellos muy jóvenes, que acuden a esa tribuna, cuando intentan, por su cuenta, animar al equipo. Uno de esos aficionados se llama Andoni y al mediodía de este lunes ha explicado en Onda Vasca que cogió el micro para gritar “Athletic Champions League” y que uno de la ICHH se subió al podio para decirles a él y al resto de seguidores que se callaran.

Como reacción, el Athletic ha decidido prohibir la entrada al campo a las dos personas que instaron coactivamente a varios integrantes de la Herri Harmaila a cesar en la animación.

Una de estas personas ya fue sancionada por los órganos disciplinarios del club por, entre otros actos, la promoción y apoyo a Herri Norte Taldea, que le supusieron diversas sanciones, entre ellas, la pérdida de la condición de socio. La otra persona identificada como interviniente en la acción, que tampoco es socia, ni Gazte Abonoa, era uno de los speakers (personas que han solicitado poder usar el micrófono para dinamizar la animación) que se había declarado en huelga.

El grupo ICHH saca su nombre de Iñigo Cabacas, el seguidor del Athletic que falleció tras recibir el impacto de una bala de goma lanzada a corta distancia por la Ertzaintza, después del partido Athletic -Schalke o4, de cuartos de final de la Liga Europa, el 5 de abril de 2012. El caso se saldó, años después, con la condena a dos años de prisión por homicidio imprudente del mando de la Ertzaintza responsable del operativo. Los otros cinco ertzainas juzgados fueron absueltos. Es un grupo heterogéneo, pero en el que tienen peso antiguos componentes de Herri Norte, el grupo de seguidores del Athletic más radical, de ideología de izquierda abertzale, independentista y antifascista. Otros grupos como Piratak y Euskal Lions se han desenganchado de esta suerte de huelga de animación.

El domingo, tras empatar ante el Leganés (0-0), dos de los pesos pesados de la plantilla, Iñaki Williams y Unai Simón, en lo que parece es el sentir de todos los integrantes de la misma, criticaron con dureza la actitud de algunos de los asistentes a esa zona, por impedir al resto que apoyara al equipo con sus cánticos. El delantero fue más comedido en sus manifestaciones, pero el guardameta internacional se destapó. “Es una mierda lo que está pasando”, apuntó. “Invitamos a los que no dejan animar, a que se queden en su casa y que respeten a los que quieran animar”. Para el delantero, “es triste que no se deje animar al que quiere hacerlo y que haya pitos”. Tras esas manifestaciones, en las redes sociales, los más radicales cargaron contra Unai Simón, con insultos y amenazas, recordando, entre otras cosas, el trabajo de sus padres, que son miembros de las fuerzas de seguridad. Curiosamente, contra Iñaki Williams, que dijo prácticamente lo mismo que el guardameta, no se han reproducido insultos.

El conflicto, que se ha reproducido ya en varios partidos, dejó muda a la grada de animación en el partido copero frente a Osasuna y la situación se repitió ante el Leganés. Denunciaba la actitud Unai Simón, que aludía a la buena temporada del equipo: “Estamos situados en la cuarta plaza, a una distancia considerable con el quinto puesto. Esta situación es una mierda”; y remataba: “No nos sentimos identificados con lo que ocurre y lo que me toca las narices es que los jugadores no tenemos la culpa de lo que está pasando. Se nota en el campo. Tuvimos una eliminatoria de Copa ante Osasuna y no tuvimos ayuda y también hoy la necesitábamos. No la hemos tenido. Me da pena”, decía.

A lo que Williams añadía: “Somos conscientes de que esto no está beneficiando a nadie y todos estamos sintiéndonos perjudicados. Días como el de hoy para el Athletic y para el equipo son muy tristes”.

ICHH ha emitido varias notas responsabilizando al club de las multas que ha recibido por parte de la Ertzaintza, encargada de la seguridad en los partidos de San Mamés. Se quejan de acoso policial y de identificaciones indiscriminadas. En la última convocatoria de paro en la animación, el club les respondió que el Comité de Disciplina de la RFEF está imponiendo sanciones al Athletic por determinados cánticos proferidos mayoritariamente desde la Herri Harmaila y que las propuestas de sanción están alcanzando los 6.001 euros por partido, “pero podrían llegar a aumentar o disponer otro tipo de sanciones más gravosas como la clausura total o parcial del estadio, o celebración de partidos en terreno neutral”.

Además, desde el club añaden que “hasta la fecha”, los socios que han sido identificados como autores de estos cánticos sancionables no han tenido que pagar ninguna cantidad: “Las multas del Comité de Disciplina de la RFEF, en su totalidad, las ha pagado el club”, pero este no puede intervenir en las actuaciones de la Ertzaintza. Les recordó también que el Athletic da a la Herri Harmaila 44 entradas por partido destinadas a personas que lideren los cánticos de apoyo en San Mamés, y que les cedió 100 localidades para la final de Copa.

El domingo, ante el Leganés, parte de la grada de animación comenzó a actuar por su cuenta, alentando al equipo, pero después de un tiempo, dejó de animar, según algunos testigos, por la desaprobación de los cabecillas de ICHH, que se encararon con quienes pretendían dirigir la animación. Los jugadores, conscientes de la situación, se alinearon con la directiva y lo denunciaron en la rueda de prensa posterior al partido.

Por otra parte, el Athletic respalda en su totalidad las declaraciones de Unai Simón e Iñaki Williams al término del partido frente al Legqnés, y pide al resto de la grada de animación que vuelva a animar, porque “entre los colectivos, los más conocidos son Piratak, Euskal Lions e ICHH, y el más numeroso lo componen los Gazte Abonoa, con 2.237 jóvenes, con una media de edad de 17 años. De todos estos colectivos, el único grupo que está actualmente en huelga es ICHH”.

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