Cerco a la venta de animales exóticos en Barcelona
El Ayuntamiento de Ada Colau incrementa las trabas para adquirir especies exógenas
Todos los grupos del Ayuntamiento de Barcelona decidieron el miércoles crear un grupo de trabajo para prohibir o, por lo menos, poner muy difícil la venta de animales exóticos en la capital catalana. ERC propuso modificar la Ordenanza de Protección, Tenencia y Venta de Animales en este sentido. La norma se cambió, rodeada de polémica, el mayo pasado a raíz de una iniciativa popular animalista que impuso que el zoo sólo pudiera reproducir especies que pudieran ser reintroducidas en la naturaleza. La ordenanza no lleva ni un año en vigor cuando ya se está impulsado una nueva modificación.
El concejal de ERC Jordi Coronas mantiene que “es necesario frenar el comercio de este tipo de animales que potencialmente son especies invasoras”, y “adaptar la regulación sobre cómo estos animales se incorporan a nuestros hogares, pasando sin rodeos de un modelo mercantil de compraventa a un modelo único de acogida y adopción”. Todos los partidos votaron a favor aunque la tercera teniente del alcalde, Laia Bonet, lamentó que prohibir la venta quizás no era posible. “Lo que podemos hacer es complicar la venta”, explicó Bonet que espera que el futuro grupo de trabajo pueda acabar con algunas prácticas. “El mascotismo es culpable de que anfibios, aves, mamíferos y reptiles exógenos aparezcan en nuestro entorno más inmediato. En Barcelona tenemos ejemplos como las cotorras o el ruiseñor del Japón, animales que hemos normalizado su presencia en la fauna urbana y que generan un impacto en nuestro entorno y en nuestra biodiversidad”, señaló.
Existe una amplia regulación estatal, autonómica y municipal sobre la tenencia y venta de animales exóticos. El problema llega cuando los propietarios de mascotas deciden liberarlas, introduciendo especies invasoras en el medio natural. La mayoría de animales que capturan los servicios municipales en la ciudad son aves como las tórtolas o las cotorras (72% y un 75%). Los animales exóticos representan entre un 8% y un 10% del total.
El pasado año fueron interceptados 122 animales exóticos en Barcelona, la mayoría loros. El Consistorio defiende que debería ampliarse la regulación de animales como las iguanas, las serpientes, mapaches, perros de la pradera, los degús y las chinchillas atendiendo a su capacidad invasora una vez en libertad. Un animal que ya no se puede comercializar después de que se introdujera en el catálogo de especies invasoras del estado es el cerdo vietnamita.
Si algún lugar sabe sobre el tráfico de animales prohibidos es el Zoo de Barcelona. Allí, históricamente han ido a parar los decomisos en aduanas de todo tipo de animales cuya venta está prohibida. Animales que el zoológico cuida pese a que la propiedad de estos y de sus descendientes es de patrimonio del Estado.
Joaquim Lacueva, el responsable de conservación, asegura que entre 1986 y 2005 contabilizó 1.500 animales procedentes de decomisos (contando a los descendientes). Además, hasta hace pocos años estos animales no podían participar en los programas de intercambios con otros parques zoológicos. El 60% eran pájaros y el 30% eran reptiles. “Gracias a los cambios legislativos hemos dejado de ver imágenes lamentables como la de los fotógrafos que hacían fotos en la playa a los bañistas con un chimpancé”, celebra Lacueva.
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