Barcelona planea sacar las motos de las aceras en Gràcia
El distrito detectó unas 2.000 motocicletas mal aparcadas en una diagnosis que realizó hace unos meses
Barcelona ultima un plan para sacar las motos de las aceras del distrito de Gràcia, cuyos barrios tienen trama urbana de pueblo, con calles y aceras estrechas y muchas zonas peatonales. Las motos invaden calles y plazas en un fenómeno que, con números en la mano, se podría evitar fácilmente: el distrito ha contado las motos mal aparcadas y las plazas vacías para motos que hay en los aparcamientos y resulta que la cifra coincide. La mayoría de estos vehículos son de vecinos de fuera del barrio, asegura el concejal del distrito, Eloi Badia.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, anunció el plan para retirar motos del espacio público en Gràcia hace unas semanas, durante una jornada sobre la Zona de Bajas Emisiones. Cuando desde el público le preguntaron por el problema de las motos en las aceras, respondió: “Tenemos un plan piloto para el distrito de Gràcia y luego queremos extenderlo”. “Es un tema complejo”, reconoció, “pero toca pasar a la acción”.
El distrito hizo la diagnosis hace meses: 2.300 plazas para motos en calzada, 2.000 motos mal aparcadas y una cifra parecida de plazas vacías en aparcamientos subterráneos. También la receta está pensada desde el territorio: crear plazas de aparcamiento para motos de residentes y ubicar las motos de los forasteros en los aparcamientos.
La última palabra la tiene el área de Movilidad, que debe decidir cuándo y por dónde se empieza. El concejal de Gràcia recuerda que, en 1995, el alcalde Pasqual Maragall decidió sacar coches de las aceras, una idea que parecía increíble. Badia entiende que dentro de unos años a los barceloneses les parecerá increíble que las motos aparcaran en las aceras.
Mientras, aparcamientos públicos y privados de Gràcia confirman los datos del concejal. Fuentes de BSM, la empresa municipal que gestiona los aparcamientos del Ayuntamiento, indican que la media anual de ocupación de las plazas para motos por minutos en los cuatro que hay en el distrito no llega al 1% (oscila entre el 0,3% y el 0,9% de ocupación media anual). En cambio, las de motoristas abonados superan el 80%. El secretario del Gremio de Garajes, Vicente Artigas, señala que las plazas de pupilaje para motos de los aparcamientos privados es irrisoria y aplaude la iniciativa de sacar motos de las aceras. “Si me preguntas si cabrían todas las motos aparcadas en la calle, la respuesta es sí, claro”.
Pero Artigas alerta de que “la cultura de la moto es ir de puerta a puerta, de casa a la puerta del trabajo, al cine, a hacienda o donde sea” y cree que las motos no aparcarán en garajes si no tienen incentivos. Y recuerda que el Gremio lleva tiempo pidiendo que se bonifique el impuesto de circulación a los motoristas que demuestren que su moto paga por dormir en un aparcamiento.
Toni Ramon, de la Asociación de Vecinos de Gràcia, celebra la iniciativa de retirar motos de las zonas para peatones y admite que la proliferación de las calles sin aceras “es un ejemplo de cómo un buen espacio también puede traer consecuencias no deseadas”. La cruzada contra la invasión de motos comenzó el mandato pasado, de forma tímida, en algunos puntos de Ciutat Vella y en zonas como Pau Claris o plaza de Urquinaona, aunque la prohibición no disuade a los motoristas.
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