Las escuelas se alzan contra el cierre de los patios por el ruido: “No organizamos una discoteca a las 11 de la noche, son niños jugando a las 5 de la tarde”
Unas 200 personas se han manifestado este viernes en Barcelona para pedir un cambio de la normativa de contaminación acústica que incluya una excepcionalidad para los colegios
El pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Barcelona ordenó la clausura de dos pistas deportivas, que eran utilizadas por una escuela del barrio de Sant Antoni y por un gimnasio por las quejas de exceso de ruidos denunciado por algunos vecinos. Desde entonces, han surgido varios casos más de quejas vecinales y ante el riesgo de que se acaben cerrando los patios escolares, media docena de centros educativos de la ciudad han salido a la calle este viernes para reivindicar el derecho de los niños a poder jugar en paz. “No organizamos una discoteca a las 11 de la noche, son niños jugando a las 5 de la tarde”, sentencia Jordi Barberán, director de la escuela Salesians Rocafort, afectada por este cierre de pista y promotora de la protesta.
Bajo el lema “El sonido de los niños jugando, riendo y corriendo en los patrios no es ruido”, cerca de 200 personas, entre los que se encontraban padres de familia, maestros, o vecinos solidarios con la causa, han acompañado este viernes a los alumnos de Salesians Rocafort, que han salido a la calle después de clases para pedir “libertad y diversión”, tras las quejas a causa del ruido de “unos pocos vecinos”, según varios manifestantes. Antes de salir a la calle, los niños pintaron carteles con consignas de “el patio es vida, diversión y alegría” o “todos hemos jugado de pequeños”, que sus padres y maestros colgaron en los muros de la escuela. Los dibujos contenían soles, árboles o casas de colores, mientras que los mayores decidieron alzar sus carteles entre la multitud que se congregó en la calle de Floridablanca .
“No entiendo a las personas que se quejan, deberían preguntarse si lo que pretenden es que se cierre el colegio”, ha asegurado Gloria, quien ha acompañado a su nieta de seis años, alumna de la escuela. “Esta escuela lleva aquí desde hace muchos años, por eso no se entiende que haya personas que se quejen del ruido” ha manifestado Clara, otra madre de familia que ha acudido con sus niños pequeños de uno y dos años a la “fiesta”. “Queremos nuestro patio de vuelta” gritaban varios grupos de alumnos mientras otros hacían ruido con trompetas o bailaban frente a la tarima que colocaron en la calle.
El caso de Salesians se arrastra desde 2021 cuando empezaron las primeras quejas. “Básicamente son vecinos que acaban de llegar al barrio”, comenta Barberán. Se abrió un proceso de mediación, que no funcionó. Tanto la escuela como el gimnasio pusieron medidas para reducir el ruido -limitando el aforo y el horario de uso de las pistas-, pero tampoco fueron suficientes y el Ayuntamiento ordenó precintar el espacio. “Ahora un vecino se ha quejado del ruido del patio de la escuela, si nos lo cierran los niños se quedarán sin espacio para jugar”, lamenta el director.
Pero este caso no es único. Barberán explica que hay escuelas que han tenido que trasladar las extraescolares fuera del centro educativo o incluso los esplais que se realizan los sábados. El Ayuntamiento asegura que ha gestionado 40 quejas de este tipo desde 2015, que se han ido resolviendo. Actualmente constan dos denuncias en proceso de mediación y una tercera, que afecta a Jesuitas de Gràcia, que irá a juicio en marzo. El Consistorio asegura que la mayoría de conflictos está concentrada en las zonas del Eixample y Gràcia, “donde la trama urbana es más densa y donde muchos patios están ubicados en el interior de manzana. Con todo, fuentes municipales aseguran que actualmente no hay clausurado ningún patio escolar y que las pistas cerradas pertenecen al Consejo deportivo municipal. Las mismas fuentes añaden que es necesario encontrar un “punto de encuentro, de conciliación, con sentido común y diálogo” y que “es normal que los patios generen ruido, esto siempre ha sido así”. Y descartan la clausura de patios. “No podemos prescindir de los patios de las escuelas porque cumplen una función no solo de recreo, sino educativa importante, así que tenemos que encontrar este punto de conciliación”, añaden.
El Consistorio trabaja en un cambio de normativa de contaminación acústica que no solo contemple las escuelas durante el horario lectivo, sino también actividades relacionadas como las extraescolares o esplais. “Hay que ver que estas actividades respeten las condiciones razonables de ruido para evitar molestias a los vecinos”, añaden. Con todo, asegura que la normativa municipal depende de la autonómica, de forma que trabajan con la Generalitat para que el cambio sea simultáneo.
En la protesta de este viernes, se ha leído un manifiesto en el que las escuelas recuerdan que son “un agente activo de los barrios” y que buscan “la convivencia con los vecinos”. Pero también recuerdan que en Barcelona no sobran espacios deportivos y de ocio. “Dejar en la calle a niños y jóvenes no es una alternativa ni educativa ni saludable. La falta de alternativas lleva al sedentarismo, a las pantallas y a la calle”, advierten. El manifiesto cuenta, hasta el momento, con la firma de siete escuelas y una treintena de entidades, pero la idea es iniciar ahora una campaña para lograr más adhesiones. La manifestación de este viernes se saldó con varios partidos de fútbol, carreras de triciclos o scooters, una sesión de zumba, patinaje en la calle y varias caras pintadas.
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